Ante una puesta de sol en la Alhambra contemplada desde el Generalife.
Te enganchas en la torre
y no quieres seguir.
Quedo, muy quedo,
detienes tu carrera
de atardecer que muere.
Eres como mi alma
cuando se niega niega
a soltarse tu abrazo.
Siento que así es mi vida
cuando doblas la esquina
que, filo frío de espada que asesina,
me dejará enganchado
en la tarde que muere.
José Luis Molina
En este otro caso no surgió poesía propiamente dicha pero si prosa poética.
De la sabia mano del "Peregrino de Cabeza Nevada" mis pies tocaron una y otra vez tus entrañas, bebí de tus cristalinas fuentes, gemí musitando palabras que apenas si descifraban tu hermosura; vibré con tu historia que danzaba en el viento que se impregnaba en tus jardines, en tus atrios y monumentos.
De pronto, unas lágrimas ante la despedida irremediable. Y mis ojos vislumbraron los rayos del majestuoso "Inti" envolviéndote y engalanándote toda de manera formidable
Y así, ante la despedida irreparable, todo cobró aún más vida cuando la voz del hijo de tus entrañas, mi gran "Peregrino de Cabeza Nevada" susurró tiernamente la melodía que te hace única e irrepetible: "Granada..."
Ana Troya
Foto.-Título: Puesta de sol en la Alhambra
Autor: José L. Molina
No hay comentarios:
Publicar un comentario