Han pasado muchos años, ha llovido bastante, pero en este mundo en crisis los pobres siguen soportando el peso de la deuda (llámese hipotecas, desahucios, paro, migración, muertes injustas como consecuencias, etc ). Me he acordado de él y he pensado que, tal vez, aún pueda ser actual para orar. Por si a algién le sirve, ahí va.
Como estaba pensado para una celebración, había una parte que era proclamada por un lector. Otra, la que aparece con negrita.
Padre nuestro
de todos nosotros, hombres y mujeres,
sabemos que sufres viendo desde el cielo
que aquí, en nuestra tierra,
ejerce su imperio, sobre el pobre , el rico.
Oye nuestras voces, oye nuestro ruego.
Tú estás caminando, de nuevo,
con los pueblos que, por el desierto,
caminan buscando se haga tu Reino.
Sé tú nuestra fuerza y nuestro alimento.
Que no desfallezca nunca nuestro empeño
en luchar, buscando
ese mundo nuevo de tu voluntad
donde lo importante ya no sea el dinero,
con sabor a sangre,
obtenido de los pobres pueblos
sino el hombre pleno en su dignidad.
Danos tú el aliento
Mira que nos roban, cada día, el pan de nuestros esfuerzos
diciendo debemos lo que no debemos,
pues son nuestros hijos, tus hijos pequeños,
los que sin arroz, sin casas, sin médicos,
crecen como árboles, carentes de riego,
en tierra agrietada con troncos resecos.
Nosotros queremos saber perdonar lo que ellos nos deben.
Que ellos condonen lo que, según dicen,
nosotros debemos.
Líbranos, Señor, de este mal que es cerco que aprieta y asfixia.
Que todos los pueblos te santifiquemos siendo solidarios.
Ese es nuestro anhelo y también el tuyo.
Amén, Padre Bueno
José Luis Molina
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