José Luis Molina
Escuela para la vida
IDEO, 05/10/15.- Dicen, se oye, se
comenta… que parece que algo está cambiando en educación, que hay
escuelas que ya no trabajan con libros de texto, que trabajan por
proyectos, que las niñas y niños son el centro y que el aprendizaje es significativo ¿Será verdad?
Pues sí, sí, nada más real que esto es
lo que está pasando en algunas escuelas y puedo hablar con conocimiento
de causa, porque soy maestra en Escuela Ideo donde
así se trabaja, donde la educación es una herramienta esencial para
hacer futuro, donde las niñas y niños son parte de un proceso de
preparación para la vida…
Quizás valga más un ejemplo que mil teorías para ver que quiere decir eso del aprendizaje significativo
¿será que pueden alcanzar objetivos curriculares disfrutando? No solo
pueden alcanzar objetivos estipulados en el curriculum sino que se
logran objetivos esenciales, esenciales para la vida, para crecer como persona.
El otro día salimos al huerto con los de mi clase (4 años tienen). Tenemos huerto, sí, es uno de los valores de Escuela Ideo.
Y al volver de la actividad tome conciencia de la riqueza del método
con el que trabajamos. Quizás dicho así, suene como que salir al huerto
es algo vacío de contenido y sentido. Pues nada más alejado de eso.
Aunque el mero hecho de salir al huerto, ya solo esa actividad en si
misma, creo que aporta mucho por el hecho de estar en un espacio diferente al aula, en contacto con plantas, algunos insectos… Fue una actividad llena de contenido, sentido y en la que una vez más se puso de manifiesto como motivando a las niñas y los niños el aprendizaje es mucho más sencillo.
Antes de salir al huerto, escribimos en la pizarra la palabra HUERTO, en ella vimos letras conocidas, jugamos con alguna letra (el tan dramático dilema de la lectoescritura
se convierte en un juego sencillito para salir al huerto). En el huerto
nuestros sentidos se abrieron al fantástico mundo de las plantas y los
bichos, tocamos la tierra, la sentimos, plantamos, olimos, vimos plantas, insectos, distinguimos colores, texturas, cantamos una canción y recogimos alguna zanahoria que quedaba plantada, las lavamos y las comimos…
todo de la mano de nuestro amigo Pablo, quien se encarga del huerto
(¡ah sí! , es que también creemos que educar es más productivo si, como
dice un proverbio africano, lo hace la tribu). En una “sencilla”
actividad se trabajaron todas las competencias y las niñas y niños desarrollaron todas las inteligencias en mayor o menor medida.
Y sí , es por eso que estoy tan
orgullosa de trabajar en un colegio así, es por eso que apuesto por una
educación diferente, porque la actividad del huerto (en la que las niñas
y niños disfrutaron muchísimo) es solo un ejemplo de como se puede aprender disfrutando, como se puede crecer amando lo que haces.
Educar para la vida es
una labor costosa, que requiere de mucho esfuerzo por parte de las/os
docentes, pero también es verdad, que queriendo y poniéndole ganas
educar es un regalo. Y sino venid a Ideo.
A mis compis de Ideo y en especial a Pablito.
Carmen Almansa (Maestra de Infantil, Escuela Ideo),
en el Día Mundial del Docente.
en el Día Mundial del Docente.
1 comentario:
Suscribo el artículo, pero sobre todo, suscribo la introducción con la que José Luis lo presenta. Sí, hay que trabajar las competencias y las inteligencias múltiples desde la vida y para la vida, pero sin olvidar que educar es facilitar el crecimiento como persona y, para ello, el docente no puede ser sólo un profesional de la enseñanza y del sueldo. Ya sé que es muy complicado y, probablemente, más por estos lares en los que ahora me encuentro (he estado trabajando 18 años en la Escuela Inti de Ecuador y ahora estoy en la querida España). El docente tiene que tener un proyecto de vida como persona con el que intente vivir coherentemente, sólo así será creíble; proyecto de vida sólo aceptable si ennoblece y dignifica al ser humano, pues no todo vale por mucho que esté de moda. De un docente mediocre sale una educación y una enseñanza mediocre; lo mismo ocurre con los padres/madres hacia sus hijos. Nunca mejor el refrán: "de tal palo tal astilla". Una abrazo para todos, Miguel
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