domingo, 31 de octubre de 2021

CAMINO Y LLEGADA

 





 

“No estás lejos del Reino de Dios”.   En camino

Y estos son los ciento cuarenta y cuatro mil que han blanqueado sus túnicas en la sangre del Cordero”. (Llegada) Todos los Santos.

Creemos que han llegado porque partieron ya. Así los recordamos y en esa esperanza nos situamos para vivirlos.(Día de los Difuntos)

 

Este año, por coincidencia, el domingo XXXI y el 1 de noviembre aparecen contiguos y es una casualidad que nos ayuda en a reflexión.

Es hora de simplificar. Dios no es tan complicado como lo hemos hecho los seres humanos, especialmente muchos expertos en Dios. Jesucristo tampoco es tan complicado, al menos lo que nos propone como su proyecto.

Lo que ocurre  es que, a veces, intentando explicar lo que nos sobrepasa pretendemos meterlo en nuestras hechuras y lo complicamos sin remedio.

Voy a ver si dejo de peroratas y explico sencillamente mi idea.

Dios no nos ha creado en individuales autónomas que podamos lograrnos ignorando a los demás.

Tampoco en realidades de dominio que se dirigen a los otros para explotarlos, poniéndolos sometidos y en función de su intereses.

Dios nos ha concebido como complementarios, de tal manera que en uno crecemos todos y con la ceguera de uno nos perdemos los demás.

Y por eso nos define como próximo. Próximo: el que está junto al otro. Somos próximos cuando estamos junto al otro  le hacemos al otro (acercarnos) lo que haríamos por nosotros.

Por eso es necesario hacer opción por el otro, por ser próximos.

Si hacemos opción por Dios radical y definitivamente, el camino es a través de la opción por el otro.

Ese es el camino, pero también es llegada. Porque cuando lo hacemos así, caminando ya estamos llegando, ya nos hemos zambullido en la humanidad nueva que blanquea sus túnicas, ya somos santos porque estamos participando de Dios.

Y por eso terminamos el día uno con el texto de las Bienaventuranzas: SER FELICES. Estad contentos, sois  los Santos del Cordero.

Si nuestras túnicas blanquean de proximidad y por ello el llanto del que llora nos hace llorar , las injusticias nos duelen y no nos quedan indiferentes,, si nuestro corazón COM-PASIVO nos hace caminar CON quien más difícil lo tiene, si hemos decidido no acumular sino compartir, si sembramos la paz, la solidaridad, el diálogo , el encuentro y somos puentes (pontífices, hacer de puentes para ellos, etc). Si todo esto da sentido a nuestro SER, SOMOS SANTOS, nuestros nombres están escritos  en el cielo.

Felicidades

José Lis Molina

31 de octubre y 1 de noviembre 2021.

 

 

 

lunes, 25 de octubre de 2021

NOCTURNO EN LA PLAYA

 





Sentí la bofetada

tropezar con mi cara.

Oscuro estaba el mar,

también la noche oscura.

En la playa, ni el faro

hacía brillar la arena.

El agua, en retirada,

no la dejaba húmeda.

Me cogió como nuevo

aquella bofetada.

¿Es aire, sal o espuma

quien me empapa?

Con temor que reprime

mi mano se acomoda a mi mejilla.

No, no quiero engañarme:

Quien sala mis mejillas

son mis lágrimas

 

                                   José Luis Molina

                                               25 de octubre del 2021

domingo, 24 de octubre de 2021

JERICÓ, DONDE SE DERRUMBAN LAS MURALLAS

 



 

 

Hoy, nuestra reflexión la vamos a hacer, centrándonos en el Evangelio.

Para ello vamos a empezar analizando el texto. Y lo primero que vamos a hacer es fijarnos en los elementos que en él aparecen:

Lugar: Jericó

            En las afueras.

            Al borde del camino.

Personajes: Jesús

                      Discípulos.

                      Bastante gente.

                      Ciego: Bartimeo

Otros elementos:  Manto

                                  Gritos

                                  Obstáculos (Impedir)

                                  El encuentro.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, vamos a recomponer el texto escuchando lo que nos dicen todos ellos.

Jericó, la ciudad fuerte, la ciudad que pasa a ser lugar el pueblo de Dios por la acción poderosa que derribó las murallas, superó los obstáculos que no permitían que la liberación de Dios llegara hasta ella. Ahora es casi lo mismo. El ciego quiere llegar hasta Jesús, quiere la salvación que él puede darle, la plenitud superando lo que le falta: la ceguera.

¿Solo la ceguera? Tal vez no. El manto, siendo una vestimenta fundamental (servía de vestido y cobija) era mucho más: era símbolo del espíritu que cubría, que ocupaba toda la persona. Y ese espíritu, puesto en otras cosas, lo excluía del proyecto de Dios: por eso se encontraba fuera de la ciudad, al borde del camino.

Pero Bartimeo, el ciego, quiere cambiar, quiere salir del ostracismo (destierro) de Dios en que está instalada su vida. Tomo él la iniciativa, es suya la decisión, quiere dejar su situación, y se convierte, decide cambiar lo que estorba y abandonar lo que es impedimento.

Y entonces soltó el manto (algunas traducciones dicen arrojó).

A mi juicio este gesto, tirar el manto, es el núcleo fundamental del pasaje. Volvió a producirse el milagro. Volvieron a ser derribadas las murallas de Jericó. Suenan las trompetas, la palabra de Jesús que libera. Pero es la fe del ciego, la aceptación de Jesús,  su decisión de seguirlo, donde radica el dinamismo de salvación. Se va detrás de Jesús, ya no queda al borde del camino.



 

Pero hay algo que no quiero se me quede en el tintero: la postura de los discípulos y de los que le seguían. No facilitaron el encuentro. Antes, al contrario, ponían obstáculos, intentaban callarlo. Ya habían cogido lugares de proximidad y ni estaban dispuestos a perderlos o a compartirlos.

Termino ya esta breve reflexión dejando a consideración algunas cuestiones. Pensemos cada uno de nosotros:

1.-¿Somos obstáculos para que otros se acerquen a Jesús o trabajamos para posibilitar el encuentro? ¿O no hacemos nada?

2.-¿Qué hago con el manto bajo el que  “me protejo”? ¿Lo tiro o me aferro más a él?

Un abrazo

José Luis Molina

24 de octubre del 2021

 

jueves, 21 de octubre de 2021

EL GIRO DE COPÉRNICO

 



 

 

 

“ Tenemos un  NO SACERDOTE GRANDE, Jesús, el Hijo de Dios”

No tenemos un sumo sacerdote incapaz  de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado”

 

Permitidme que entre así, de lleno, en la reflexión, y lo haga directa y frontalmente situándome frente al texto de la carta a  los Hebreos.

Veamos:

Tenemos un NO SACERDOTE. En el Antiguo Testamento, el sacerdote, de alguna manera, se situaba por encima del pueblo y le hacía creer que él estaba más cerca de Dios porque se relacionaba más directamente con él. (De esto, lamentablemente, aún queda bastante en la actualidad cristiana tanto en la conciencia de muchos seglares como de muchos clérigos y alta jerarquía).

Entonces su misión era llevar ante Dios el “curriculum de los pecadores” para  “negociar con él” mediante los ritos y ofrendas y obtener rebajas o perdón frente a las consecuencias  de su hacer.

La carta a los Hebreos nos sitúa en algo que ya debemos saber, pues lo hemos oído muchas veces, pero que es bueno una vez más. Y es que, con Jesucristo, las cosas no son así. Y la Buena Noticia es que la propuesta de Dios da un GIRO COPERNICANO.

La situación anterior manifestaba un Dios de jerarquías, de categorías, de preferencias y exclusión y que, por eso, se valía de los selectos que, sintiéndose superiores, derramaban la misericordia de Dios conseguida, en muchos casos, como si fuera mérito de estas mediaciones. Pero nunca llegaban a la              com-pasión, a PASAR por la vida COM el hundido. Era un Dios distante, y sus sumos sacerdotes se remangaban las túnicas para no mancharlas de barro . (Literalmente, en una ocasión le oí decir   a un príncipe de la Iglesia en una visita a mi barrio, que “menos mal que habían asfaltado la calle principal pues, de lo contrario, él, papá obispo , habría terminado sucio por el lodo).

Con Jesús, repito, el tema da un giro absoluto.

Jesús es NO SACERTDOTE porque no se viste “en representación de”. Él, exactamente como nosotros, se sitúa de lleno en la vida, lo hace plenamente y por lo tanto soporta también plenamente las consecuencias (carga con la cruz): sufrir la humillación y los golpes de los poderosos, las carencias y vejaciones que sufren los humildes y soportar el miedo y el dolor: Llora con los que lloran y sus lágrimas se mezclan con las de los inocentes, pero también lo hace con aquellos que lloran y sienten miedo ante las propias dificultades de la vida

Pero el texto añade una cosa : Todo igual menos en el pecado. Es decir pasó por todo, afrontó y asumió  ser miembro de la humanidad rota y machacada, pero no claudicó en la fidelidad al proyecto de Dios que nos permite ser hijos suyos. Y, hecho      COM – PASIÓN nos extiende los brazos y nos aferra las manos para sentir al Padre. Y esto no son palabrerías más o menos bonita. Esto es muy importante. En Jesús, el no sacerdote, tenemos un Dios que ha hecho suya la experiencia de nuestra humanidad llena de luz pero también de cañadas oscuras y por eso sabemos que es verdad el salmo 23:

Aunque camine por cañadas oscuras 

nada temo porque tú vas conmigo.

Tu vara y tu cayado me sosiegan.

Este es el Dios que nos revela Jesucristo y que se revela en Jesús. No lo cambiemos por el Dios  del trueno y del miedo.

Un abrazo

José Luis Molina

17 de octubre del 2021

 

domingo, 10 de octubre de 2021

LOS BUENOS DEL REINO

 



 

 

Algunas veces me cuesta comprender por qué nos resulta tan difícil de entender, sobre todo en los evangelios, cuando están claritos y con una claridad apabullante. Por ejemplo el de hoy.

Primera cosa donde quiero proponer pongáis vuestra atención: En el comienzo del diálogo de Jesús con el joven rico se plantea el problema de lo bueno y lo malo y Jesús se define en e tema con claridad.

Por un lado, el joven rico está convencido de que en su vida existe el bien. Hace lo que socialmente está considerado bueno por las leyes religiosas y sociales. Pero apunta por otra cosa. Por eso pregunta: Para formar parte de la vida eterna del Reino de Dios, hago el bien. ¿Era suficiente?

Entonces Jesús  le hace otra propuesta que lo descoloca hasta el punto que decide marcharse. Y no es que decidera dedicarse a hacer el mal. La historia, coherentemente habría que continuarla diciendo que siguió cumpliendo lo de no matar, no cometer adulterio, no robar, no dar falso testimonio,… Y seguiría siendo “un buen joven rico”, pero no servía para el Reino de Dios.

Recuerdo que nosotros, también, con frecuencia, recurrimos a síntesis parecidas: Yo ni robo, ni mato, ni me meto con nadie,… cuando queremos presentar nuestro currículum justificado o cuando queremos dilucidar de alguien si es cristiano o no. Y, según el evangelio, con eso solo se llega hasta poder afirmar que es una buena persona, que ya es mucho.

Aunque también hay que hilar fino ya que muchas veces el no meterme con nadie, significa que a todos doy la razón, que sigo la corriente de quienes son más importantes y poderosos para no tener problemas. Y cuando es así,  ese no meterme con nadie  es lo contrario de bueno pues lo que tendría que hacer es oponerme a corrientes que benefician a los poderosos y perjudican a los débiles. Y si lo hago, ya no dirán de mi que no me meto en jaleos.

Pero, volvamos al Evangelio. Entonces, ¿qué?. ¿De qué va el asunto?

El asunto es que Jesús dice: Todo lo que haces de bueno, está bien. Pero para seguirme, para venirte conmigo, te falta una cosa: “OPTA POR LOS DEMÁS”: Vende lo que tienes, repártelo, sígueme.

Solo cuando el perfil de nuestra vida es optar por los demás, superando los lineamientos que prolongan y guardan en seguro nuestro ego, nuestro vivir, nuestro construir con nuestra vida,  será hacer Reino y por ello seguir a Jesús, participar de él, comulgar con él.

Hasta ahí no estaba dispuesto el joven. Dice el evangelio: “Es que era  muy rico”, “Es que tenía mucho que perder”. Y se quedó fuera, seguiría haciendo “buenamente” cosas buenas pero no participando con Jesús de la construcción del Plan de Dios.

Por eso,lo cristiano, no es “dar una limosna para los pobres” y buscarte, si puedes, “una pandora” para “tus papeles”.

Para ir terminando quiero remarcar algo que me parece importante. En este evangelio se dice que quien haga opción por tener, poseer, acumular, no se va a dedicar a trabajar por el Reino. Se queda fuera.

Al principio comenzaba diciendo que me costaba comprender nuestra dificultad para entender la Palabra.

Ahora creo que la entendemos. Pero volviendo al personaje del joven rico, cuando se encontrara con sus amigos y éstos le preguntaran que qué le había dicho el Maestro, si lo había aceptado, diría seguramente:  Me ha dicho que muy bien,que siga a sí y, que de vez en cuando, en lo que buenamente pueda, y siguiendo mi buen corazón, me acuerde de que hay otros con mala suerte. (Por supuesto no calificará a la situación de injusta).

De todas maneras no sé si el joven rico diría eso. Pero si sé que la “cristiandad” si lo hace. Así es posible leer ese texto sin sonrojarnos y hacer “aparentemente compatible” el esplendor con el Reino.

Recordemos. Somos llamados al Reino

Un abrazo

José Luis Molina

10 de octubre del 2021

martes, 5 de octubre de 2021

PEDIR PERDÓN, VIRTUD DE INTELIGENTES Y DE CRISTIANOS

 !QUÉ LÁSTIMA QUE TODOS LOS AÑOS DE ADOCTRINAMIENTO RELIGIOSO SEUDOCRISTIANO DEL FRANQUISMO  SE RESUMA EN QUE ESPAÑA ES  EL PARAISO Y CONFUNDAN EL REINO DE DIOS CON LA HISPANOLATRIA.

Para mi un error garrafal que no se les puede dispensar a señores de tribuna y micros es que no sepan distinguir "la Iglesia debe pedir perdón" y lo confundan con España. Lamentable. No hay que ser eruditos pero hay errores que, con asesores, que si deben ser entendidos, no se deben comenter señores Ayuso, Casado, Aznar, Almeida,...

Josñe Luis Molina


Miradas cristianas: José I. González Faus

"Mi querida señora Isabel, hay motivos suficientes para que el papa pida perdón"Carta de Faus a Ayuso: "Pedir perdón bien es como zurcirse bien un roto"

Isabel Ayuso
Isabel Ayuso

¿Leyenda negra? Lo de leyenda no es cierto. Lo de negra resulta explicable porque es como si pretendiera “blanquear” la conquista de América del Norte por los pueblos sajones, donde también hay mucho por lo que pedir perdón.

Carlos I, acosado por escrúpulos morales, prohibió la institución llamada “encomienda”; pero esa prohibición no se cumplió en absoluto.

Los encomenderos “han tenido mucho cuidado y diligencia de hacerles (a los indios) sacar oro y labrar otras haciendas trabajando todo el día…, teniéndolos en mucho menos que bestias suelen ser tenidas: porque aquellas suelen ser curadas, mas ellos no”.

"Más que de una leyenda negra, quizá tendríamos que hablar de una “leyenda blanca” que tejió el franquismo para que nos la explicaran en los colegios"

Es curioso: cuando leí sus críticas a Francisco por el perdón pedido a los indios latinoamericanos, me quedé yo tan sorprendido como dice haberse quedado usted al oír las palabras del obispo de Roma. Prescindamos ahora de que Francisco solo pidió perdón por los pecados de la Iglesia. Pero déjeme sorprenderme por su afirmación de que los españoles llevaron a América la civilización y la libertad...

Primero pensé que no es bueno para un personaje político como usted, aparecer como ignorante; pero enseguida comprendí que a usted le habrían enseñado en el colegio lo mismo que a mí: la conquista de América fue ¡una maravilla calumniada por la leyenda negra! Vamos a ver pues.

Conquista

Lo de leyenda no es cierto; es simplemente historia. Lo de negra resulta explicable porque es como si pretendiera “blanquear” la conquista de América del Norte por los pueblos sajones, donde también hay mucho por lo que pedir perdón. De hecho, hubo bastante mestizaje en el sur y nada en el norte. Y en el sur se han conservado muchas lenguas indígenas, casi desaparecidas en el norte: hace pocos años un compañero mexicano aún me enseñaba, entre orgulloso y contento, una traducción de la Biblia al náhuatl.

También parece cierto que el emperador Carlos I, acosado por escrúpulos morales, prohibió la institución llamada “encomienda”; pero esa prohibición no se cumplió en absoluto: ¡demasiado lejos estaba la autoridad para que pudiera controlar esas cosas!

Pero reconocer lo positivo no implica desconocer todo lo negativo, que fue mucho. Podrá usted comprender fácilmente que la gente que se embarcaba a la América recién descubierta no iba para “civilizar y evangelizar”, sino para hacer fortuna. Varios hermanos de Teresa de Ávila fueron a América y alguno debió hacer bastante dinero pues la ayudó mucho en la construcción de un carmelo. Es también probable que algún famoso como Hernán Cortés fuera más noble y respetable que otros conquistadores y sus subordinados. Pero ya sabemos que una golondrina no hace verano.

Libro de Gutiérrez

Y tenemos además multitud de testimonios estremecedores. Yo le recomendaría el libro de Gustavo GutiérrezEn busca de los pobres de Jesucristo. Pero como no creo que tenga tiempo para leerlo (es larguito), le puedo poner algunos ejemplos rápidos para concluir.

Si va usted a República Dominicana podrá ver casi nada más aterrizar, un mural con el famoso sermón del dominico Montesinos (un domingo de diciembre del 1511) dirigido a la población española de la isla: “Todos estáis en pecado mortal por la crueldad con que tratáis a estas gentes. ¿Es que no son hombres? ¿Es que no lo veis? ¿Cómo podéis estar en la profundidad de sueño tan letárgico dormidos?”... Y lo peor no fue el sermón, sino el resultado que tuvo: aquella comunidad de dominicos acabó disuelta y regresando a España.

Del indio peruano Guamán Poma, ferviente cristiano, se conserva una carta a Felipe III denunciando la situación de despojo y violencia en que vivían sus hermanos. Allí explica que los encomenderos “han tenido mucho cuidado y diligencia de hacerles (a los indios) sacar oro y labrar otras haciendas trabajando todo el día…, teniéndolos en mucho menos que bestias suelen ser tenidas: porque aquellas suelen ser curadas, mas ellos no”.

Sermón de Montesinos

Hacia 1550, Domingo de santo Tomás, obispo de La Plata, escribe: “Hará cuatro años que, para acabarse de perder esta tierra, se descubrió una boca del infierno por la cual entra cada año gran cantidad de gente, que la codicia de los españoles sacrifica asu dios: y es una mina de plata que se llama Potosí”.

Se conservan cartas al rey de España de otros obispos, con explicaciones como éstas de Tomás de Toro obispo de Cartagena de indias: “Por donde quiera que van [los españoles] ensangrientan sus manos matando indios, porque no les dicen dónde hallarán oro: que éste es su apellido y no el de Dios”. O como esta otra del obispo de Popayán en 1567: “Es tanta la miseria de estos naturales que… no tienen posibilidad para dar una tortilla de maíz… La doctrina que les enseñan es con la boca el Padrenuestro y, con sus obras, fornicar y adulterar y tomarles sus hijas y aun mujeres”.

Pero al rey le llegaban también otras cartas, como una de 1541, contra un colegio abierto en Tlatelolco por Juan de Zumárraga, donde se decía textualmente de los indios: “la doctrina es bueno que la sepan; pero el leer y escribir es muy dañoso como el diablo”. No extrañara pues que alguno de estos denunciadores acabara mártir como Antonio de Valdivieso en Nicaragua (donde por lo visto, los somozas y los ortegas no son cosa solo de hoy).

Bartolomé de las Casas

Como podrá usted ver, todas esas denuncias son significativas y serias: y más que de una leyenda negra, quizá tendríamos que hablar de una “leyenda blanca” que tejió el franquismo para que nos la explicaran en los colegios. De niño también me enseñaron a cantar: “voy por rutas imperiales caminando hacia Dios”. Luego aprendí que por rutas imperiales solo se camina hacia Moloch y que a Dios solo se va por rutas de sobriedad y solidaridad.

Mire cómo debían estar de mal las cosas que el gran Bartolomé de Las Casas cometió el inmenso error de decir que trajeran negros de África como única forma de aliviar la esclavitud de los indígenas. Un disparate tan increíble solo puede decirse desde la desesperación.

Así que, mi querida señora Isabel, hay motivos suficientes para que el papa pida perdón. Otra cosa es si es el único que debe pedirlo. Y dejando ahora a las iglesias de origen sajón, le explico que hace poco escribí una de estas “cartas” mías al presidente de México explicándole que, luego de la independencia, los responsables de la opresión de los indios ya no fueron los españoles sino los criollos (descendientes de hispanos pero nativos latinoamericanos).

Ayuso y Aznar

Y que así como la revolución francesa, con sus bellas palabras, fue solo una revolución de la burguesía para librarse del rey, pero seguir oprimiendo a la naciente clase obrera, la independencia de los países latinoamericanos fue solo para liberarse del rey de España, pero seguir oprimiendo a los indios. Por eso no estaría nada mal, si el señor López Obrador y algún otro presidente hicieran otra petición de perdón por cómo trataron a los indígenas su tatarabuelos criollos (quizá también con excepciones admirables e impotentes como la de Simón Bolívar).

Pero temo que esto no se hará. Lástima: porque pedir perdón bien es como zurcirse bien un roto. 

lunes, 4 de octubre de 2021

SEMEJANTES, COMPLEMENTARIOS Y, DESDE AHI, UNIDOS.

 



 

Lamentablemente, con más frecuencia de la que sería de desear, en la Iglesia, y por los responsables religiosos , se han hecho lecturas sesgadas de las Escrituras, lo que ha viciado, y otras veces opacado, pilares fundamentales para construir el Reino de Dios.

 

Tal ocurre con la lectura del Evangelio de hoy en el que normalmente han puesto el acento en el tema de si divorcio sí o divorcio no, en que lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre, etc,  y se han obviado un montón de cosas. Por ejemplo:

·       ¿Cómo se garantiza que un matrimonio, aunque se haya establecido por la Iglesia lo ha unido Dios cuando todos sabemos del mundo oculto que tantas veces se soslaya detrás de esas bendiciones?

·       O, ¿quién se atreve a asegurar que una pareja que se une en la simple y sencilla aceptación y compromiso de un proyecto de vida en común y lo hace desde asumir el proyecto de Dios en sus vidas, no los está uniendo Dios?

Si ha habido ceremonia religiosa, no debe haber divorcio, no se acepta, (cosa que también sabemos no es así), pero si hubo unión civil, desde la fe el divorcio no es problema (caso de la reina Leticia) porque es como si no hubiera existido matrimonio.

Aquí habría que escribir las frases del evangelio: Testarudos, tercos, retorcidos, deshonestos. Pero, evidentemente, referido a todos los que fundamentan sus posturas puritanas en una motivación interesada. Porque, ¿no se han dado cuenta que cuándo le preguntan a Jesús, aparte de ponerle una trampa, el posicionamiento de los que preguntan es de condena y esclavitud para la mujer  y de dispensa y justificación permisiva para el varón? Y sin embargo la postura y respuesta de Jesús es otra. Y aunque está clarita y muy evidenciada, normalmente se pasa de largo. La postura de Jesús es la de la misma ética, , la misma moral, la misma dignidad para la mujer y el hombre.

Y se fundamenta en el Génesis 2, 18-24 (1ª lectura de hoy):

·       No es bueno que el hombre esté solo.

·       Le daré un ser como él, semejante a él

·       No sirve el mito de la creación y la dependencia de la costilla: Ojito al parche en este tiempo de perritos , gatitos y demás mascotas, besadas y tratadas mejor que los iguales, que los semejantes.

·       El ser humano :  su plenitud en el encuentro complementario : “y se hacen una sola carne”.

·       No es lo primero la procreación. Lo primero y esencial es la comunión  que, desde el amor, los funde en un proyecto común.

 

Este es el misterio cristiano del amor y del matrimonio. Y esto es lo que une Dios y se une en Dios. Seamos claros.

 

Y esto solo es posible desde la igualdad en la dignidad, no en el sometimiento y la subordinación. Cosa que la Iglesia , con motivo de estos textos, tendría que plantearse y poner en valor hacia dentro de ella misma.

Pueblo de sacerdotes: el genérico universal que acoge a mujeres y a hombres porque se refiere a una tarea, una misión y eso es una tarea de todos y para todos.

Un abrazo

José Lis Molina

3 de octubre 2021

SE NECESITAN PROFETAS

 



 

La semana pasada reflexionábamos sobre la envidia como actitud que genera diversos aspectos o pecados que nos ponen en contra “del otro” (Todos los pecados, si lo son, nos oponen al otro).

Hoy, si os parce, nos vamos a centrar en torno a otros verbos que tienen algo que ver con la envidia, aunque es lo veremos al final.

Estos verbos son: ACAPARAR,  SER PROTAGONISTAS, POSEEDORES DE LA VERDAD, MONOPOLIO DE DIOS, EGÓLATRAS. Generan, para el contrario, la exclusión, la condena, el ostracismo.

Contra ellos los textos de hoy son muy claros: Nadie que haga el bien, nadie que revierta sobre el mundo el proyecto de Dios y sobre él proponga (profecía), puede ir en contra de Dios. Sí, por el contrario, se  le notará que va en contra del proyecto de Dios quien no admite competencias,  que le hagan sombra porque opacarán su imagen y por eso pretenderán que, a los otros, se les excluya de los ciento cuarenta y cuatro mil.

Esto nos lleva a la segunda lectura. Cuando la leo  me imagino a los ricos repitiendo el estribillo de Góngora  “ande yo caliente y ríase la gente” o la apostilla de Don Juan Tenorio “!Qué largo me lo fiais!”

Ante esta palabra de Santiago los ricos la oirán y se reirán con razón  porque saben que su dinero comprará bendiciones, indulgencias, dignidades y honores. Sin embargo la malaventuranza profética está lanzada: ¡Ay de ellos!. No podrán tener a Dios en sus vidas. Hace opción por la opulencia , la exquisitez y lo que nos significa “por encima de”, pero la vida plena de Dios se les queda al margen .

Pero termino: No solo va contra los ricos. Hay un enjuiciamiento específico contra los que se aprovechan de los otros, negocian y se enriquecen a sus costas. Etc. Los bienes se oxidarán, se quedarán aquí, posiblemente sean fuente de división  y escándalo, pero también se quedarán sin los otros” a los que postergaron por su ambición  .

 

Un abrazo

 

José Luis Molina

26 de septiembre del 2021

YO, MI, ME, CONMIGO

 YO, MI, ME, CONMIGO



Después de entender que el pecado original es otra cosa y que, desde luego, no es algo que nos hace llegar torcidos, pienso en nosotros, los seres humanos,  y lo hago también de otra manera, sobre todo en ciertos aspectos.

Me gusta, y con frecuencia recurro a ella cuando me autoanalizo o  tengo que enfrentarme con realidades desbocadas externas a mí,  con una afirmación de Ortega y Gasset. Decía: “Yo soy yo y mis circunstancias”.

Efectivamente en ese soy yo aparecen nuestras potencias y virtualidades, pero de ninguna manera podemos ignorar nuestro componentes biológicos, químico, histórico y  hasta geográfico-espacial que nos perfilará de una manera o de otra.

Lo mismo te extrañas con esta retahíla con la que he empezado, pero, es que en las lecturas de hoy aparece con una exuberancia que llena el escenario, el tema de la envidia.

¡La envidia!

¿Por qué la envidia?

¿Consecuencia del pecado original?

Caín y Abel: La envidia. ¿Solo hay el bueno y el malo?

¿Somos culpables de todo comportamiento envidioso o hay que tener en cuenta otros factores?

…   …    …

Por ahí pretendo circular hoy y soy consciente de que lo hago con un cierto desorden y probablemente no con suficiente rigor científico pues no soy especialista. Solo tengo el vicio de pensar.

Lo que si opino es que creo que a todos, alguna vez al menos, nos ha mordido la envidia. Y si es algo tan generalizado, y a veces difícil de controlar, erradicar, etc,  no debemos infravalorarlo. Si, además, todos sabemos que, a veces, eso     que llamamos envidia provoca crisis y cataclismos vitales terribles y deleznables, no podemos o no debemos ignorarlo.

Bueno, pues, entonces me meto directamente en mi reflexión sobre la envidia buscando esclarecimiento responsable y comprometido.

Cada uno de nosotros, cuando nacemos, no somos envidiosos en esencia. Al contrario física, biológica, y antropológicamente hablando, nos sentimos con necesidad del otro, lo buscamos y nuestro mundo, pequeño e infinito, se rebosa de felicidad con la voz que nos acaricia, el seno donde nos alimentamos y refugiamos, los ojos donde nos vemos y los latidos de corazón que nos hacen cantar.

Esto, en principio tendría que ser motor que nos impulsara a ser universales, de acogida abierta y de entrega libre y gratuita.

Pero…   pronto aparece los peros. Por lo pronto si habría que tener en cuenta las circunstancias del mundo exterior que rodeaba al útero donde nos encontrábamos pues allí ya , según y cómo, pudiéramos recibir marcas, improntas, que nos acompañarán.

Pero una vez nacidos, a pesar de que he dicho que no nacemos egoístas, sin embargo las primeras palabras que aprendemos (dejemos a mamá y papá los primeros puestos) son posesivas: MIO lo mismo que a cerrar los brazos y las manos aferrando la realidad para nosotros sin dejar espacios para los demás.

Pero eso son una solas observaciones del principio.

Mirando el mapa humano, creo que la pandemia del egoísmo es muy contagiosa. Empezamos porque nosotros queremos a nuestros hijos para nosotros. Decimos, sin pudor, que es bueno tener hijos “para la vejez”  y, para ello, “con las hijas hay más seguridad” por eso, al menos una mujercita. Nos cuesta la misma vida vayan teniendo criterios propios y, en vez de ayudarlos a que sean coherentes con los mismos, intentamos se acoplen con los nuestros. Algunos no son capaces de asumir que sus hijos emprendan su propio vuelo.

Y lo que aún es peor: Intentamos manipularlos a nuestro favor comprándolos. No nos escandalicemos. Esto desde chiquito: “Si me das un beso te doy chuches”, “te concedo un capricho para que te calles y te portes bien”, “mereces un premio(y lo tendrás) por haber aprobado. Resultaría absurdo pensar que sería respuesta  y motivación suficiente la alegría de aprobar, de haber hecho lo que debía y compartir con él nuestra alegría por sus resultados. Qué cosa más normal decir al hijo que abrazamos que lo queremos más que a nadie, … y esto  en presencia de otros hijos, … ¿Sería muy difícil el  “más que”  por “mucho”?.

En fin, sería interminable todo lo que se podría enumerar.

Pero, para ir concretando, diré que entiendo que la envidia es una consecuencia de muchos de los elementos con los que construimos lo que llamamos “educar” o el proceso histórico de cada persona.

Mientras eduquemos en la competencia, en la competitividad, tendremos envidia cuando no ganemos.

Mientras lo importante no sea la persona que hace y se compromete toda ella en su hacer (aunque los logos  sean demasiado exitosos por razones ajenas) sino que lo que importe sean los resultados “brillantes” , aunque , incluso, hayan sido conseguidos con trampas o favores, humillarán y aplastarán a otros y estaremos abonando el terreno para la  envidia y e rencor.

Mientras el vestido con el que nos cubramos sea la comparación, estaremos llamando a gritos al enfrentamiento y, si somos de los “exitosos” correremos fuertemente el riesgo de ser unos peleles de los resultados, del que dirán, etc  y poniéndonos en peligro de perder lo esencial: “ser nosotros mismos para los demás”.

Esto último es la Buena Noticia, la clave del Evangelio, lo que nos convierte en hijos de Dios.

Pedir perdón por la envidia y no modificar este chip competitivo y comparativo, no sirve para nada.

Y educar por esos carriles de la competencia es cierto que colaboraremos en producir  mucho desgraciado y muchas amarguras.

No es posible pasar por la vida sin producir sombra. Inevitablemente será trascendente nuestra posición respecto del sol.

Un abrazo

José Luis Molina

19 de septiembre del 2021