En nuestro caminar en los Grupos de Fe de Intiruna, junto con las sombras, que también las hay, hay luces que son motivos de alegría y que, si seguimos avanzando, también lo son de esperanza.
Esta vez es con motivo del voluntariado. Y es que, costando mucho, porque hay personas que siempre tienen alguna justificación para eludir asumir compromisos, va creciendo la conciencia solidaria. Ya hace tiempo que miembros de Intiruna, desde sus posibilidades, hacen también aportaciones económicas para contribuir al mantenimiento de espacios que se mantienen en la fundación: Fondo de Solidaridad, Comedor Escolar, etc.
Pues bien, ultimamente, se están produciendo prestaciones personales, con carácter de voluntariado, que hacen posible que se abra el abanico de ofertas de promoción que Intiruna suscita. Así, además de la tarea de ser monitores de los cursos en la Escuela de Formación de Laicos, Catequesis y Formación en Valores y propiamente del trabajo de monitor en los Grupos de Fe, en la actualidad, hay miembros de Intiruna que hacen posible:
* Cursos de pintura en tela para niños.
* Clases de Educación Física en la Escuela Inti.
* Clases de Computación para adultos
* Refuerzo pedagógico, para algunos niños necesitados de ello,
por presentar un retraso ostensible, en horas de la tarde.
* Incorporación, junto con los profesores, para desarrollar las sesiones de
Escuela de Padres en diferentes grupos y niveles.
Y ojalá sigamos creciendo.
Para los miembros de Intiruna que lean este artículo, quiero ofrecérselo como nuestra felicitación navideña hacia dentro ya que, si todo este crecimiento obedece a ir asumiendo nuestro compromiso de servicio hacia los demás, no estamos lejos de aquellos pastores que recibieron el anuncio de la Buena Noticia: Que Dios se hacia presente en la humanidad precisamente en el deseo y el logro de que los hombres tengan paz y plenitud de vida porque Dios nos ama.
José Luis Molina
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