La semana pasada reflexionábamos
sobre la envidia como actitud que genera diversos aspectos o pecados que nos
ponen en contra “del otro” (Todos los pecados, si lo son, nos oponen al otro).
Hoy, si os parce, nos vamos a centrar
en torno a otros verbos que tienen algo que ver con la envidia, aunque es lo
veremos al final.
Estos verbos son: ACAPARAR, SER PROTAGONISTAS, POSEEDORES DE LA VERDAD,
MONOPOLIO DE DIOS, EGÓLATRAS. Generan, para el contrario, la exclusión, la
condena, el ostracismo.
Contra ellos los textos de hoy son
muy claros: Nadie que haga el bien, nadie que revierta sobre el mundo el
proyecto de Dios y sobre él proponga (profecía), puede ir en contra de Dios.
Sí, por el contrario, se le notará que
va en contra del proyecto de Dios quien no admite competencias, que le hagan sombra porque opacarán su imagen
y por eso pretenderán que, a los otros, se les excluya de los ciento cuarenta y
cuatro mil.
Esto nos lleva a la segunda lectura.
Cuando la leo me imagino a los ricos repitiendo
el estribillo de Góngora “ande yo
caliente y ríase la gente” o la apostilla de Don Juan Tenorio “!Qué largo me lo
fiais!”
Ante esta palabra de Santiago los ricos
la oirán y se reirán con razón porque
saben que su dinero comprará bendiciones, indulgencias, dignidades y honores.
Sin embargo la malaventuranza profética está lanzada: ¡Ay de ellos!. No podrán
tener a Dios en sus vidas. Hace opción por la opulencia , la exquisitez y lo
que nos significa “por encima de”, pero la vida plena de Dios se les queda al
margen .
Pero termino: No solo va contra los ricos. Hay un
enjuiciamiento específico contra los que se aprovechan de los otros, negocian y
se enriquecen a sus costas. Etc. Los bienes se oxidarán, se quedarán aquí,
posiblemente sean fuente de división y
escándalo, pero también se quedarán sin los otros” a los que postergaron por su
ambición .
Un abrazo
José Luis Molina
26 de septiembre del 2021
No hay comentarios:
Publicar un comentario