Si los cristianos tomáramos en serio estas palabras de Gandhi y fuéramos aplicándolas a la práctica del Evangelio, ¡qué lindo sería!, ¡qué Iglesia y qué mundo tan distinto tendríamos! Lo malo es que o "vivimos como creemos" o terminamos "creyendo lo que vivimos", que es tanto como decir, que terminamos justificándolo todo, siempre que ese todo consolide nuestra acostumbrada mediocridad. ¡Qué bueno es saber que el Evangelio es siempre un fuerte zarandeo para nuestras conciencias! Aprovechémoslo en estos tiempos que corren. Miguel Á. Olmedo
Si los cristianos tomáramos en serio estas palabras de Gandhi y fuéramos aplicándolas a la práctica del Evangelio, ¡qué lindo sería!, ¡qué Iglesia y qué mundo tan distinto tendríamos! Lo malo es que o "vivimos como creemos" o terminamos "creyendo lo que vivimos", que es tanto como decir, que terminamos justificándolo todo, siempre que ese todo consolide nuestra acostumbrada mediocridad. ¡Qué bueno es saber que el Evangelio es siempre un fuerte zarandeo para nuestras conciencias! Aprovechémoslo en estos tiempos que corren. Miguel Á. Olmedo
3 comentarios:
Si los cristianos tomáramos en serio estas palabras de Gandhi y fuéramos aplicándolas a la práctica del Evangelio, ¡qué lindo sería!, ¡qué Iglesia y qué mundo tan distinto tendríamos! Lo malo es que o "vivimos como creemos" o terminamos "creyendo lo que vivimos", que es tanto como decir, que terminamos justificándolo todo, siempre que ese todo consolide nuestra acostumbrada mediocridad. ¡Qué bueno es saber que el Evangelio es siempre un fuerte zarandeo para nuestras conciencias! Aprovechémoslo en estos tiempos que corren. Miguel Á. Olmedo
Si los cristianos tomáramos en serio estas palabras de Gandhi y fuéramos aplicándolas a la práctica del Evangelio, ¡qué lindo sería!, ¡qué Iglesia y qué mundo tan distinto tendríamos! Lo malo es que o "vivimos como creemos" o terminamos "creyendo lo que vivimos", que es tanto como decir, que terminamos justificándolo todo, siempre que ese todo consolide nuestra acostumbrada mediocridad. ¡Qué bueno es saber que el Evangelio es siempre un fuerte zarandeo para nuestras conciencias! Aprovechémoslo en estos tiempos que corren. Miguel Á. Olmedo
Yo quiero que el mundo me sonría, desde hoy muestro mi mejor sonrisa al mundo!!
Gracias Gandhi!!!
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