sábado, 26 de septiembre de 2020

¿SÍ o NO?

A continuación cuelgo este poema  de José María R. Olaizola que completa mi reflexión anterior.


Si digo "voy" y me quedo,

si canto paz y golpeo, 

si ofrezco pan y doy piedras,

si hablo de amor y lo niego,

si farfullo mil promesas

para las que nunca hay tiempo,

despiertame, Dios, pues duermo

y sin saberlo ando ciego.


Si digo "no" pero acepto,

si aunque proteste, me entrego,

si lo que rechazo hablando

lo contradicen los gestos,

si hay más verdad y evangelio

en mis obras que en mis versos,

alégrate, Dios, pues vivo

en tus brazos aún sin saberlo



OYE AMIGO

                                               





El audio oírlo después de leer el primer bloque, al llegar al espacio grande en blanco

Hoy, lo mismo cuando sigáis un poquito más en esta reflexión, pensáis que me he vuelto loco, que me he equivocado y que  os he enviado otra cosa, o que no parece la reflexión de un cura, o yo que sé cuál pueda ser vuestra reacción. Pero puedo deciros que no estoy loco. Y deciros, también, que al Dios que se encarna en la vida, hay que entenderlo desde la misma vida y a veces, casi siempre, a través de ella, pues eso es Jesucristo: El Dios que se nos da a conocer en y desde la vida.

Todo este preámbulo es para deciros que, cuando me iba a poner a elaborar mi reflexión, me acordé, se me vino a la memoria, una canción que os la voy a poner ahora y luego seguimos. La canción se llama “Oye amigo” y es del grupo “A dos velas”

,

 




Bueno, pues, una vez oída la canción, ¿qué opináis? ¿qué os parece la mujer? ¿y el enamorado que canta? ¿cuál es tu  postura ante la historia? La historia, el sujeto, la queda como abierta para que nos situemos.

Por eso, deteneros un poquito, pensad, ved la historia como propia, personalicémosla.

 Luego, ahora, sigo con mi reflexión.

Lo que la mujer hizo lo harían muchas. No sé si muchas, pero al menos bastante.

Pero no es un problema de género, de mujeres, . Más allá de las relaciones interpersonales, de pareja, etc, que también, ¿no creen que esto pasa muchas veces, que elegimos  no lo de más valor sino lo que nos proporciona más lujo, comodidades, poder, prestigio, importancia, relevancia, … y dejamos algo más valioso que es SER LO QUE DEBO SER por encima del TENER.

Pues de eso creo que van hoy  las lecturas. El primer hijo dice que va, pero bla,bla, bla, decide por otras motivaciones. Se queda  sin participar de lo que el Padre (Dios) ofrece. El otro se resiste a optar por lo que le ofrecen, participar de su tierra, porque otras cosas le atraen. Pero al final se decide y va.

Una vez más estos textos me sirven para no tenerle miedo a Dios. Soy yo el que decido La oferta, la encomienda, está hecha. Soy yo el que decido: dinero, prestigio, grandeza, …  o amor que me haga crecer y lograrme como persona.

Así entiendo yo el abajamiento de Jesús del que habla San Pablo, optando radicalmente por la humanidad  que Dios quiere para su Reino.

Deseo que el ejemplo de la canción nos sirva para decidir en cada momento.

Un abrazo

                            José Luis Molina

                                     27 de septiembre 2020

domingo, 20 de septiembre de 2020

LA INJUSTICIA DE LA JUSTICIA DIVINA



 

Hoy se me ocurría, pensando en las lecturas del domingo,, que  son

                                                Isaías 55, 6-9

                                                Filipenses 1, 20c-24.27a

                                                Mateo 20, 1-16 ,

que Dios me decía qué cómo entendía yo lo que él nos dice en esas lectura, que lo contara a mi manera. Me daba miedo decirle que su justicia no me parecía justa. Pero él me dijo que no tuviera apuro con lo que estaba pensando, que eso ya se lo dijeron a Jesús en persona.

Así, sin miedo, me puse a pensar.  Y, para no liarme, me puse a escribir y os leo, a continuación lo que me salió:

Dice el Señor por medio de Isaías, Jeremías y muchos más profetas de entonces y de ahora, profetas suyos a lo largo de la aventura de su salvación:

El Señor le dice a sus profetas: Decid a mis hijos los hombres, las personas humanas de todos los tiempos y lugares: Mirad: Mis caminos no son lo que llamáis normalidad; mis planes son diferentes a los que, de ordinario, marcan  el caminar de las naciones, de los pueblos y de muchas personas individuales. Yo no quiero que unos se pongan por delante o por encima de los otros. Y lo que os ofrezco no lo ofrezco por méritos, sino porque os quiero. Y esos planes míos son la salvación que os ofrezco y la ofrezco a todos. Nunca es tarde pero podéis rechazarla si os quedáis en la plaza del pueblo, si os entretenéis u os ocultáis en los recovecos de la vida y desaprovecháis  las ocasiones que en esta vida os ofrezco para ser plenos y vivir como hijos míos. No desaprovechéis ningún momento. Conmigo siempre estáis a tiempo, pero las ocasiones, las experiencias,  son irrepetibles y las desperdiciadas os habéis quedado sin ellas.

Ah, y no tengáis envidia. Cada uno recibe su medida colmada, pero ésta no se mide por la cantidad comparativa sino por la calidad aceptada.

Por ello no os preocupéis de los méritos, indulgencias, etc, o de la acumulación de boletos, salvoconductos,… Preocuparos más de las piedras del camino para evitar que los demás tropiecen. Así estaréis llegando..

Estáis a tiempo  de modificar lo que os estorbe para caminar. No seáis necios.

Y todo esto os lo ofrezco con mucho cariño, con el cariño que siempre os tengo.

Eso creo que dice Dios

Un abrazo

                                              José Luis Molina

                                                        19 de septiembre del 2020

jueves, 17 de septiembre de 2020

NO BASTA CON EL LAMENTO

 

(Palabras claves del discurso del Papa Francisco y Rafael Correa (Ideario)

 

Ante las maquinaciones y juego sucio político y legislativo que tienen a Rafael Correa como blanco, propongo algunas frases para que, quien lea esto pueda sacar sus conclusiones y plantearse su posicionamiento.

“AGRADECDO ES DE BIEN NACIDO”

Ecuador, desde mi experiencia de vida ahí nunca tuviste la atención sanitaria y educativa alcanzada con Rafael Correa.

En el seísmo del 2016, el Presidente estuvo a pie de catástrofe. Comparen con el paisaje de cadáveres en Guayaquil en esta pandemia, por ejemplo.

Al que se rebajó su sueldo, y renunciaba a los regalos que recibía en favor del Estado, se le acusa de un delito de 6.000 dólares. Es ridículo y ridículo quien se presta a eso.

Consiguió que Ecuador ocupara un lugar propio y digno entre las naciones de la tierra, mientras que en el momento actual no hay ni señales de que exista. (Esto último tiene como positivo que así tampoco se conoce el lodo con que lo están salpicando)

Hizo frente a la presión de situaciones familiares sin claudicar ante la tentación del nepotismo.

No se llevó nada de Carondelet salvo canas y arrugas. Eso sí, llegó con su sonrisa y se fue con su sonrisa que no le nublaron los pellizcos en el alma.

Se confesaba creyente en Jesús de Nazaret y hablaba de Él con su preocupación por dignificar y dar respuesta al pueblo más vulnerable y secularmente olvidado, a pesar del silencio oficial  de la jerarquía eclesiástica más amiga del poder y de los poderosos entre los que él no se afincó.

Debo terminar, pero lo hago con estas otras frases:

“CADA PUEBLO TIENE LOS GOBERNANTES QUE SE MERECE”

“ENTRE UN GOBIERNO QUE LO HACE MAL Y UN PUEBLO QUE LO CONSIENTE, HAY UNA CIERTA COMPLICIDAD VERGONZOSA”

                                                                             Víctor Hugo

“LOS PUEBLOS DÉBILES Y FLOJOS, SIN VOLUNTAD Y SIN CONCIENCIA SON LOS QUE SE COMPLACEN EN SER MAL GOBERNADOS”

                                                                     Jacinto Benavente.

“NO ME DUELEN LOS ACTOS DE LA GENTE MALA, ME DUELE LA INDIFERENCIA DE LA GENT BUENA”

                                                                      Matin Luther King

 

 

José Luis Molina

12 septiembre 2020

sábado, 12 de septiembre de 2020

SETENTA VECES SIETE

 



 

Setenta veces siete dice el Señor.

Cuando me he topado con las lecturas de este domingo, me he acordado, ha venido a mi con una tremenda fuerza, el Año Jubilar 2000.

En aquel entonces yo me encontraba en Latinoamérica, en Ecuador.

Era mi cuarto año.

Y también ha sido fuerte la añoranza.

¡ Con cuanta ilusión trabajamos con nuestras gentes el Año Jubilar!.

¡EL JUBILEO DE LA MISERICORDIA! Se llamaba. Profundizamos con la gente en los textos del Antiguo Testamento para entender que era eso del Jubileo. No era un acontecimiento espiritual  para ganar indulgencias que concedía el Papa de Roma.

Era algo más apoyado en el suelo pero más sacramento de Dios. Era una fiesta judía llamada a que cada 50 años se cancelaran las deudas, se devolviera a sus dueños las propiedades retenidas y se diera libertad a los siervos y esclavos.

Eran tiempos de lucha por la dignidad, no por la comodidad.

En aquel Año Jubilar, lo confieso, trabajé con mucha ilusión. Allí, en las comunidades cristianas que bebían de la Teología de la Liberación, este trabajo estaba orientado a conseguir, para los países del Tercer Mundo, , la condonación de la deuda externa, deuda que las potencias económicas y el F.M.I (Fondo Monetario Internacional) habían generado prestando dinero, que a ellos les sobraba, para invertir en lo que a ellos les interesaba, no en lo que estos países necesitaba, ,y negociar con los intereses y las economías de Tercer Mundo, cada vez más encadenado y en sus manos. Este dinero prestado no liberó a los pobres de la pobreza. Los hizo aún más pobres mientras a sus costas se enriquecían más los ricos de cada país. Luego la deuda tenían que pagarla con los impuestos de los pobres,  pues, los ricos, casi siempre, evadían los impuestos. Allí los niños no nacían con un pan bajo el brazo, como se decía en España. Allí los niños nacían con una deuda a las espaldas. Eso si que es un pecado original. ¡Qué bueno si el Año Jubilar se convertía en un bautismo que lo borrara!.

 


 

Se hicieron campañas, se hicieron estudios, se recogieron peticiones y firmas  que se presentaron en los estamentos internacionales, en el Vaticano. Ecuador tenía que dedicar más de la mitad de sus recursos a pagar la deuda externa que seguía creciendo. Para que me entiendan era una situación parecida a la que se vivió  en España con las expropiaciones de viviendas para los Bancos, pero peor. Era más universal.

Yo, en todo este trabajo, me situé, y así lo vivo en estos momentos, con ilusión (no admito que fuera ilusa), pues era el Jubileo de la Misericordia.

Poco se resolvió por no decir que casi nada. Los gobernantes de los países ricos siguieron jurando sobre la Biblia, donde se planteaba el Jubileo, pero el llamado despectivamente Tercer Mundo seguía endeudado.

Pero si hubo un resultado, años después, que justificó esta ilusión y esta esperanza. Con el gobierno de Rafael Correa, al que ahora se quiere crucificar, y ya se le ha colocado el INRI, éste consiguió renegociar la deuda externa. Esto, a grandes rasgos, consistía en que el Ecuador se comprometía  a subsanar la deuda, no con el ritmo que le imponían los acreedores sino según fuera posible de acuerdo con la capacidad que le quedara al país después de atender a los presupuestos nacionales, pues no permitía que, como estaba ocurriendo, para el pueblo quedaran las migajas con las que no se llegaba y generaban más deudas.

Fui testigo de esto. Comprendí por donde tenía que ir mi actuar si quería armonizarlo con el de Dios. Y hoy doy gracias por esa experiencia.

Esta es la reflexión que me ha suscitado las lecturas.

Espero que sirvan.

Un abrazo

                                  José Luis Molina

                                             12 de septiembre 2020

jueves, 10 de septiembre de 2020

YO SI LLORO POR TI, ECUADOR

 



 

Los últimos acontecimientos políticos, legislativos, jurídicos y antiéticos que se están sucediendo en estos días en Ecuador, me mueven y provocan estas líneas  porque necesito echar fuera el desasosiego aunque, ciertamente, limitado por la distancia pero muy próximo porque formas parte de mi vida.

Por eso, mis lágrimas por ti, Ecuador. Y, desde mi condición de creyente y misionero en Ecuador, busco eco en las Escrituras.

De inmediato se me vinieron las palabras de Jesús camino del Calvario: “No lloréis por mi, llorad mejor por vosotros y por vuestros hijos… porque si con el leño verde hacen esto, con el seco, ¿qué irá a pasar?  (Lc. 23,  28b- 29ª.31)

Por eso lloro, Ecuador, y llorad también vosotros porque si eso hacen con quienes tuvieron coraje para defenderos, ¿qué no harán con quienes siempre han estado pisoteados?

Abre los ojos, Ecuador: Correa no traicionó a nadie, ni lo vendió ni atacó por la espalda. Pero Carondelet, la Asamblea, las Instituciones están ocupadas por gente en el polo opuesto: Mientras Correa tomaba el avión dirección a Bélgica, en el balcón de Carondelet, que yo lo vi, Lenin lo exaltaba como el mejor presidente de la historia de Ecuador mientras, en muy poco tiempo, tomaba las 30 monedas de plata, Glas iba a la cárcel y , poco a poco, el Ecuador iba siendo entregado a ciertos banqueros y a la oligarquía.

Por último, Jesús, junto a la tumba de Lázaro, grita: “Sal fuera, quitadle las vendas y que camine” (Jn 11, 43-44). O a la hija de Jairo diciéndole: “Talitha kumi, a ti te digo, levántate” (Mc. 5, 41)

Pues tú, Ecuador, tú, pueblo de Ecuador, que sobrevives desde la misericordia de Dios, eres Lázaro y eres la hija de Jairo. No te quedes en el sepulcro ni en el lamento. Prepárate para actuar. Camina.

Lamentablemente en este drama no aparece el sanedrín: los obispos. Están en silencio. Estarán reunidos tanteando que postura tomar que no les perjudique sino todo lo contrario.

                                     José Luis Molina

                                                   10 de septiembre del 2020

 

sábado, 5 de septiembre de 2020

GLOSANDO LOS TEXTOS

 




 

 

Esta vez, para ponerme en situación de esta reflexión, he leído despacio, pero de seguido, las tres lecturas de este domingo. Estas lecturas son:

                                  Ezequiel 33, 7-9

                                  Romanos 13, 8-10

                                   Mateo 18, 15-20

Eso en una primera lectura.

Después, en una segunda lectura, con un papel al lado, he ido escribiendo las palabras que desde estas  lecturas reclamaban mi atención. Estas han sido

Atalaya: lugar de observación, mirada para descubrir ,vigilar, observar y analizar la realidad que tengo delante. Y me ha parecido importante que Dios me haya concebido así, teniendo que desarrollar mi capacidad de discernimiento, de análisis.

Se condena el silencio,  que puede ser de  diversas maneras: callando,  mirando para otro lado, siendo cómplice, maquillando la realidad, vendiendo la opinión o el criterio o, simple y descaradamente, haciéndose el ignorante y aplaudiendo y derrochando  alabanzas y elogios.

Responsabilidad: No solo es responsable el que realiza un acto sino el que lo permite también. De una situación de falta de ética es responsable el que la construye y el que  permite que se construya desde la inhibición…………….

Y al mismo tiempo que he ido escribiendo lo anterior, me Aparecían montones de imágenes como la sutileza en los espacios y ambientes religiosos. No se miente porque es condenable, está mal visto, pero, tú sabes, la verdad se escapa por las rendijas. Una artesa de madera mal embetunada podrá retener lodo pero no el agua que limpia.

Y, avanzando, concluía cada vez con mayor convencimiento, que todo depende de la opción que me haya llevado a donde estoy. Los textos de hoy tienen un destinatario muy concreto sin perder universalidad. Este destinatario es el grupo  de creyentes, la comunidad de Jesús, la que actuando con Jesús dentro de ella, en su hacer y deshacer  construye Reino de Dios, la que ha descubierto  la palabra amor y no la pronuncia sino que la convierte en vida, en vida para el otro y de esta manera la enseña, la da a conocer.

Solo desde aquí seremos capaces de varias cosas: de fiarnos del otro, de aceptar la corrección fraterna para corregir los impedimentos que me atenazan .

Para terminar, me he acordado de dos frases: Una que no me gusta y es “queridos hermanos” porque dicha con tanta rutina  ha perdido fuerza. La otra, que si me gusta es: “mirad como se quieren”.

Un abrazo

José Luis Molina

        6 de septiembre 2020

 

 

miércoles, 2 de septiembre de 2020

CONFINAMIENTO

 



 

 

Una vez más, como tantas otras, el Peregrino de la Cabeza Nevada estaba, frente a la ventana, mirando.

Era una paradoja: Él, el Peregrino, surcador de caminos por la vida y constructor de vida en su caminar, ahora estaba confinado. Poderes enormes, tremendas fuerzas, lo mantenían  allí, tras la ventana, mirando. Pero sin cristales interpuestos. La ventana abierta. Por ella llegaba el aire de la mar amiga, aunque lejana, y del monte, el olor de los campos y el clamor de la vida que,  aunque prisionera, tal vez ahora más, aunque de otra manera, necesitaba se pusiera en valor, se velara por ella.

Ahora se habían mutado los nevados por serranías de pinos, los maizales por trigales dorados y las mariposas por amapolas rojas que entre el trigo emergían.

Pero las voces no, éstas no se habían mutado. Podrían ser otras gargantas quienes las articularan, pero eran las mismas. Podrían tener acentos diferentes pero la melodía nacía del mismo fondo. Era la humanidad, la humanidad toda, la que las seguía articulando sus gritos vitales.

Recordaba cuando la nieve comenzó a caer sobre su cabeza. Fue evocando sus caminos andados  y como, en ellos, fue sabiendo se acercaba el invierno pero, no obstante, siguieron  apareciendo primaveras. Ahora, desde este confinamiento,, traspasando la sierra, se descubre en la Huerta  para empezar a bajar por el río. Y piensa: Pronto, ya pronto, se dorarán los chopos y las higueras dejarán caer sus hojas corriente abajo. En una de ellas, o en muchas, escribiría muchos nombres o, tal vez haría lo que hice hace ya muchos años, allende los mares, mirando al Pichincha y recordando al Albarracín: En la lámpara que me acompañaría en mi mesilla de noche todos  aquellos  años, escribí letras, muchas letras. Ninguna repetida. No todas las del abecedario: Solamente aquellas con las que pudieran comenzar a escribirse el nombre de personas que forman parte de la construcción de mi persona, de mi vida, de mi historia. Sí, decidido, me parece mejor, en la hoja, solo en una hoja escribir las iniciales y dejarlas en las aguas del Majaceyte.

Tendré que añadir una letra más que no figuraba en la lámpara: la W. W de WASI, la casa, nombre que figura donde ahora vivo y  desde donde ahora miro por la ventana.

Está bien. Bella era la puesta de sol.

La dejo y bajo al patio, junto al olivo. Desde allí aún se contempla el Albarracín dorado.

Lentamente va cayendo la tarde A lo lejos aún acompañán los badajos, de ,ritmo pausado, a los balidos de las ovejas.

Y me quedo allí, tranquilo, contemplando el cielo que, por encima de la nieve de mi cabeza, se ha repletado de estrellas.

                                     José Luis Molina

                                                     24 de agosto del 2020