domingo, 30 de agosto de 2020

TEXTOS PARA ENAMORADOS

 

TEXTOS PARA ENAMORADOS

 


Buenas. Me alegro de estar, de nuevo, comunicándome contigo.

Hoy, para empezar, voy a hacer una proposición. Coge  un papel y un bolígrafo  o esfero. Después haz una primera lectura de los textos de este domingo. Son:    Jeremías 20, 7-9

                              Romanos 12, 1-2

                              Mateo 16, 21-27

Seguidamente, tras esta primera lectura, escoge  las frases o párrafos que más te llamen la atención. Puede ser uno o los que quieras.

Por último piensa en el párrafo o las frases que hayas elegido y trata de escribir lo que entiendes tú de ellos en situación o lenguaje de hoy, en situación  y con lenguaje que te pueda pasar a ti o a mí. Probablemente, si lo haces pueden ser interesantes los resultados.

Para que sirva de ejemplo voy a hacerlo yo también. Esa será mi reflexión de hoy.

La primera lectura, la de Isaías, oyéndola o leyéndola, me parece una historia o un poema de amor, dicho por uno de los dos de la pareja, mientras permanecen abrazados después de una fuerte experiencia amorosa.. El enamorado, o la enamorada, confiesa muy tenuemente, al oído del amado/a, sus miedos a entregarse, las resistencias y obstáculos , tras los que se parapetaba para no entregarse, las luchas y contratiempos que esta entrega, a la que se resistía, le estaba proporcionando. Pero como se impuso su amor que lo llenaba hasta en la médula de sus huesos, llegando a  la entrega que lo eleva al paroxismo total. Ahora, en confidencia amorosa, lo reconoce y manifiesta su gozo.

Así me imagino yo este texto.

A ti, ¿qué te parece?

Creo que para continuarlo vendría bien el Cantar de los Cantares o el “Cántico Espiritual” de San Juan de la Cruz. Y con ellos me iría a la segunda lectura para entender como, desde ese enamoramiento, esa búsqueda y ese seguimiento, ir descubriendo como cantinuar mi historia como don para este mundo (humanidad) que él “caminando” (viviendo) “vestido lo dejó de su hermosura.

Y llegaría a la última frase, ya en el Evangelio:      

               Ir con él,….. cargar con la cruz.

Y estas frases me llevan a terminar con un gran tema: LA COHERENCIA.

Y ahí me quedo reflexionando  y dejando, si quieres, para que reflexiones.

¿Cuál es mi nivel de coherencia? ¿Hasta dónde?. ¿Cómo? ¿Cuáles son mis incoherencias?

                            José Luis Molina

                                        30 de agosto 2020

PD.- El fragmento del Cántico Espiritual al que hago referencia dice:

                              Mil gracias derramando

                               Pasó por estos sotos con presura,

                               Y, yéndolo mirando,

                               Con solo su figura

                                Vestidos los dejó de su hermosura

 

 

 

lunes, 24 de agosto de 2020

HACER DIANA AL SOL

 

 


Pues somos verticales,

en verticalidad subamos

con una meta apuntando el vuelo.

No es el suelo, sino el cielo

definitiva y última morada.

Que ni somos nada

ni llamados a la nada estamos.

Desde la solidaridad y el llanto,

desde el brazo que agarra con fuerza a quien se cae,

desde la espera firme y presto el compromiso,

desde el beso que sella lo infinito y lo hace tangible,

desde morir tu muerte y alegrarme en tu parto,

iré haciéndome saeta que se clave en el sol.

Desde allí, te prometo

unas gotas de dorada sangre

no de dolor sino de vida llenas.

Caerán hasta la tierra

que quedará por siempre

fecundada de sueños que se hicieron

partos activos de un útero fecundo,

utopía de donde se genera

abundante el torrente de la vida

                                          José Luis Molina

                                                   16 de agosto 2020

sábado, 22 de agosto de 2020

UNA PREGUNTA

 


?

Os invito a que comencemos esta reflexión  de hoy partiendo de una de las expresiones de Pablo en Romanos 11:

      ¿Quién conoció la mente del Señor Dios?

Imposible. Dios se nos escapa. Cuando queremos meterlo en una cuadrícula, en unos renglones, Dios se va por las esquinas y anda por otro lado.

Solo tenemos un camino para conocer a Dios: Jesucristo. Quien ve a Jesucristo, ve a Dios. Quien entiende a Jesucristo, entiende a Dios. Quien actúa según Jesucristo, hace las cosas como Dios quiere. Quien acepta a Jesucristo, tiene fe en Dios.

Por eso es importante la pregunta que Jesús nos hace en el Evangelio:

                    ¿Quién soy yo para vosotros?

Hoy no quiero cansaros mucho y pretendo ser breve. Por eso me quedo en la pregunta:

            ¿Quién es Jesús para mi, para ti?.

Pero no contestemos de rutina. Tampoco precipitadamente para que luego sea difícil dar razón de nuestra respuesta.. Jesús para nosotros SERÁ en aquella medida  que nos haga ser, actuar, construir Reino.

Jesús será para mi el Señor cuando sea aquello que me impulse a SER, , desde quien me logre SER SIENDO lo que desde él me descubro llamado.

Por eso también puede servirnos la terminación del texto del evangelio: “Se dirigió a los discípulos y les dijo que no dijeran a nadie…” Tal vez hablamos mucho de Jesús, decimos muchas cosas de Jesús. Tal vez demasiadas.

Tal vez sea más importante no decir sino respondernos , con profunda verdad, a la pregunta que nos hace:

                           ¿Quién soy yo para ti?

                                          José Luis Molina

                                                  23 de agosto 2020

sábado, 15 de agosto de 2020

DISCERNIENDO A DIOS

 


 

Nos encontramos con la fiesta de la Asunción pegada al domingo y, sin que las lecturas sean similares, creo que, contempladas en conjunto, tienen un contenido común importante y correlacionado.

Voy a intentar explicarme .

Comenzaré por el evangelio del domingo. Lo siento por los que creen y opinan que Jesús se sabía el final de las cosas, lo que iba a ocurrir al dedillo y lo que venía después.

Quien ve a Jesús ve a Dios pero no porque tuviera poderes mágicos sino porque sus obras son plenamente el actuar de Dios. Dios actúa así. Dios actúa ahí (Jn. 10, 25-30). Y ahí estaba el contenido de la oración de Jesús: discernir, en cada momento, cual era el actuar de DIos y ACTUAR.

Pues bien, en el evangelio hay dos momentos claramente definidos: El primero cuando argumenta el pensamiento de los dirigentes religiosos de Israel que pensaban no había que dar la comida de los hijos a los perros, es decir, que la salvación de Dios era para Israel y los demás al rebusco.

Por el otro lado, la mujer, extranjera, cananea, de tierra y país no religioso. Pero la mujer de fe grande es capaz de hacer frente a lo que se le argumenta, supuestamente desde la voluntad de Dios, contraponiendo que de la mesa de Dios, aunque sean migajas, también comen hasta los perros. Y Jesús abandona la postura oficial para exaltar la fe grande de la mujer, ¿Por qué?. Porque el actuar de Dios no era el de la oficialidad religiosa. Y en esto está clamando la primera lectura: el actuar de Dios nace desde la opción por el ser humano. De ahí que sus carriles sean actuar según el derecho y la justicia, la justicia de Dios.  Para Dios no hay nada por delante del ser humano. Para Jesús, obviamente,  el ser humano es preferencial. Y hacer sus obras será trabajar  por respetar y que se respete su dignidad, , no aceptar que él mismo se cosifique , se venda y se rebaje, no entrar en connivencia con criterios de aprovechamiento, explotación, engaño, utilización, falsedad.  Por eso Jesús cura a su hija, le dice a esa mujer que tiene derecho a la liberación y nadie se lo va a arrebatar.  (otra forma de parir al niño según el Apocalipsis).

Pero todo esto me trae rumores de países  que invocan al Dios de Jesucristo pero no acogen a la mujer que llega hasta ellos.. Por eso los que arriban a sus playas y no han perecido en el empeño, o a sus aeropuertos, hasta las migajas que reciben le son arrojadas al suelo y las recogen entre posturas de desprecio, de desconfianza, , de acusación de venir a llevarse (robar) lo que es nuestro.

Derecho y justicia quiere el Señor, no silencio cuando no desprecio o xenofobia.  Y aunque solo sea quedándonos en esto, en el silencio ante esto, ya nos hace partícipes.

Pues bien, situándonos en la historia, en nuestro momento histórico, nosotros, la Iglesia, somos quienes hoy tenemos que parir, seguir situando, a Jesús en el mundo.  Y eso lo hará, lo haremos si encarna, no solo recita, el Magníficat: En él, en el magníficat, también se apuesta por el Dios del derecho y la justicia.

  Proclamémoslo con gozo, esforcémonos en el empeño.                                        

                                           José Luis Molina

                                                         15 y 16 de agosto 2020

domingo, 9 de agosto de 2020

PEDRO CASALDÁLIGA


IN MEMORIAM


Me gusta estar contigo, Pedro,
junto a tu verso,
y a dúo tararear
aquel cantar quimero
que preguntaba al viento
¿dónde están los profetas?.
Y así, con tu palabra,
con tu rima de Reino,
sentir fuerza,
gritar con savia de tu verbo
preguntando:
¿Por qué calla la Iglesia
en este tiempo nuestro
donde se sigue, como antaño,
al pueblo reprimiendo,
amordazándole en sus derechos?
No necesitamos iglesias en lo alto,
no necesitamos elevarnos al cielo,
necesitamos Iglesia acá, en el suelo,
Iglesia-Pueblo que, como pueblo,
caminando,
haga historia de esperanza y de cielo.

                              José Luis Molina


Escrito  cuando yo andaba por Latinoamérica oyendo, en las quebradas, el ulular del viento exigiendo justicia y desde donde, a Pedro Casaldáliga se le vivía como el vecino bueno de quien recibías fuerzas y aire fresco

sábado, 8 de agosto de 2020

UNA PEQUEÑA HISTORIA


Para la reflexión de este domingo, donde se sigue presentando milagros de Jesús, para poder entender esto, esperando os ayude a su comprensión, voy a utilizar


UNA HISTORIA PEQUEÑA

Hubo una vez una familia de las muchas que hay en cualquier momento y en cualquier tiempo.
El matrimonio vivía con cinco de los seis hijos habidos, pues al que faltaba lo perdieron muy pronto, y con dos abuelos ancianos.
Ambos trabajaban de sol a sol, y a la luna tenían que pedirle algunas que otras horas.
Pero vivían felices.
A pesar de su incansable  trabajar siempre encontraban las maneras para salir los domingos al campo con los hijos  o pasear por el parque del pueblo mientras ellos jugaban. Durante el invierno no eran raras las tardes en las que todos disfrutaban  con los juegos de mesa.
No se quedaban sin comer, pero no les sobraba. Con los recursos que conseguían, unas veces a unos, otras a otros, intentaban ir pagando lo que debían porque se lo habían dado adelantado.
Pues esta familia tenía una vaca que les aseguraba leche y algún que otro queso.
En esta ocasión que les cuento, la vaca estaba preñada. Con la cría se habían adelantado a prever y ya la tenían vendida antes de nacer.  Esto suponía un alivio para afrontar ciertas circunstancias  que venían llegando.
La vaca estaba inquieta, le llegaba el parto y mandaron a los niños a la cama más temprano que de costumbre.
Pero el asunto se complicó. La ternerita se atravesó, intentaron ayudarla a nacer, pero todo fue  inútil. Nació muerta.
Grande era el desconsuelo de la mujer que una y otra vez se lamentaba pues sus proyectos, la solución de algunos de sus problemas, se habían esfumado.
El marido, sin mucho éxito, intentaba calmarla. Entonces la tomó por los hombros y la llevó a la casa  dirigiéndose a la habitación  donde dormían tres de los hijos..
Uno de ellos, el que me contó esta historia, no estaba dormido, pero cerró los ojos para parecerlo
Y sintió que los dos se detenían en la puerta. Después de unos instantes el hombre,  apretando tiernamente a la mujer, le dijo: Mira nuestros hijos. Duermen. Están sanos. Y nunca se han quedado sin comer. Doy gracias  por ello y termino diciendo: Así sea. Esto es más importante que lo que hemos perdido esta noche.
Y se marcharon.
Y este hijo que los había oído, me dijo que cerró nuevamente los ojos, ahora para dormirse y que, mientras le iba llegando el sueño, pensó que con toda seguridad nunca se hundiría en el agua porque su padre sabía cómo andar sobre ellas.
Porque andar sobre las aguas y no hundirse, repito una vez más, es un milagro pero no es magia. Es un milagro porque se produce cuando la vida parece ahogarte pero sigues convencido que tu opción por la vida que descubres de Jesús, sigue siendo valiosa.
                                    José Luis Molina
                                                7 de agosto 2020




lunes, 3 de agosto de 2020

INTIRUNA




Un círculo  que se abre al cielo.
Un círculo que se llena de cielo y de humanidad se preña.
Un círculo como útero fecundo donde se gesta la vida.
Un útero que derrama al mundo margaritas, lirios y violetas.
Un círculo para reír, para llorar, para abrazar, para vivir.
Un círculo donde Dios se hace comprensible.
Un círculo donde sientes que te abraza.
Un círculo donde caben tus abrazos, los que das al otro y en el que sientes a Dios.
Contigo sueño, contigo oro, contigo lloro, contigo doy gracias,
                                 por ti doy gracias,
                                 para ti pido gracias.
                                           Gracias, Intiruna

                      José Luis Molina
                              3 de agosto 2020

sábado, 1 de agosto de 2020

PAN, PECES, CORONAVIRUS Y VIDA





Me parece interesante la coincidencia de que, a este tiempo de epidemia del covid 19, le corresponda este evangelio. Creo que esta circunstancia nos puede ayudar a entender los milagros.
Para empezar me vais a permitir que os ofrezca una reflexión de Inma Calvo , tomado en Eclesalia . Dice así:
             “Cuando los modelos de conducta están muy arriba,              
              producen el efecto contrario: dejan de ser inspiración para
             la vida y se convierten en objeto de adoración. Veamos,
             por ejemplo, la escena de la multiplicación de los panes y
             los peces. Si se trata de un milagro que Jesús decide  
             realiza, nosotros, pobres criaturas humanas, no podemos  
            hacer nada para alimentar al prójimo. Como mucho rezar
            para mover la Voluntad Divina. No obstante, si entendemos
            el relato como un símbolo y el milagro es compartir,
            entonces si que podemos intentarlo”
Después de esta reflexión y de la invitación que nos hace a no permanecer pasivos, sigo yo reflexionando.
Miremos a nuestro tiempo y escuchad este relato a manera de cuento:
Hubo una vez que la humanidad se encontraba no sentada en el verde césped del confort, sino abatida por el poder aterrador de un virus que, esta vez, no les roía el estómago por el hambre, que también, sino los pulmones. Sufrían y morían, Sufrían y morían en una tremenda soledad. Y, con ellos   , otros muchos, según creo, sufrían  en la distancia ante la impotencia, la separación y las lágrimas vertidas en desconsuelo.
Pero hubo gentes que supieron que algo había que hacer que supieron hacer lo que había que hacer y se pusieron a la obra.
Ocuparon UCI s, hospitales, residencias, …
Y ahí estuvieron repartiendo el pan que necesitaban. Y este pan no se terminó: costó no descasar, malamente dormir, tener que aislarse de los suyos y, algunos, sentir, sufrir y caer en el mismo drama.
Metidos en sus mascarillas y pantallas, eran ojos que se acercaban, ojos que lo llenaban todo, ojos donde los hambrientos (sufrientes) encontraban que no estaban solos. Ojos por los que se asomaba una sonrisa de calma y que se desbordaban en lágrimas incontenibles cuando tenían que asumir la despedida y cerrar los ojos que habían estado clavados en los suyos.
Eran  manos que agarraban otras manos y templaban su temblor. Manos con cargas paliativas,  manos que transmitían  los abrazos que gritaban tras los teléfonos o tras la ventana de la casa donde había alguien a quien también le temblaban las manos por la angustia. Manos que se convertían en caricias y aplausos cuando había vencedor y victoria…
Y yo pregunto: ¿Ha habido milagros en la pandemia? Si lo entendemos como prodigio y algo de magia, creo que no. Pero yo si creo que ha habido milagro Que hemos presenciado  una vez más la multiplicación de los panes y los peces. Estos, y muchos más, (camioneros, voluntarios, servidores públicos en el más profundo sentido de la palabra servidores, , al servicio de la ciudadanía) repartieron  el pan que tenían. Lo repartieron incansables y no se agotó.

El milagro, entendido así,  como solidaridad, es cosa de Dios. Sí, porque nos hace superar nuestro egocentrismo y encontrarnos en el otro. Pero no es solo cosa de Dios. También es cosa nuestra.
Resumo: No hay imágenes milagrosas: La vida es milagrosa cuando la vivimos como aprendemos de Jesús junto al lago.
Yo doy fe de ser testigo de numerosos milagros, de constantes milagros así entendidos, de haber ido conociendo a Jesús a través de milagros que junto a mi se realizaban. Y doy gracias  por ello. Y doy fe también  de que, desde mi experiencia, el pan compartido nunca se agotó.
                                  José Luis Molina
                                               2 de  agosto 2020