No te quiero
porque me crucé con tus ojos
y mi cielo se llenó
del violeta de tu iris.
No te quiero
porque llenaste de ritmo
el caminar de mi senda
y sus veredas
explosionaron
en blancas y amarillas margaritas,
ni porque, en los amaneceres,
comencé a escuchar
canciones nuevas,
ni porque, tras de ti,
el silencio ya no fue silencio vacío
sino silencio de plenitud preñada .
No te quiero
porque quiera quererte
en supremo ejercicio
de voluntad soberana.
En mi quererte
se encuentra todo eso, pero,
te quiero,
por algo más sencillo.
Te quiero
porque trajiste a mi yo el eco
donde ese yo quería encontrarse.
Te quiero
porque supones en mi
algo concreto:
Que la palabra anhelo,
que sabe de avatares
y de desasosiego ,
remansada, me hace
Y desde ella me lleno.
José Luis Molina
9 de marzo 2018
No hay comentarios:
Publicar un comentario