Me llaman sigilosas las aguas,
me besa el viento de los Andes,
me reta el calor de la selva.
Aguas,
aguas que no son de mar sino de río,
de un río que yo conozco,
mi río,
chapoteo con él de amor en la orilla,
juega con mis manos y mis pies,
navega en mis barbas y mi piel,
no me lleva, me suelta.
Algún día seré con él
agua que lleva el río
y ustedes vendrán conmigo.
El beso de los Andes no es un adiós,
sino un beso de vuelta,
un beso de enamorado
que me llega por sus labios
y a ellos corro deseoso de besarlos.
Verde de selva,
agua bañada de sol,
calor y luz en las alturas,
calor y hondura en el abismo,
humus de vida en el camino.
Ahora sé quién soy:
Agua a la ida,
Andes y Selva a la vuelta.
Miguel Ángel Olmedo
3 comentarios:
Querido Miguel:
Que bueno que el beso de los Andes tenga sabor prometedor,
que bueno que el sabor de regreso sea una experiencia de Andes y selva.
Aquí estaremos los runas de Inti con los abrazos abiertos para recibirte y seguir trabajando.
!Buen viaje muchacho!
¿De donde fluye las aguas de los Andes?
¿Del cielo o de la tierra?
¿De donde surge el grito ahogado del hombre?
¿Del cielo o de la tierra?
¿De donde surge la esperanza del hoy y de siempre?
Tal vez del cielo y de la tierra...
Hola Miguelito:
Ya han pasado 9 días del despegue de Ecuador y no hay ni una señal de humo de tu presencia, gracias por todos los emails, los besos, recuerdos y postales "espirituales".(por lo menos tenemos fotografías).
Y creo que queda confirmado que hay cuarentones que se ponen viejos y olvidones, otros cuarentones que se ponen interesantes ¡Qué dilema!
¡A disfrutar las vacaciones!
Las profes del "Inti".
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