jueves, 31 de agosto de 2023

¿QUIÉN ES JESÚS'

 



Complicada, extensa y abierta la cuestión que esta pregunta, que hace Jesús, plantea.

Para vosotros,  tú, yo,… ¿Quién es Jesús?

No valen respuestas teóricas.

Tampoco aprendidas de memoria.

Tampoco elaboradas por personas doctas, sabias, sobre todo lo último, en el uso de las palabras.

De ninguna manera debe ser contestada desde el temor a cometer errores teológicos por los que seríamos condenados por heréticos.

En el evangelio Jesús aparece intentando sondear  a sus discípulos sobre él en el mundo al que ha venido, en el que está, por el que opta como donación suprema de servicio.

Pero parece que los resultados del sondeo no presentan muchas certezas o al menos las que debiera. Dice cosas buenas de él pero, parece ser que no lo dejan satisfecho.

Por eso cambia de estrategia, pero sigue insistiendo: ¿Quién decís, vosotros, que soy yo?

Sí, parece ser, que Jesús, en el ranking, se salva de valoración en oposición con la institución eclesiástica que ostenta su marca y sus componentes.

Por eso creo que es ineludible que nos hagamos la pregunta, que oigamos la pregunta

                             1º.- Individualmente

                             2º.- Comunitariamente

                             3º.-Institucionalmente

Y para ello, esa pregunta de quién decimos nosotros que es Jesús, profundicémosla: Decir de alguien  es manifestarlo, es darlo a conocer.

Luego, ¿quién decimos nosotros que es Jesús? , en concreto, sería:

Con nuestra palabra, con nuestros valores, con lo que, en esencia, somos y construimos, nosotros, que proclamamos al Señor, ¿ QUÉ JESÚS ES EL QUE HACEMOS PRESENTE EN LA HISTORIA, EN LA VIDA, EN EL DÍA A DÍA DE LA GENTE?

Nosotros, personalmente,

                   Comunitariamente,

                   Institucionalmente, donde nos ubicamos en el mundo ¿es donde Jesús se ubicaría?

Responder a esto con honestidad, y  con compromiso , es imprescindible para terminar reflexionando y asumir  que la opción  por Jesús me lleva a la dimensión de la eclesialidad de la respuesta.  Son los cimientos de piedra sobre los que se construye no la “infalibilidad” entendida como un poder y éste absoluto

Un abrazo

José Luis Molina

27 de agosto del 2023

 

 

lunes, 28 de agosto de 2023

HOY SI VA RÁPIDO... PERO NO DE SUPÉRFLUO



Si hacemos una lectura rápida de los textos de hoy, encontraremos como criterios o valores a destacar:

Isaías

·      Guardad el derecho, de todos, no de unos pocos.

·      Ejercicio y práctica de la justicia, no la del derecho romano, sino la de la misericordia de Dios (Romanos 11)

·      Supresión de barreras y de leyes de extranjería que discriminan , excluyen, ahogan.

·      La comunión universal, no bonitas palabras.

 

Evangelio

·      Si la sinagoga excluía a la hija y a la mujer cananea, Jesús las integra en el pueblo universal de Dios

·      Ya no será el rito, la ley de pertenencia, sino la fe, la aceptación, la apertura al proyecto de Dios en Jesucristo.

·      La acogida no se hace por conveniencia o comodidad (discípulos) , sino por justicia.

 

Bueno, aunque breve, creo que es suficiente.

Estas puntualizaciones nos determinan con nitidez el perfil de Dios, el rostro de Dios en Jesucristo, Y no hay otros caminos alternativos. No hay medias tintas.

Dios nos podrá liberar en la proporcionalidad de nuestra aceptación en Jesucristo.

Sobra mucha guerra, muchos cadáveres hinchados flotando en el  Mediterráneo, muchos crímenes organizados, de guante blanco, manejando a su conveniencia los intereses de los pueblos, muchas bendiciones al silencio y aplausos al cerrar de ojos.

Dios grita por Isaías, sigue gritando , hablando por la boca de Jesús y proponiendo el compromiso con una realidad diferente: En le monte, donde esperan los más débiles, que la lluvia de justicia, solidaridad y humanización haga florecer el desierto

Un Abrazo

José Luis Molina

20 agosto del 2024


sábado, 12 de agosto de 2023

ENTRE SOMBRAS Y SUEÑOS

 



 

Suelo soñar con frecuencia. Y suelo recordar los sueños co detalles.

Me llamo José Luis pero podría llamarme Elías.

José Luis ha soñado el sueño de Elías.

Elías va buscando al Señor. Y recorre el mundo: ríos, montes y quebradas, y en este buscar sufre hambre, cansancio, persecución.

Y tropieza con impresionantes lugares donde el oro brilla y se refleja a la luz de artificiales montañas de luz. El lugar, le han dicho, huele a sagrado porque el incienso se expande lentamente impregnándolo todo. Y le han dicho que el incienso es olor  sagrado. Busca, pero no encuentra a Dios. Mira con ahínco, pero no descubre a Dios. Comienzan a oírse armoniosos cantos. Parece si se abrieran los cielos. Voces limpias cantan alabanzas pero, aunque sigue buscando, no encuentra a Dios.

Elías reconoce una voz cálida, próxima, que le enseñó que las lentes son para ver y los oídos para escuchar. Que una vez le dijo que podría escuchar a Dios  en los “ayes” de quienes, descalzos, caminaban entre pedregales y espinos. Que podría ver a Dios en las sombras que se hacían luz para iluminar un mundo que sangra por la violencia, la agresión, los abusos.

Recordó que aquella voz cálida, que aún acariciaba sus oídos, le descubrió que Dios siempre estaba ahí pero que, para verlo, para descubrirlo, el camino no era la ostentación sino la vida que llega tenue , sin estrépito, en lo cotidiano, pero que siempre  aporta una maravillosa brisa que disipa los rigores de

la canícula.

Elías, el que busca al Señor, sale del atrincheramiento religioso en el que se refugió, se acerca a la entrada de la gruta y, ante la inmensidad del Mediterráneo, mar de vida y de muerte, como un eco, escucha la voz de Serrat y la poesía de Machado, y él mismo repite:

                             quiero cantar y puedo

                            al Jesús que anduvo en el mar”

que en el mar de la vida sale al encuentro para ofrecer vida, que hace del deambular desesperado de tanto ser humano cruzando estas aguas, experiencia de su encuentro y se hace brazos que salvan evitando la condena y la exclusión.

Me desperté. Volví a saberme José Luis. Mis manos no olía a incienso, olía a mar. Puestas sobre mis oídos como caracolas, hacían emerger el grito, las ansias, las esperanzas del hombre, del ser humano, que busca, muchas veces sin saberlo, la liberación[JLM1] , la libertad identitaria que él derrama sobre el mar y que son tablas de salvación, estelas por donde avanzar.

 

Me acordé de mi padre. En sus exequias proclamé este texto de 1º Reyes 19 . De él, aprendí a comprenderlo.

Un abrazo.

José Luis Molina

13 de agosto del 2023

 

 


 [JLM1]

domingo, 6 de agosto de 2023

SIMBOLISMO QUE NO MAGIA



 

 

En esta semana nos encontramos con el evangelio vulgarmente conocido como de la Transfiguración.

Considero que es un texto muy importante pero sobre el que hay que aclarar que es un evangelio que no trata de manera alguna  de presentarnos actuaciones o comportamientos mágicos de Jesús.

Por eso vamos a intentar, una vez más, aplicar nuestro esfuerzo en su comprensión.

Primero fijémonos en el nombre: Transfiguración. ¡se  transfiguró!. Y esto quiere decir dejar ver detrás de la figura o ver más allá de lo que en un primer golpe de vista percibimos o captamos.

Creo que desde esta perspectiva es como debemos intentar mirar y grabar el significado de este evangelio, lo que se nos dice en él.

No es de magia de lo que se nos habla, ni de apariciones esotéricas , sino de símbolos y contenido simbólico.

Moisés representa la Ley,  es decir, el proyecto de Dios, su intención frente a todas las realidades vitales. Moisés son los mandamientos, ….

Elías representa a los profetas, es decir, la interpretación que se hace de la realidad desde los criterios de Dios, desde esa ley.

Pues bien, en medio de ellos, aparece Jesús transfigurado, es decir,  es la imagen del propio Jesús pero transfigurado,  el mismo pero distinto, resplandeciente porque en esa persona de Jesús, plenamente humano se encierra la plena realidad de Dios. Dios es “como Jesús” y Jesús es como Dios porque Dios está en Jesús y todo lo que de Dios podemos saber lo hacemos a través de Jesús.

Por eso Moisés, la Ley, la intención de Dios, es plenamente Jesús. De igual manera, la manera de interpretar la vida ,de descubrirla   y de poseerla se logra a través de la mirada de Jesús y sus propuestas. Por eso Jesús es la profecía de Dios, la Palabra de Dios. No es, pues, Jesús, una mera devoción. Tampoco un ídolo o imagen a quien adorar y reverenciar desde la distancia quedándonos iguales, indiferentes, sin ser transformados. Porque la transfiguración no solo se produce en Jesús  y se sitúa en el más allá, sino también en la vida y abarca a todo el que, en verdad, acepta esta realidad de Jesús que su transfiguración nos hace vislumbrar, manifiesta, ilumina, aclara.                                                       

Por eso no valen las posturas devotas, recogidas, prudentes y religiosas que Pedro propone con las tres chozas.

Y por eso Jesús vinculará todo el sentido de la transfiguración con la resurrección, con la vida resucitada ya que solo desde esa vida resucitada, transformada, esto deja de ser teoría.

Un abrazo

José Luis Molina

6 de agosto del 2023.