lunes, 25 de febrero de 2013

25 DE FEBRERO



Hoy, por El Bosque, paseaba dejándome acariciar por el sol de atardecer. El río va crecido con las aguas de los anteriores días de lluvias copiosas.


Me detuve un rato. Los árboles, pelados aún, andan ya queriendo reventar  en los brotes que van granulando sus ramas. Las vincas van orlando sus orillas.




Recordé una mañana de niebla de un 24 de febrero de hace dieciséis años. En mis entresijos retumbaba,  mientras iba saliendo,  el salmo 136:
                  Si me olvido de vosotros Bosque y Benamahoma,
                  que mi mano se olvide de servirme,
                   que mi lengua se pegue al paladar
                   si os borro de mi corazón”.
Hoy, día 25, después de estos dieciséis años, me encuentro circunstancialmente en El Bosque. Ayer celebraba la Eucaristía en Benamahoma. Y ahorita, junto con la Sierra del Pinar, aparecía el nevado Cotopaxi, el Pichincha curioso de mi ventana y desde mi ventana curioseado en los amaneceres unas veces nevados y otras dorados.

 Y junto con ellos, rostros, muchos rostros, vuestros rostros. Y seguía sirviéndome el salmo 136, porque mi mano, que aún sigue sirviéndome, ¡por algo será!, añade otro nombre: Intiruna






José Luis Molina

viernes, 22 de febrero de 2013

DÉJAME DORMIR, MAMÁ

Con los tiempos que corren por España, donde se habla, se habla,... no para de hablarse, se dicn soluciones, pero, descaradamente no se aborda uno de los pilares fundamentales de la situación: LA DEGRADACIÓN DE LA CLASE POLÍTICA, LA CORRUPCION SOLAPADA O NO TAN SOLAPADA,  etc, el suigiente escrito que cuelgo creo que es muy oportuno


Es buenísimo, y más si se tiene en cuenta el año en que fué escrito y el autor.  ¡Increíble!

 NO  TIENE  DESPERDICIO !!! 
DÉJAME DORMIR, MAMÁ 
Hijo mío, por favor, 
de tu blando lecho salta. 
Déjame dormir, mamá, 
que no hace ninguna falta.. 
Hijo mío, por favor,   
levántate y desayuna. 
Déjame dormir, mamá, 
que no hace falta ninguna. 
Hijo mío, por favor, 
que traigo el café con leche. 
Mamá, deja que en las sábanas 
un rato más aproveche.. 
Hijo mío, por favor, 
que España entera se afana. 
¡Que no! ¡Que no me levanto 
porque no me da la gana! 
Hijo mío, por favor, 
que el sol está ya en lo alto. 
Déjame dormir, mamá, 
no pasa nada si falto. 
Hijo mío, por favor, 
que es la hora del almuerzo. 
Déjame, que levantarme 
me supone mucho esfuerzo. 
Hijo mío, por favor, 
van a llamarte haragán. 
Déjame, mamá, que nunca 
me ha importado el qué dirán. 
Hijo mío, por favor, 
¿y si tu jefe se enfada? 
Que no, mamá, déjame, 
que no me va pasar nada. 
Hijo mío, por favor, 
que ya has dormido en exceso.. 
Déjame, mamá, que soy 
diputado del Congreso 
y si falto a las sesiones 
ni se advierte ni se nota. 
Solamente necesito 
acudir cuando se vota, 
que los diputados somos 
ovejitas de un rebaño 
para votar lo que digan 
y dormir en el escaño. 
En serio, mamita mía, 
yo no sé por qué te inquietas 
si por ser culiparlante 
cobro mi sueldo y mis dietas. 
Lo único que preciso, 
de verdad, mamá, no insistas, 
es conseguir otra vez 
que me pongan en las listas. 
Hacer la pelota al líder, 
ser sumiso, ser amable 
Y aplaudirle, por supuesto, 
cuando en la tribuna hable. 
Y es que ser parlamentario 
fatiga mucho y amuerma. 
Por eso estoy tan molido. 
¡Déjame, mamá, que duerma! 
Bueno, te dejo, hijo mío. 
Perdóname, lo lamento. 
¡Yo no sabía el estrés 
que produce el Parlamento! 
Fray Junípero (1713 - 1784) Religioso franciscano  español . 
Piensen que fue escrito por este franciscano en el 1700 y  valoren su vigencia !




Y LA ENSEÑANZA, DERROTADA, CORRÍA POR LOS MONTES COMO ALMA EN PENA.

Se lo dedico a los padres, ... porque siendo inalienable su responsabilidad con el mañana de sus hijos y el tipo de personas que ellos serán en ese mañana.

Se lo dedico a todos aquellos que tienen por delante un proceso educativo, de conocimiento y crecimiento como persona, es decir, a todo quien lo lea,  por la responsabilidad que tienen con relación a todos y cada uno de los seres humanos  hacia los que no tiene el derecho de privarle de que se beneficien de  sus potencialidades.

Se lo dedico a los teóricos de la educación y los responsables de aplicar e implantar sistemas que sean válidos por la enorme responsabilidad que tienen ante tantos ensayos que muchas veces se deben y se mueven por razones políticas, económicas, de medrar y escalar puestos, etc.

Me lo dedico a mi y a todos los que hemos sido enseñantes, profesores, maestros, educadores, ...(¡ójala lo hayamos sido en orden inverso al que lo he puesto!) por la responsabilidad que seguimos teniendo desde lo que fuimos.

Con mis deseos de que el niño del chiste encuentre la cabeza para poder llevarla a la escuela
José Luis Molina

LA ELECCIÓN DE UN NUEVO PAPA Y EL ESPÍRITU SANTO

Creo que nos humanizamos cuando los acontecimientos que la vida nos va presentando nos hacen pensar, reflexionar,... Creo que ésto nos hace crecer en cualquier dimensión, también en la de creyente. La dimisión de Benedicto XVI puede proporcionarnos ésto. Y con esa intención transcribo este artículo de Ivone Gebara, porque considero  que aporta elementos para  que, como miembros de la Iglesia, no nos quedemos en posturas infantiles, trasnochadas y mágicas.
José Luis Molina
Ivone Gebara
Escritora, filósofa e teóloga
Adital
Después de la encomiable actitud del anciano Benedicto XVI renunciando al gobierno de la Iglesia Católica Romana se sucedieron entrevistas con algunos obispos y sacerdotes en estaciones de radio y televisión en todo el país. Sin duda un evento de tanta importancia para la Iglesia Católica Romana es noticia y conduce a predicciones, elucubraciones de variados tipos, sobre todo de sospechas, intrigas y conflictos entre los muros del Vaticano que habrían acelerado la decisión del Papa.
En el contexto de las primeras noticias, lo que me llamó la atención fue algo a primera vista pequeño e insignificante para los analistas que tratan asuntos del Vaticano. Se trata de la forma cómo algunos padres entrevistados o sacerdotes conductores de programas de televisión respondieron cuando se les preguntó sobre quién sería el nuevo Papa, saliendo por la tangente. Se referían a la inspiración del Espíritu Santo, o a su voluntad, como siendo el elemento del que dependía la elección del nuevo romano pontífice. Nada de pensar en personas específicas para responder a las situaciones mundiales desafiantes, nada para despertar una reflexión en la comunidad, nada de hablar de los problemas actuales de la iglesia que la han llevado a un significativo marasmo, nada que escuchar los clamores de la comunidad católica por la democratización de las estructuras anacrónicas que sostienen a la iglesia institucional.
La formación teológica de estos padres comunicadores no les permite salir de un discurso trivial y abstracto ya bien conocido, discurso que continúa recurriendo, como explicación, a fuerzas ocultas, y así, de cierta forma, confirmar su propio poder. La continua referencia al Espíritu Santo a partir de un misterioso modelo jerárquico es una forma de camuflar los verdaderos problemas de la Iglesia y una forma de retórica religiosa para no revelar conflictos internos que ha vivido la institución.
La teología del Espíritu Santo continúa siendo para ellos mágica y expresando explicaciones que ya no pueden hablar a los corazones y a las conciencias de muchas personas que tienen aprecio por el legado del Movimiento de Jesús de Nazaret. Es una teología que sigue provocando la pasividad del pueblo creyente ante las múltiples dominaciones, inclusive la religiosa. Continúan repitiendo fórmulas como si éstas satisficiesen a la mayoría de la gente.
Me entristece el hecho de verificar una vez más que los religiosos y algunos laicos trabajando en los medios de comunicación no perciban que estamos en un mundo donde los discursos tienen que ser más asertivos y caracterizados por referencias filosóficas consistentes, además de la tradicional escolástica.
Un referencial humanista les haría mucho más comprensibles para el común de las personas, incluidos los no católicos y no religiosos. La responsabilidad de los medios de comunicación religiosos es enorme e incluye la importancia de mostrar cómo la historia de la iglesia depende de las relaciones e interferencias de todas las historias de los países y de las personas individuales. Ya es tiempo de abandonar ese lenguaje metafísico y abstracto, como si un Dios fuese a ocuparse especialmente de elegir al nuevo Papa, independientemente de los conflictos, desafíos, iniquidades y cualidades humanas. Ya es hora de enfrentar un cristianismo que admita el conflicto de las voluntades humanas y reconocer que al final de un proceso electivo, no siempre la elección realizada puede ser considerada la mejor para el conjunto. De enfrentar la historia de la iglesia como una historia construida por nosotros todos y todas y de testimoniar respeto para nosotros mismos/as mostrando la responsabilidad que tenemos todas/os los que nos consideramos miembros de la comunidad católica romana.
La elección de un nuevo Papa es algo que tiene que ver con el conjunto de las comunidades católicas esparcidas alrededor del mundo y no sólo con una élite de edad avanzada, minoritaria y masculina. Por lo tanto, es necesario ir más allá de un discurso justificativo del poder papal y enfrentarse a los problemas y desafíos reales que estamos viviendo. Sin duda, para esto las dificultades son muchas y abordarlas requiere de nuevas convicciones y del deseo real de promover cambios que favorezcan la convivencia humana.
Me preocupa, una vez más, que no se discuta más abiertamente el hecho de que el gobierno Iglesia institucional sea entregado a personas ancianas que a pesar de sus cualidades y sabiduría, ya no son capaces de hacer frente con vigor y desenvoltura los desafíos que estas funciones demandan. ¿Hasta cuando la gerontocracia masculina papal será como un doble de la imagen de un Dios, blanco, anciano y de barbas blancas? ¿Habría alguna posibilidad de salir de este esquema o al menos de iniciar una discusión de cara a una futura organización diferente? ¿Habría alguna posibilidad de abrir esta discusión en las comunidades cristianas populares que tienen derecho a la información y a una formación cristiana más ajustada a nuestros tiempos?
Sabemos en qué medida la fuerza de la religión depende de desafíos y comportamientos fruto de convicciones capaces de sostener la vida de muchos grupos. Sin embargo, las convicciones religiosas no pueden reducirse a una visión estática de las tradiciones y tampoco a una visión deliberadamente ingenua de las relaciones humanas. Las convicciones religiosas igualmente no pueden reducirse a la ola de las más variadas devociones que se propagan a través de los medios de comunicación. Es más, no podemos seguir tratando al pueblo como ignorante e incapaz de formular preguntas inteligentes y astutas en relación con la iglesia. Sin embargo, los padres comunicadores creen estar tratando con personas pasivas y entre ellas muchos los jóvenes que desarrollan un culto romántico alrededor de la figura del papa. Los religiosos mantienen esta situación a menudo cómoda por ignorancia o avidez de poder. Probar la interferencia divina en decisiones que la Iglesia Católica Jerárquica, prescindiendo de la voluntad de las comunidades cristianas esparcidas por todo el mundo es un ejemplo flagrante de esta situación. Es como si quisieran reafirmar erróneamente que la Iglesia es, en primer lugar, el clero y las autoridades cardenalicias a las cuales es conferido el poder de elegir un nuevo papa y que ésta es la voluntad de Dios. A los miles de fieles corresponde solo orar para que el Espíritu Santo escoja al mejor y esperar a que el humo blanco anuncie una vez más el "habemus papam".
De manera hábil siempre están tratando de hacer escapar a los fieles de la verdadera historia, de su responsabilidad colectiva por el recurso a fuerzas superiores que dirijan la historia y a la Iglesia. Es una lástima que estos formadores de opinión pública estén viviendo todavía en un mundo que es teológicamente, y tal vez incluso históricamente, pre-moderno, donde lo sagrado parece separarse del mundo real y situarse en una esfera superior de poderes a la que sólo unos pocos tienen acceso directo. Es desolador ver cómo la conciencia crítica en relación a sus propias creencias infantiles no haya sido despertada, para su bien personal y en beneficio de la comunidad cristiana. Parece que hasta destacamos los muchos obscurantismos religiosos presentes en todas las épocas, mientras el Evangelio de Jesús continuamente convoca a la responsabilidad común de unos con los otros.
Conociendo las muchas dificultades enfrentadas por el Papa Benedicto XVI durante su corto ministerio papal, las empresas de comunicación católica sólo destacan sus cualidades, su entrega a la iglesia, su inteligencia teológica, su pensamiento vigoroso como si quisieran una vez más ocultar los límites de su personalidad y de su postura política no sólo como Pontífice, sino también, como presidente, por muchos años, de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el ex Santo Oficio.No permiten que las contradicciones humanas del hombre Joseph Ratzinger aparezcan y que su intransigencia legalista o el trato punitivo que caracterizaron parcialmente su persona sean recordadas. Hablan desde su elección, principalmente como un papado de transición. No hay duda que es así. Pero ¿transición hacia dónde?
Me gustaría que la encomiable actitud de renuncia de Benedicto XVI pudiese ser vivida como un momento privilegiado para convidar a las comunidades católicas a repensar sus estructuras de gobierno y los privilegios medievales que esta estructura conlleva. Estos privilegios tanto del punto de vista económico, como político y socio-cultural, mantiene al papado y al Vaticano como un Estado masculino aparte. Pero un Estado masculino con representación diplomática influyente y servido por miles de mujeres en todo el mundo, en las diferentes instancias de su organización. Este hecho nos invita también a reflexionar sobre el tipo de relaciones sociales de género que este Estado continua manteniendo en la historia social y política actual.
Las estructuras pre-modernas que todavía conserva este poder religioso necesitan ser confrontadas con los anhelos democráticos de nuestros pueblos en la búsqueda de nuevas formas de organización que se correspondan mejor con los tiempos y grupos plurales de hoy. Deben ser confrontadas con las luchas de las mujeres, de las minorías y mayorías raciales, de personas de diversas orientaciones sexuales y opciones, de pensadores, científicos y trabajadores de las más variadas profesiones. Necesitan ser reelaboradas en la perspectiva de un mayor y más fructífero diálogo con otros credos religiosos y con las sabidurías esparcidas por todo el mundo.
Y, para terminar, quiero volver al Espíritu Santo, a este viento que sopla en cada una/o de nosotros, este aliento en nosotros es más grande que nosotros, que nos aproxima y nos hace interdependientes con todos los vivientes. Un soplo de muchas formas, colores, sabores e intensidades. Soplo de compasión y de ternura, soplo de igualdad y de diferencia. Este aliento o soplo no puede ser utilizado para justificar y mantener estructuras privilegiadas de poder y tradiciones antiguas o medievales, como si se tratara de una ley o una norma indiscutible e inmutable.
El viento, el aire, el espíritu sopla donde quiere y nadie debe atreverse a querer ser ni por una sola vez su dueño. El espíritu es la fuerza que nos acerca a unos con otros, es la atracción que permite nos reconozcamos cómo semejantes y diferentes, como amigas y amigos, y que juntos/as busquemos caminos de convivencia, la paz y la justicia.
Estos caminos del espíritu son los que nos permiten reaccionar ante las fuerzas opresivas que nacen de nuestra propia humanidad, los que nos llevan a denunciar a las fuerzas que impiden la circulación de la savia de la vida, quienes nos llevan a des-cubrir los secretos ocultos de los poderosos. Por lo tanto, el espíritu se muestra en las acciones de misericordia, en el pan compartido, en el poder compartido, en la cura de las heridas, en la reforma agraria, en el comercio justo, en las armas transformadas en arados, en fin, en la vida en abundancia para todas/os. Este parece ser el poder del espíritu en nosotros, poder que necesita ser despertado en cada nuevo momento de nuestra historia y ser despertado en nosotros/as, entre nosotros/as y para nosotros/as.
Febrero de 2013.

[Traducción para ADITAL: Ricardo Zúniga García – ricardozunigagarcia@gmail.com