lunes, 31 de octubre de 2022

1 y 2 DE NOVIEMBRE

 


Los días 1 y 2 de noviembre son, a mi parecer, una efemérides con dos fechas que, entre ambas, la completan.

Si el día 1 es celebrar sabernos llamados a la santidad, destinados a participar de la única santidad existente que es Dios mismo, en el día 2 esta dimensión la vivimos aplicada en esperanza a nuestros difuntos porque los vivimos no desaparecidos, porque sentimos que continúan formando parte de nuestra historia.

Por último, en esta efemérides, nosotros , que aún permanecemos en este espacio terrenal, nos sentimos incluidos porque ese llamado también lo hemos recibido.

Por ello hoy termino esta reflexión con algo que escribí  hace ya algún tiempo y que titulé

 


NUEVAS BIENAVENTURANZAS

·      Felices los que son capaces de continuar realmente presentes entre los suyos porque consiguieron “ser madres” engendradoras de vida.

·      Felices aquellos que, cuando pronunciamos su nombre, provocan en nuestros labios un ligero temblor (imperceptible para la mayoría y que solo captan aquellos con capacidad de repetirlo), porque ellos son mucho más que un recuerdo.

·      Felices los que, sin saberlo, son grandes en los demás desde su sencillez, porque, sin palabras, nos han hablado de Dios.

·      Felices los que nos hacen derramar lágrimas desde su ausencia porque han sido capaces de hacernos saber que es el amor.

·      Felices nosotros que tenemos a Dios porque él nos permite situarnos de frente ante el absurdo de la muerte.

·      Felices nosotros que somos capaces de dar gracias por los que nos faltan mientras los echamos de menos.

·      Felices nosotros que hemos descubierto y experimentado que la vida es más fuerte que la muerte aunque ésta nos siga jodiendo y la vivamos en todo lo puñetera que es.

·      Felices nosotros

              porque nos sabemos felices,

              porque encontramos motivos para serlo,

              porque somos capaces de reír entre lágrimas.

 

Os dedico estas bienaventuranzas y os deseo las hagáis vuestras.

Felicidades

José Luis Molina

1 y 2 de noviembre 2022

domingo, 30 de octubre de 2022

PEQUEÑO PERO GRANDE

 


 


 

Hoy, en el evangelio, tenemos un personaje muy conocido que a mi, personalmente, me cae muy bien: ZAQUEO.

Por ello os invito a que centremos en él nuestra reflexión. Creo que puede aportarnos mucho.

Primero vamos a ir destacando sus rasgos personales:

·      Publeicano ,  es decir, recaudador de impuestos y transacciones comerciales no muy claras.

·      Además de publicano era jefe de los publicanos,es decir tenía otros publicanos bajo sus disposiciones.

·      Rico,es decir,  le iba bien el negocio beneficiándose de los impuestos.

·      Los publicanos, mal vistos por los judíos, eran puestos importantes en la administración romana.

·      Quiere conocer a Jesús. Ha oído de él, sabe de él pero quiere tener experiencia de él.

·      Pequeño de estatura. A juzgar por  el tono del evangelio, casi enano.

·      No consigue ver a Jesús, acercarse a él. Los obstáculos son grandes, importantes, verdaderos obstáculos.

·      Corre para adelantarse y vencer los obstáculos y, un sicomoro, no se le rersiste.

 

Se produce el encuentro, la experiencia de hablar, escuchar y ponerse ante Jesús (oración)y estamos frente a un milagro que llamaremos conversión.

 

Vamos ahora a mirar deteniéndonos en las notas destacadas  y lo que suponen en el Zaqueo del evangelio y, al mismo tiempo, en paralelo, nos fijaremos en “otros Zaqueos” a los que no debemos parecernos.

 

El Zaqueo del evangelio sabe de Jesús, pero no lo conoce, sabe que eso no es suficiente, que necesita toparse con él, y lo busca con empeño.

“Otros Zaqueos” también saben de Jesús, y creen ya tienen bastante: le rezan, tienen imágenes y así ha sido siempre, así van tirando, pero desnudarse frente a Jesús es otro cantar y nunca aparece el momento oportuno.

Zaque es pequeño, los impedimientos son grandes, pero pone ñeque, empeño y se apresta con todos los recursos que tiene para lograr el encuentro: corre, se sube a un sicomoro, estudia por donde va a pasar.

“Los otros Zaqueos” no niegan lo que hay que hacer pero    hay peros: estoy cansado, soy mayor, los deberes familiares sociales, económicos, etc, lo impiden, ocupa mucho tiempo, hay otras cosas (casi siempre prioritarias). Es más , no niegan mantener relaciones de encuentro siempre que no alteren el programa establecido.

Zaque no oculta lo que es y sabe que, una vez producido el encuentro, la cosa no puede seguir igual. Se produce el cambio, la conversión, le da la vuelta a la tortilla, es otro Zaqueo. Es un Zaqueo resucitado. En “su casa” ha entrado la salvación.

Los “otros Zaqueos” han acomodado la casa a lo que se pueda, no necesitan cambiar nada. Como el de la semana anterior dan limosnas, rezan  y acuden a actos religiosos. No hace falta hacer tanto revuelo. En “sus casas” dicen que ha comido y bebido el Maestro. Pero, eso sí, hay algo que no les gusta y les preocupa: Se junta con gente de mal vivir, de sus ideas lo mismo: hay que tener cuidado y cuidarse, da mucho que hablar y mal,… Total que , a pesar de “tantas comidas” no cambian nada ,no lo necesitan.

Pero el Hijo del Hombre que se para debajo del sicomoro, ha venido a buscar y proponernos salvación                                                                                                                                                                                                       y transformar la realidad en vida resucitada.

Sigue pasando por la placita del sicomoro. No lo olvidemos. Y no nos quedemos desde arriba mirando. No tengamos miedo de bajarnos.

José Luis Molina

29 de octubre del 2022

LOS REFERENTES



 

Los santos, los testigos de la fe, no tienen como finalidad, en su existencia, ejercitarnos en la práctica de la idolatría, aunque en muchas ocasiones se quedan reducido a eso. Evidentemente no, Sin embargo son muy importantes para la vida de los cristianos.  Pero su importancia reside en que  deben ser referentes para nosotros. Descubrir los matices con los que hicieron real su experiencia de fe y que a la vez pueda servirnos a nosotros para lo mismo.

Por ello, vamos a fijarnos hoy en los personajes que aparecen en las lecturas y vamos a tratar de definir las características que nos ofrecen.

En la primera lectura, del Éxodo,

MOISÉS, anciano, cansado agotado, pero firme al pie de su destino. Y, donde sus fuerzas le fallan, no se rinde y busca soluciones alternativas. Seguirá siendo respuesta de esperanza y fortaleza de Dios.

JOSUÉ, joven, con energía. No regatea esfuerzos en no dejarse vencer  por posiciones opuestas a las que él ha adoptado. Y trabajará, incansable, por ese proyecto de Dios que es el de un pueblo, una humanidad de seres libres.

AARÓN y JUR: Se saben servidores, al servicio del proyecto de Dios. No les importa su segundo lugar. Son fieles y son soporte cuando otros desfallecen, no para ocupar ellos puestos prominentes,  sino para que cada uno ocupe el que le corresponde

AMALEC, enemigo, obstáculo, para el proyecto de Dios, con el que no se transige  y ante el que no se baja el listón.

En el Evangelio

LA VIUDA, constante, persistente, incansable ante la dificultad, la contrariedad, la oposición, más dura por el simple hecho de ser viuda. No se amilana esperando que otros le saquen las castañas del fuego, antes, al contrario, se mantiene con tesón en su empeño. Y esa tenacidad es lo que valora el juez. Y tanto valor concede Jesús a esa tenacidad por los valores del Reino, que llega a situarla como referente de fe.

Y esto tiene su colofón en la 2 casta de San Pablo a Timoteo 3, 14-4,2  :

Permaneced en los rasgos y perfiles que delimitan al individuo de fe y hacerlo a tiempo y a destiempo, por activa y por pasiva, al derecho y al revés

Saquemos , cada uno, nuestras conclusiones 

Un abrazo.

José Luis Molina´

16 de octubre del 2022                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                       

NAAMÁN

 


2 Reyes 5, 14-17

 


Me gusta este nombre.

Me suena a más, a querer más, a no tener bastante, a quererlo todo y entregarse todo. A echarse al agua consciente de la corriente, pero sabe que lo importante es llegar a la otra orilla. A pensar que sus músculos han sido ejercitados para nadar no para quedar contemplando la espuma entre las rocas y el culebreo de las burbujas.

Naamán, el sirio. También el sobrenombre le da rotundidad.

No es de los nuestros. Es de otro pueblo. Vino de otro pueblo buscando. No le importó: atravesó la vida buscando vida, salvación, salud. Apostó con la vida y su vida quedó vinculada a la vida encontrada.

Naamán el sirio. Siete veces sumergido. La plenitud, la totalidad del periodo temporal, sumergido, renovándose, renaciendo. Y no podía ser menos en un hombre así.

Detrás de la experiencia viene la confesión, el reconocimiento y la adhesión a lo encontrado. El TODO que llena su todo.

Y ya, para terminar, me quedo maravillado con su conclusión, su deseo, su petición, su compromiso: LA CARGA DE UN PAR DE MULAS, nada más y nada menos, DE TIERRA DE ESE PAIS, DE LA TIERRA DE SU EXPERIENCIA, del hábitat donde ha encontrado la plenitud, la respuesta, la salvación.

Vean como un hombre así, Naamán, no podía defraudar. Su experiencia determina, perfila el terreno donde ha de ubicar su futuro.

Me gusta este personaje: Naamán el sirio.

Y la Palabra de Dios también se hizo poesía.

Dios es poesía. En la tierra de la experiencia de Dios, florece la poesía.

Que las dos cargas de vuestra tierra estén regadas por el Jordán

Un abrazo

José Luis Molina

9 de octubre del 2022

jueves, 27 de octubre de 2022

ORANDO EN EL DOMUND

 

En este fin de semana estamos celebrando el DOMUND (Domingo Mundial de las Misiones).

Efemérides  obviamente llena de significados en mi vivir personal (histórico y de fe).

Por ello espero entiendan que mi reflexión de hoy sea muy personalizada. Y que esto lo entiendan con más facilidad en los espacios de Jesús de Nazareth de El Puerto de Santa María (en estos días en vísperas de Asamblea Parroquial) y en Intiruna, en Quito, en la circunstancia del encuentro con tres ecuatorianas de allá.

Oración de un misionero

Tomo como punto de partida y como marco de referencia la oración del Publicano del evangelio de hoy. También, es cierto, creo que tiene algún eco de referencia a Francisco de Asís y su Cántico  de las Criaturas.

 

 


Gracias, Señor.

Como tantas veces, ahora, hablando contigo, lo primero que aflora es mi  sentimiento de  gratitud ante tu gratuidad.

Te fijaste en mi, de siempre  te habías fijado en mí, pero yo tardé en tomar conciencia de ello. Pero que inmenso fue el acontecimiento de , en el tiempo, irme  yo dando cuenta poco a poco, de que te habías fijado en mi.

Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir (Jr. 20,7), y desde esa circunstancia todo fue  distinto.

Dejé de tenerte miedo.

Dejé de ocultarme y ocultarte mis pecados.

Entré en un diálogo permanente, constante, contigo y me hiciste crecer y saberme grande en tu amor.

Diálogo en el que tú me hablabas a mi…, me hablabas de los otros.

Y me apropie de tu deseo: También los otros te importaban , en los otros también te habías fijado.

Por eso, por ese diálogo y a través de ese diálogo escuché tu propuesta: “Tú querías ir a su encuentro y me encargabas de ello” (Ex 3, 7-10).

Me hiciste ver que las flores, hermosas en si mismas, salieron de tu mente para todos: Tenía que ayudarles a poner empeño para conseguirlo, no darse por vencidos.

Cuando, en nuestros coloquios, mis pulmones se ensanchaban y percibía mi organismo se llenaba de vida y vigor con el oxígeno, sentía el compromiso de luchar por conseguir fuera volviendo a aquellos el aire  que les habían robado.

Cuando tuve experiencia de comunión contigo y en ti, descubrí la universalidad de la comunión en el otro y aprendí a leer la palabra SOLIDARIDAD.

Y así llenaste mi mochila.

Y así me puse en camino.

Y así me invitaste a ser virus de contagio.

Y me marché. Y caminé. Y siempre te supe cerca. Tu Buena Noticia afloraba: Levantaos, Dios os quiere LIBRES, HONESTOS , DIGNOS. Y añadimos más: Solidarios, coherentes,…

Se irritaron las mitras. Los piadosos y los que podían perder lo que no querían perder, callaron.

Hoy estoy una vez más aquí, dialogando contigo.

Celebrando esta historia de amor.

Con esta historia de amor en mis espaldas y en mi corazón.

Con los gozos en ella vividos.

Con las infidelidades con las que la he mancillado: Soy capaz de reconocerlo, soy capaz de decírtelo. Eso me salva. Sintiéndote siempre cogido de tu mano.

Sé que aún, aunque muy limitado, me sigues hablando de que los otros te importan y me  sigo sintiendo, con otros ,

invitándome.

Por ello, en este día  solo pongo ante ti  el agradecimiento que me rebosa.

José Luis Molina

23 octubre 2022.

martes, 4 de octubre de 2022

EL GRANO DE MOSTAZA

 



No podemos confundir la fe con un poder mágico que ejerce un sortilegio y arregla las enfermedades, los entuertos, los reveses, los golpes que la vida trae y que, también, tantas veces te dan los demás.

No, nada de eso. Lo escuchamos en el profeta Habacuc (1,2-3;2,2-4):

 

·      Él es testigo de violencia en la vida.

·      Es testigo de sufrir bajo el dolor, la opresión, mientras todo él clama liberación.

·      Es testigo de crímenes, destrucción, aniquilamiento

·      Es como si Habacuc estuviera contemplando las guerras de África, Oriente medio o Ucrania, como si estuviera contemplando naufragar las pateras y flotar los cadáveres en el mar, como si experimentara la hambruna, la corrupción de los poderosos perjudicando a los débiles y desamparados.

·      Está hastiado de despilfarros,  desenfrenos,   acumulaciones asesinamente ensangrentadas. Le aterran las víctimas que no dejan de aumentar en la violencia de género y se le desgarra el corazón ante tanta humanidad desestructurada. Y la respuesta de Dios es que a él tampoco le agrada y nos propone no más, confirmemos si creemos en su proyecto.

·      Ahí está la fe: aceptar el proyecto de Dios que difiere de lo que la realidad nos muestra cada día

·      Fe para mover montañas y cuya fuerza y poder se resumen en el texto del evangelio:

                                          “Hemos hecho lo que teníamos que hacer”

·      Y en el compromiso de nuestra fe: Hacer lo que sabemos que tenemos que hacer concretándolo en

                +  Optar  por, y potenciar, cauces adecuados.

                +  Engendrar y construir una humanidad humanizada.

                +  Estar atentos y comprometidos con los signos de los  

                    tiempos.

Y todo lo que, en esa línea, se nos ocurra y descubramos es lo que tenemos que hacer.

Ánimo

Un abrazo

José Luis Molina

2 de octubre del 2022