... PARA NO PERMANECER AL BORDE DEL CAMINO, IMPASIBLES ANTE LA MASACRE, CUYOS LAMENTOS SUBEN HASTA EL CIELO .
Resoluciones
Publicado: 29 julio, 2014 en DENUNCIA / ANUNCIOEtiquetas:Compromiso, Inocentes, Justicia, Paz
Por enésima vez, el conflicto palestino-israelí vuelve a ser noticia. De nuevo, el ejército israelí ha atacado la Franja de Gaza en respuesta al lanzamiento de cohetes por parte de Hamás. La desproporción del ataque, la asoladora destrucción provocada en zonas urbanas, la muerte o heridas provocadas a miles de palestinos y la violación de varios artículos de la Convención de Ginebra han hecho que la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, denunciara esta semana que las ataques del Ejército israelí contra Gaza podrían constituir crímenes de guerra.
En un momento internacional muy delicado se le hacía muy apetecible a Israel pescar en aguas revueltas e intentar dar un escarmiento a los milicianos de Hamás que siguen lanzando misiles desde la franja de Gaza. Pero la brutalidad extrema de su ofensiva ha saltado a las portadas de los periódicos por encima de otros conflictos no menos preocupantes: las guerras en Irak, Afganistán, Siria, Libia y el sur del Sáhara, que están tomando una peligrosa deriva hacia el dominio de varios territorios por organizaciones vinculadas a Al Qaeda y la guerra nacionalista del este de Ucrania propiciada por Putin.
La ONU ha aprobado en casi setenta años once resoluciones que exigen a Israel la resolución justa y pacífica de un conflicto que no parece tener fin, pero que está en el corazón mismo de todas las otras guerras sobre suelos musulmanes. A pesar de tantos acuerdos, muchos vemos con gran preocupación la permanente parálisis provocada por el obsoleto sistema de veto del Consejo de Seguridad de la ONU que, unida a la endémica irrelevancia y desunión en política exterior de la Unión Europea y la absoluta falta de liderazgo de Obama, hacen que algunas voces autorizadas, como la de Strobe Talbott, presidente de la prestigiosa Brookings Institution, avisen que podríamos estar ante el peligro de que la guerra se extendiera a otras regiones del mundo. Lo mismo viene diciendo el Papa Francisco, que esta semana invitaba a todos los cristianos a orar vehementemente por la paz.
Los árboles no deben impedirnos ver el bosque. La urgencia del alto el fuego, como tantos anteriormente, no pueden hacernos olvidar las incumplidas resoluciones de las Naciones Unidas que marcan claramente el camino hacia la resolución del conflicto árabe-israelí. Israel no tendrá paz duradera mientras su existencia siga asentándose sobre la injusticia y el sufrimiento de millones de seres humanos. Es hora de decir, de nuevo, ¡basta ya!
Al hacer esto, recordemos que hay muchas formas de participación para que nuestra voz de pueda oír: opinemos en periódicos, expresemos nuestros sentimientos e ideas en las redes sociales, escribamos a nuestros políticos, salgamos a la calle, encendamos una vela en nuestra casa, vayamos a las iglesias, participemos en cibercampañas de recogidas de firmas, animemos a las aerolíneas a suspender los vuelos a Israel, dejemos de peregrinar a Tierra Santa hasta que no haya paz verdadera,… Es hora de salir de la resignación. Se lo debemos a tantos niños inocentes que han muerto estos días en Gaza y a tantas víctimas inocentes que siguen esperando en las cunetas de la Historia a que hagamos algo.
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