Mensaje del XXXIII Congreso de Teología sobre “La Teología de la Liberación, hoy”
Publicado: 9 septiembre, 2013 en REFLEXIONESEtiquetas: Ética, Empobrecidos, Hambre, Iglesia, Jesús, Liberación, Teología
Celebrado en Madrid del 5 al 8 de septiembre de 2013
MADRID.
ECLESALIA, 09/09/13.- Del 5 al 8 de septiembre hemos celebrado en Madrid el 33 Congreso de Teología sobre “La teología de la Liberación, hoy”, que ha reunido a mil personas procedentes de los diferentes países y continentes en un clima de reflexión, convivencia fraterno-sororal y diálogo interreligioso, intercultural e interétnico.
1. Vivimos en mundo
gravemente enfermo, injusto y cruel, en el que la riqueza se concentra
cada vez más en menos manos y crecen las desigualdades y la pobreza.
Entre 40.000 y 50.000 personas mueren al día por hambre y guerras,
cuando existen recursos suficientes para alimentar al doble de la
población mundial. El problema no es, por tanto, la escasez, sino la
competitividad, la acumulación desmesurada y la injusta distribución,
generadas por el modelo neoliberal. Los gobernantes dejan que gobiernen
los poderes financieros y la democracia no ha llegado a la economía. La
crisis europea actual tiene como efecto el desmantelamiento de la
democracia.
2. La crisis económica
se ha convertido en una crisis de los derechos humanos. Los llamados
eufemísticamente “recortes” en educación y salud son, en realidad,
violaciones sistemáticas de los derechos individuales, sociales y
políticos, que habíamos conseguido con tanto esfuerzo a lo largo de los
siglos precedentes.
3. Pero esta situación
no es fatal, ni natural, ni responde a la voluntad divina. Se pueden
romper las inercias cambiando nuestro modo de vivir, de producir, de
consumir, de gobernar, de legislar y de hacer justicia y buscando
modelos alternativos de desarrollo en la dirección que proponen y
practican no pocas organizaciones hoy en el mundo
4. Estos días hemos
escuchado los testimonios y las voces plurales de las diferentes
teologías de la liberación, que se cultivan en todos los continente y
que intentan colaborar en la respuesta a los más graves problemas de la
humanidad antes descritos: en América Latina, en sintonía con el nuevo
escenario político y religioso y con las experiencias del socialismo del
siglo XXI; en Asia, en diálogo con las cosmovisiones orientales,
descubriendo en ellas su dimensión liberadora, en África, en
comunicación con las religiones y culturas originarias, en busca de las
fuentes de la vida en la naturaleza.
5. Hemos comprobado que
la teología de la liberación sigue viva y activa frente a los intentos
del pensamiento conservador y de la teología tradicional de condenarla y
darla por muerta. La TL es histórica y contextual y se reformula en los
nuevos procesos de liberación a través de los sujetos emergentes de
transformación: mujeres discriminadas que toman conciencia de su
potencial revolucionario; culturas otrora destruidas que reivindican su
identidad; comunidades campesinas que se movilizan contra los Tratados
de Libre Comercio; jóvenes indignados, a quienes se les niega el
presente y se les cierra las puertas del futuro; naturaleza depredada,
que grita, sufre, se rebela y exige respeto; migrantes maltratados que
luchan por mejores condiciones de vida, religiones indígenas y
afrodescendientes que renacen tras siglos de silenciamiento.
6. La TL es teología de
la vida, que defiende con especial intensidad la vida más amenazada, la
de los empobrecidos, que mueren antes de tiempo. Hace realidad las
palabras de Jesús de Nazaret: “He venido para que tengan vida y la
tengan en abundancia”. Llama a descubrir a Dios en los excluidos y
crucificados de la tierra: esa es la misión fundamental de las Iglesias
cristianas, de la que han estado muy alejadas
7. Los reformadores
religiosos han abierto y siguen abriendo caminos de compasión y
liberación integral, que deben traducirse política, social y
económicamente en cada momento histórico, de manera especial Siddharta
Gautama el Buda y Jesús de Nazaret el Cristo (tema de la última
conferencia del Congreso.
8. Denunciamos la falta
de ética en las políticas gubernamentales que presentan los recortes
como reformas necesarias para la recuperación económica. Nuestra
denuncia se extiende a los bancos, las multinacionales y los poderes
financieros como verdaderos causantes de la actual crisis en connivencia
con los gobiernos que lo permiten. Optamos por otro modelo económico
cuyos criterios sean el principio del bien común, la defensa de los
bienes de la tierra, la justicia social y el compartir comunitario.
9. Denunciamos el uso de
la violencia, el militarismo, el armamentismo y la guerra como formas
irracionales y destructivas de solución de los conflictos locales e
internacionales, a veces justificados religiosamente. Optamos por un
mundo en paz, sin armas, donde los conflictos se resuelvan por la vía
del diálogo y la negociación política. Apoyamos todas las iniciativas
pacíficas que vayan en esa dirección, como la jornada de ayuno y oración
propuesta por el papa Francisco. Rechazamos la teología de la guerra
justa y nos comprometemos a elaborar una teología de la paz.
10. Denunciamos el
racismo y la xenofobia, que se manifiesta de manera especial en las
leyes discriminatorias, en la negación de los derechos de los
inmigrantes, en el trato vejatorio a que son sometidos por las
autoridades y en la falta de respeto a su estilo de vida, cultura,
lengua y costumbres. Optamos por un mundo sin fronteras guiado por la
solidaridad, la hospitalidad, el reconocimiento de los derechos humanos
sin discriminación alguna y de la ciudadanía-mundo frente a la
ciudadanía restrictiva vinculada a la pertenencia a una nación.
11. Denunciamos la
negación de los derechos sexuales y reproductivos y la sistemática
violencia contra las mujeres: física, simbólica, religiosa, laboral,
ejercida por la alianza de los diferentes poderes: leyes laborales,
publicidad, medios de comunicación, gobiernos, empresas, etc. Dicha
alianza fomenta y refuerza el patriarcado como sistema de opresión de
género. En la discriminación y el maltrato a las mujeres tienen una
responsabilidad no pequeña las instituciones religiosas. La teología
feminista de la liberación intenta responder a esa situación
reconociendo a las mujeres como sujetos políticos, morales, religiosos y
teológicos.
12. Pedimos la inmediata
suspensión de las sanciones y la rehabilitación de todas las teólogos y
los teólogos represaliados (de quienes han visto sus obras prohibidas,
condenadas o sometidas a censura, de quienes han sido expulsados de sus
cátedras, de aquellos a quienes se les ha retirado el reconocimiento de
“teólogos católicos”, de los suspendidos a divinis, etc.), sobre todo
durante los pontificados de Juan Pablo II y Benedicto XVI, que fueron
especialmente represivos en cuestiones de teología moral y dogmática, en
la mayoría de los casos por su vinculación con la teología de la
liberación e incluso por seguir las orientaciones del Concilio Vaticano
II. Dicha rehabilitación es exigencia de justicia, condición necesaria
de la tan esperada reforma de la Iglesia y prueba de la autenticidad de
la misma. Reivindicamos, a su vez, dentro de las Iglesias, el ejercicio
de los derechos y libertades de pensamiento, de reunión, de expresión,
de cátedra, de publicaciones, no respetados con frecuencia, y el
reconocimiento de la opción por l@s pobres como criterio teológico
fundamental.
Con don Pedro Casaldàliga afirmamos que todo es relativo, incluida la teología, y que solo son absolutos Dios, el hambre y la liberación. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).
Madrid, 8 de septiembre de 2013
Para más información: http://www.congresodeteologia.info
1 comentario:
Me alegra y me anima las voces de denuncia que han vertido en este congreso, me alegra sinceramente, que la teología de la liberación sea considerada como es, la reflexión del pensamiento de Dios enraizada en la realidad del mundo, me alegro y lo celebro.
MT.
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