Al mismo tiempo que fui descubriendo que estábamos llamados
a la santidad, descubrí que a ésta no la vamos a encontrar entre las nubes de
algodones por donde se pasean los
angelitos de Murillo, sino en y desde la vida real y concreta.
Por eso la vida me sirve de referente, se convierte en “sacramento”
de esta santidad y en ella descubro
miles de “sacramentos” .
Con uno de estos, desde mi casa, en El Bosque, quiero
abrazaros
José Luis
LLAMADOS A SER SANTOS
Mirando al olivo
y pensando en ustedes
Ahí
está,
tras
la ventana,
desafiando
al monte
que
intenta intimidarlo
por
la espalda,
mi
olivo sempiterno.
Mi
olivo
dobla
cada mañana
débiles
ramas
cargadas
de aceitunas.
Llevan
el peso
del
sol y de la luna,
de
la lluvia y la seca.
Su
verde
es
sueño verde,
sueño
de campesino
que
fue siendo otra cosa:
campesino
de sueños,
cosechador
de esperas
y
vareador de estrellas.
Sus
olivas,
verdes
y negras
como
lo es la vida,
asoman
maduradas:
las
maduró el amor,
joven
y denodado,
que,
a su sombra,
se
vistió de azul
y
se hizo cielo.
Ese
olivo,
mi
olivo, nuestro olivo,
que
nos llama
a
ser rama de triunfo,
corona
de victoria,
vítores
de alegría
y
ajorcas de la fiesta.
¡Qué
bien queda,
sobre
la blanca túnica,
verde
la rama
de
la sangre nueva
que
salpica hasta el cielo
y
hace que las estrellas
se
hagan rojas
de
amapolas de huertas!
Felicidades
José
Luis Molina

1 comentario:
Gracias por la felicitación y tu cariño siempre presente, espero no te olvides de traernos unas aceitunas...
Y mi deseo para tí, como diría Benedetti... Y TAMBIÉN VICEVERSA!!! un abrazote.
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