¿Doblaste el pañuelo
donde impresa quedó
la imagen desolada
del dolor y la muerte,
la humillación, la ira
contenida por la impotencia,
o el grito mudo,
helado, sin haber surgido?
Pues no lo dobles, no.
No hagas de él
sacrosanta reliquia.
Ponlo alto en un mástil,
en un alto mástil
de brazos extendídos, ténsalo
para ser resquebrajado
por el viento helado de esta noche
y, porque los rayos de sol
de amanecida blanquearán
su entramado y su urdimbre,
quedará libre para la risa,
Blanco para los sueños,
bailador de esperanzas y luchas
que dan sentido a la historia.
Felicidades.
José Luis Pascua de
Resurrección 2013
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