viernes, 24 de enero de 2020

RUPTURA










¡Rómpete!
¡Que se rompa el silencio
que te ha petrificado!
¡Qué se rompa la piedra
que te calla
y domeña los latidos
con los que tu corazón lucha!
¿Cansancio?
¡Más cansancio!
Cansancio hecho silencio,
silencio que te cansa
y te hace vomitar el tiempo,
el tiempo donde te sepultas
y te impide vivir,
te obliga a sucumbir
y te hace silencio.
¡Rómpete!
¡Grita!
¡Sueña!
y que te sea ligero soñar
porque en los sueños vueles
y aterrices con ellos,
                                           (me han interrumpido
                                           con un ruido extraño)
pero sueña
que se rompa el equilibrio
donde el sueño, programado,
se hace sopor que no levanta el vuelo
                                    José Luis Molina
                                              23 enero 2020

miércoles, 22 de enero de 2020

UN PULSO COMO LA VIDA MISMA

Un pulso como la vida misma

por Blogger
mirada-interior
GABRIEL Mª OTALORA, gabriel.otalora@outlook.com
BILBAO (VIZCAYA).
ECLESALIA, 20/01/20.- Somos humanos para lo bueno y para lo malo, dada nuestra condición, de la que no podemos sustraernos tampoco a la hora de vivir como verdaderos cristianos. Sin embargo y como en todo, algunos parecen más humanos que otros en el camino del crecimiento personal que se nos ofrece como una constante a lo largo de toda la existencia. Sin esfuerzo no hay avances; sin tensiones no hay crecimiento; todo lo que merece la pena lleva su tiempo entre inevitables incertidumbres.
El rumbo personal y pastoral que ha tomado el Papa Francisco ha hecho más evidente que esta lucha por ser la mejor posibilidad de uno mismo, esté polarizada entre la teología de los más necesitados como preferentes del evangelio (amarnos los unos a los otros como Cristo nos ama) y la defensa de una determinada manera de entender conceptualmente lo que llamamos Iglesia. La eterna dicotomía entre ortopraxis y ortodoxia, entre el qué y el cómo.
Lo cierto es que los cristianos nos jugamos nuestra credibilidad en el cómo hacemos las cosas. San Pablo se refirió a esto muy expresivamente cuando puso en valor la esencia radical humana y cristiana, es decir, el amor, en su primera Carta a los Corintios dejando claro que sin amor nada sirve, nada soy.
Sin embargo, en demasiadas ocasiones no se le presta atención a cómo actuamos cuando decimos defender el mensaje de Cristo. Dentro de la Iglesia católica, Francisco está dando una lección extraordinariamente profética de talante jesuánico. No podemos olvidar que Jesús se comportó de una determinada manera a la hora de actuar, bien entre los suyos, bien en público ante los fariseos, cuando curaba y consolaba, o revolucionando la manera de vivir la religión impregnada en el ADN judío.
No vale defender la ortodoxia ni la ortopraxis (con todos los acentos que puedan derivarse de una búsqueda sincera de nuestra vocación cristiana) dando el espectáculo lamentable que demasiadas veces ocurre tras el que se trasluce una lucha de poder en toda regla, marcada por vanidades y ocultaciones que buscan resultados poco dignos de llamarnos cristianos escandalizando sin pudor. Jesús señaló lo que tenemos que hacer en el mundo; lo dijo con mucha claridad. Pero si algo recalcó hasta en su último suspiro fue que todo pasa por trabajar la actitud de amor, quitar cruces y salvar a los desvalidos desde el amor; denunciar proféticamente las injusticias en el mundo y en la propia Iglesia desde la credibilidad y la mano tendida que tuvo Jesús a pesar de que repudiemos el mal. Y desde ahí construir todas las ortodoxias que necesitemos en torno al  evangelio; no al revés.
Credibilidad, y no otra cosa, es nuestro faro a la hora actuar defendiendo nuestras convicciones y fundamentos (ortodoxia) y haciendo evangelio a nuestro alrededor con el prójimo (ortopraxis). Tenemos el mejor mensaje posible con Cristo a la cabeza. No hay mejor ortodoxia que la Buena Noticia. Sin embargo, nos pierden las formas porque estamos desechando la escucha activa, la comprensión, la paciencia, la misericordia, el perdón y la humildad en nuestra entrega. Parece como si la vivencia de nuestra fe fuese un plan nuestro y no el plan de Dios. Nos conocerán por nuestros hechos, sin duda, pero es que la fraternidad cristiana en las formas de actuar, también son hechos. Forman parte de la verdadera caridad cristiana
El amor es nuestra única guía y referencia en todo: actitudes, hechos y pensamientos. Lo que no pase por este tamiz, está fuera del evangelio. Esta tensión interior ineludible entre lo que hacemos y cómo lo hacemos es una constante desde que el ser humano tiene conciencia de serlo. Jesús lo que hizo fue darle la máxima importancia a este pulso interior (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).


HABÍA MUCHA ARENA, ERA INMENSO EL ARENAL












-         ¿Quién eres? – dije sin volver la cabeza mientras continuaba contemplando el paisaje.  No reconocí la voz. No me volví. Tenía artrosis, me dolían las cervicales y me suponía un tremendo esfuerzo y un bastante de dolor, girarme.

Al cabo de un rato me hastiaba el pasaje. Me sentía incómodo. La soledad me pesaba. Tenía miedo.
 Recordé que apenas tenía gasolina en el depósito.
Me apuré para volver. Al hacer lo descubrí que, hasta muy cerca de donde me había sentado, había multitud de pisadas, huellas que no podía identificar.

¿Desde cuándo estarían ahí? – pensé. Seguro que hace mucho tiempo. Tal vez entonces vendría gente por acá. Ahora no.

Llegue hasta el coche. Lo puse en marcha. No era mucho combustible el que quedaba. ¡No sé si habrá gasolineras por estos arenales!. Sentí temor de no llegar a ninguna parte.
Una vez más pensé: ¡Es injusta la vida!

                                      José Luis Molina  López
                                                               8 de enero 2020

viernes, 3 de enero de 2020

TU NOMBRE, SOLO ESO Parte 2a






El día 20 del pasado diciembre intentaba, os proponía un poema en el que podíais interactuar. Consistía en ubicar las palabras que os proporcionaba en sus espacios correspondientes. No sé si alguien tuvo gana o tiempo de intentarlo. No sé si lo logró.
Otros muchos, seguro que ni lo intentaron pero, puede ser que a algunos les interese el poema que había detrás. Por todas esas razones, ahí os lo pongo hoy





TU NOMBRE, SOLO ESO.

Tengo suficiente:
Un suspiro me basta.
No quiero discursos
o necias palabras.
Me basta y me sobra
beber en tus ojos,
reír mientras baila,
en la luz, tu risa.
Solamente quiero
otear la playa
limpia de tu frente,
o, a lo más, temblando,
embeber tus besos
saciando de ti
otra vez mi alma enamorada.

                               José Luis Molina
                                    20 de diciembre 2019

miércoles, 1 de enero de 2020

NANA NAVIDEÑA DE LAGRIMAS Y BESOS PARA MADRES DE INTIRUNA





Suenan campanas.
Suena una nana.
Suena en el cielo,
cae del cielo.
Nace en la tierra,
sube hasta el cielo
la bella nana
que tarareas,
duermes al niño,
al niño besas,
meces el sueño
de soñar, sueñas
seguir soñando,
segur pisando
sus huellas tiernas.
Suenan campanas.
María reza,
María canta,
María piensa
mirando al niño
mientras su nana
se balancea
como susurros
en sus orejas.

Canta María,
y, junto a ella,
canta Narcisa
que, casi apenas,
puede cantar
la nana hecha
de amor y llanto.
Y junto a ellas,
también con cantos
de gozo y pena,
canta Fabiola,
Piedad y Gladys
cantan con ellas.
Angelica y Dolores
también jalean
la nana de las risas
y de las penas.
Los de Intiruna
sienten con ellas
que el azul de la noche
brillando queda.
                 José Luis Molina
                            1 de enero 2020

MADRE







Madre, soy tu hijo,
aunque no veas,
soy tu hijo.
Soy tu hijo,
no me he ido,
solo estoy ausente.

Mírame en mis hijas,
ellas son tus nietas,
ahí tienes a tu nuera,
ella es mi mujer.
Mi padre y mis hermanos,
parras de tu sombra,
los abuelos,
fuentes del ayer.

Madre, aunque no me veas,
no me he ido,
solo estoy ausente,
soy tu hijo.
Mira mis abarcas vacías
repletas de tus sueños,
no me he ido,
aquí estoy.

Ayer te vi arrullando a mi hija,
acurrucándola y besándola,
y al ritmo de tu nana
bajé para encontrarte.

Soy navegante en tus lágrimas
surco tu piel,
conjuro a tu cuerpo enjuto
la sobriedad de tu risa,
no mates tu risa, madre,
deja que un destello de tus lágrimas
reverberen el mañana.

Duermo en el útero las sombras,
te estoy esperando, madre,
pero no corras,
búscame, no me he ido,
solo estoy ausente,
soy tu hijo.                                                  Miguel Á. Olmedo