Lamentablemente, con más frecuencia
de la que sería de desear, en la Iglesia, y por los responsables religiosos ,
se han hecho lecturas sesgadas de las Escrituras, lo que ha viciado, y otras
veces opacado, pilares fundamentales para construir el Reino de Dios.
Tal ocurre con la lectura del
Evangelio de hoy en el que normalmente han puesto el acento en el tema de si divorcio
sí o divorcio no, en que lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre,
etc, y se han obviado un montón de
cosas. Por ejemplo:
· ¿Cómo se garantiza que un matrimonio, aunque se haya establecido por la
Iglesia lo ha unido Dios cuando todos sabemos del mundo oculto que tantas veces
se soslaya detrás de esas bendiciones?
· O, ¿quién se atreve a asegurar que una pareja que se une en la simple y
sencilla aceptación y compromiso de un proyecto de vida en común y lo hace
desde asumir el proyecto de Dios en sus vidas, no los está uniendo Dios?
Si ha habido ceremonia religiosa, no
debe haber divorcio, no se acepta, (cosa que también sabemos no es así), pero
si hubo unión civil, desde la fe el divorcio no es problema (caso de la reina
Leticia) porque es como si no hubiera existido matrimonio.
Aquí habría que escribir las frases
del evangelio: Testarudos, tercos, retorcidos, deshonestos. Pero,
evidentemente, referido a todos los que fundamentan sus posturas puritanas en
una motivación interesada. Porque, ¿no se han dado cuenta que cuándo le
preguntan a Jesús, aparte de ponerle una trampa, el posicionamiento de los que
preguntan es de condena y esclavitud para la mujer y de dispensa y justificación permisiva para
el varón? Y sin embargo la postura y respuesta de Jesús es otra. Y aunque está clarita
y muy evidenciada, normalmente se pasa de largo. La postura de Jesús es la de
la misma ética, , la misma moral, la misma dignidad para la mujer y el hombre.
Y se fundamenta en el Génesis 2,
18-24 (1ª lectura de hoy):
· No es bueno que el hombre esté solo.
· Le daré un ser como él, semejante a él
· No sirve el mito de la creación y la dependencia de la costilla: Ojito al
parche en este tiempo de perritos , gatitos y demás mascotas, besadas y
tratadas mejor que los iguales, que los semejantes.
· El ser humano : su plenitud en el
encuentro complementario : “y se hacen una sola carne”.
· No es lo primero la procreación. Lo primero y esencial es la
comunión que, desde el amor, los funde
en un proyecto común.
Este es el misterio cristiano del
amor y del matrimonio. Y esto es lo que une Dios y se une en Dios. Seamos
claros.
Y esto solo es posible desde la
igualdad en la dignidad, no en el sometimiento y la subordinación. Cosa que la
Iglesia , con motivo de estos textos, tendría que plantearse y poner en valor
hacia dentro de ella misma.
Pueblo de sacerdotes: el genérico
universal que acoge a mujeres y a hombres porque se refiere a una tarea, una
misión y eso es una tarea de todos y para todos.
Un abrazo
José Lis Molina
3 de octubre 2021
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