¿HACIA DÓNDE VAMOS

¿Hacia dónde vamos?

¿Hacia dónde nos llevan o nos dejamos llevar?Porque la responsabilidad humana e histórica éticamente hablando, no es solo del que ejecuta, sino, también, del que engendra y del que cierra los ojos, mira para otro lado y deja hacer.

¿Dónde has abandonado tus supuestos viejos valores, Europa de Benito de Nursia, y que, cuya cultura, doblegaba las piedras  humanizándolas en esas proclamas románico-góticas?. Después de tu trágica experiencia, te levantaste enarbolando el deseo y la apuesta por un mundo de solidaridad y respeto, de justicia y paz.

Y tú, España, que te declaraste y declaras madre de esa pléyade de países hispanos- parlantes. ¿Dónde guardaste tu instinto maternal si en tus aires se oyen, en lugar de palabras de apoyo y solidaridad, epítetos despectivos. ¿Qué haces callada, sin una palabra comprometida, definida y definitoria?

No hablo de memoria. Todavía con el salitre del mar en mis labios tras la travesía de retorno desde allá, me he sentido ofendido al escuchar, empapados en almíbar de desprecio , términos como sudaca, bolivariano, repúblicas bananeras, etc, y a figuras de relieve español pactando con aquellos a los que tenía que combatir y paseando, flamenando por las calles de Caracas.

Pero yo empezaba preguntando ¿a dónde vamos?

Después de casi sesenta años, el bloqueo a Cuba por Estados Unidos, sigue estando ahí. Ciertamente se oyen voces defensa, pero sigue estando ahí. Y el mundo sigue sometido al “gran dictador” que lo proclamó. Algo conozco Cuba y es envidiable la resistencia de este pequeño pueblo frente a tan colosal y próximo adversario. Pero ahí anda solo..

No toca calificar el éxito de los gobiernos. De hacerlo habría muchos suspensos. Pero Venezuela, que también se alzó frente a los abusos imperialistas de los EEUU, tiene que sufrir sus envites. Orquestaron un golpe de estado contra Chávez, que les falló. Ahora con Maduro lo siguen intentando por otros caminos: el desprestigio, el desgaste, un nuevo cerco y el ocultamiento de los desmanes y atropellos que la derecha protagonizó con la negativa de aceptar a Maduro vencedor en las urnas.

Latinoamérica había comenzado a despertar. Comenzaron a surgir gobiernos progresistas, con definida opción social, de izquierdas. Brasil, Argentina, la revolución nicaragüense del principio, Honduras, Ecuador, Bolivia, Chile, Paraguay, Uruguay. Y el dragón de siete cabezas se despertó. Y ¿es mera casualidad que vayan desapareciendo todos de la misma manera más o menos? Son auténticos crímenes políticos, verdaderos golpes de estado que llevan la misma firma: la caída de Lugo, Zelaya, Lula, Dilma Rousseff, la  llegada de Macri,…   y, ya recientemente:

El conflicto en Ecuador con la destrucción de todos los logros políticos y sociales conseguidos en diez años, todo a las órdenes del FMI , bajo las decisiones del innombrable Lenin Moreno que le hace la cama a Nebor y Lasso, en la persecución de Correa, Jorge Glas, actualmente Virgilio Hernández, Paola Pabón y no más porque están como refugiados políticos en embajadas, etc.

En Chile con los disturbios, represiones y muertes de las semanas en curso.

Y ya, por último Bolivia y Evo.

¿Qué más se necesita para decir ¡basta!?

¿Cuándo se les va a reconocer a los pueblos (especialmente a los más débiles) su derecho a acertar y equivocarse,  y, de ahí, a ayudarles pero no a imponerles, doblegarlos, utilizarlos,…?

¿Cuándo habrá meridiana oposición a la ingerencia  secular del poderoso?

Creo que el camino que estamos recorriendo a nivel planetario no nos lleva a nada bueno.

Todos somos responsables.

                                             José Luis Molina

                                                     12 noviembre 2019