Seguramente podrían elegir otras
palabras. Lo mismo más acertadas. Pero a mi me han surgido éstas y a partir de
ellas os ofrezco mi reflexión.
Y es qe, para cada lectura, me surgió
una palabra que la tesumía.
Para la primera lectura la palabra
OPCIÓN
Para la segunda, PARIDAD.
Para el Evangelio,
CORRESPONSABILIDAD.
Vamos a ello.
La primera lectura trata de la
Asamblea de Siquen. Siguiendo el relato al pie de la letra, el pueblo de Israel
ha superado el éxodo y se ha asentado en la tierra prometida.
Y entonces se manifiesta la
frontalidad de Dios. Dios encarga a Josué que reúna al pueblo, empezando por
sus dirigentes, y les plantea la tesitura: “Os toca elegir al Dios del éxodo,
el Dios liberador o a otros dioses. Y el pueblo que tiene la experiencia del
dios que los hizo libres y los impulsó y fortaleció en su proceso de
liberación, del que conocen sus signos, decide por él con una frase
contundente: Declaran, confiesan y deciden que “El Señor es nuestro Dios”.
No es un dios que pase factura el que
se manifiesta en Siquén. Es un Dios que
ofrece, da y del que se tiene experiencia para que puedan decidir en libertad.
Y esta opción es posible, subrayo, porque tienen experiencia de él. Sin ella,
sin esa experiencia, sería imposible.
Y, entonces, yo me pregunto:
El equivalente de Siquén es nuestro
bautismo. En él, optamos por Jesucristo. Sin experiencia liberadora de Jesús,
es imposible optar por él.
En nuestra praxi, ¿existe esta
situación de opción?.
Sin experiencia de Jesús, (a lo sumo,
y en muchos casos , muy a lo sumo, conocimiento teórico de una doctrina) ¿podríamos realizar, objetivamente, esa
opción?
¿La he puesto por obra alguna vez con
todas sus consecuencias?
De la segunda lectura la palabra es
PARIDAD. Este texto, (Efesios 5, 21-32) es tremendamente contravertido. Miles
de mujeres y de hombres lo escucharon en su boda para justificar, bajo el
paraguas de la religión, el machismo, el
sometimiento y hasta violaciones legalizadas. Hoy es tremendamente contestado,
y con razón, por una enorme mayoría de personas que luchan por conseguir la
igualdad (paridad) de derechos, de dignidad y de posibilidades vitales de la
mujer frente al hombre. Es más, la interpretación tradicional y literal de este texto paulino, a muchos nos parece
pecado, entre otras cosas, de injusticia.
Y creo que, humana y culturalmente,
puede tener de todo esto y en que el uso y el abuso interesado que se ha hecho
del mismo, lo complica aún mas.
Sin embargo yo me aferro a un
pronunciamiento que me parece radical y definitivo: El de la paridad. La mujer
y el marido, desde la comunión amorosa no debe suponer superioridad sino
paridad.: son un mismo cuerpo, una misma realidad vital que, aunque tenga dos
partes, constituyen la realidad paritariamente.. Y esta paridad planteada
también merece una reflexión y una palabra de respeto y reconocimiento de
dignidad en los “diferentes.” (Utilizo esta expresión para entendernos, pero es
un eufemsmo que como tal tampoco me gusta)
¿Cuál es nuestro posicionamiento en
este terreno?
¿Soy recalcitrante, reacio, o trato
de avanzar (crecer) en comportamientos paritarios?
Y por último, para el Evangelio la
palabra CORRESPONSABILIDAD.
En este domingo llegamos al final de
este capítulo eucarístico, el capítulo 6 de San Juan, el caítulo del Pan de
Vida.
En el domingo anterior, no leído por
la fiesta de la Asunción, Jesús dijo muchas cosas. Por ejemplo:
Yo soy el Pan de Vida eterna, el
alimento esencial, fundamental, insustituible, para tener vida eterna.
Se tiene “vida eterna”, “vida de Dios”,
quien se alimenta de Jesús, aquellos para quienes Jesús, el Jesús buena noticia
es piedra angulas, base de sustentación.
Y este Jesús buena noticia es el que
quiere un mundo distinto, como distinto lo quiere Dios. Por tanto se alimenta
de Jesús no el que come muchas hostias para seguir igual y, el luchar por la
vida que quiere Dios, que lo hagan otros. Alimentarse de Jesús es convertirlo
en cimiento de todo nosotros. Y , cuando lo hacemos así , nos convertimos en
corresponsables, compañeros de tajo, amigo. Esto es comunión que se culmina
cuando una realidad así la sacramentalizamos.
Esto escandalizó a muchos judíos y a
muchos discípulos que le volvieron la espalda y lo abandonaron. Sn embargo es
tan esencial lo que dice que no rebajó ni rectificó un ápice para que no se
fueran. Los dejó irse porque qien no acepte esta invitación a la
corresponsabilidad se queda fuera de la vida eterna.
¿Cómo es mi comunión?
Densas las lecturas de hoy. Que nos
aprovechen. Un abrazo
José Luis Molina
22 de agosto 2021
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