viernes, 2 de junio de 2017

Recordando y celebrando la historia…
“¡POR LA VIDA, HASTA LA VIDA! ¡UN CIRIO POR LA JUSTICIA!”











El 2 de junio del 2005, en las puertas del Palacio Arzobispal, cinco mujeres (Anita Troya, Elizabeth Chiguano (+), Julia Hernández , Alexandra Molina y Carmen Chalá) profesoras y madre de familia de la Escuela Inti, se declararon en Huelga de Hambre.  Esto en protesta a las decisiones que en ese entonces el Obispo Raúl Vela había tomado contra la  comunidad Sta. María del Inti y los sacerdotes Miguel Olmedo y José Luis Molina, lo cual  ponía en riesgo la continuidad de la Escuela Inti.

Sectores ciudadanos de Quito, se congregaron en apoyo a los objetivos de la huelga de hambre; medios de comunicación, hicieron cobertura diaria.
Radio “La Luna”, difundió la noticia al igual que otros medios radiales, televisivos y digitales.  Pronunciamientos de apoyo se hicieron escuchar desde el Congreso Nacional y distintos movimientos sociales, solidarizándose con la causa de la Parroquia  y Escuela Inti.

En el transcurso de los días y noches que la comunidad Inti se tomó la puerta del arzobispado, se encendieron luces con la consigna: ¡UN CIRIO POR LA JUSTICIA!, y  cientos de personas se solidarizaron con su causa, personas sencillas, estudiantes, familiares de los huelguistas, artistas y una que otra figura política.  Más de 10.000 firmas en apoyo se recogieron durante la huelga, las cuales guardan celosamente esta comunidad, como sacramento de la historia y como respaldo a una lucha que escenifica el pasaje bíblico de David contra Goliat.

El avance de la huelga presionó a que la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, elija al Arzobispo emérito de Cuenca, Alberto Luna Tobar(+), para mediar en el conflicto. 
La huelga de hambre se levantó el 12 de junio del 2005, en medio de una celebración litúrgica a las puertas del obispado en plena Plaza Grande, con una fuerte carga simbólica y humana, después de que el obispo Raúl Vela pidiera al Municipio de Quito que  entregara, en comodato, el espacio físico que ocupaba la Escuela y que en principio era administrado por la parroquia del Inti; ello no por iniciativa propia, sino debido a la presión social manifiesta. El Municipio de Quito accedió y  concedió  el espacio en comodato por treinta años.

El recientemente fallecido Monseñor Alberto Luna Tobar, afirmó  en defensa de los sacerdotes españoles durante ese proceso que: “todo lo actuado desde los sacerdotes Miguel y José Luis se transparentaba a la luz del evangelio”



No hay comentarios: