Recibí el vídeo “Nos hicisteis
débiles”. Creo que es propicio para suscitar la reflexión personal o grupal,
propiciar coloquios, etc. Todo eso lo puedes hacer con quien quieras o puedas y
cuando puedas o quieras.. Pero ahora no es el caso. Este momento es para
ofreceros mi reflexión sobre el evangelio del domingo (Mt. 25, 14 30) conocido or todos como la “parábola de
los talentos.
Entonces diréis, ¿para qué nos hablas
del vídeo?. Pues porque creo que nos puede servir para la reflexión de hoy. Os
propongo que lo oigáis a continuación.
Cuando termines de oírlo, continuaré
con la reflexión
Pues bueno. Supongo que habréis visto
y oído el vídeo. Parto de esa base.
E él se nos habla de entrega, de
donación, de engendrar vida con el alma e impulsarla con el corazón. Se habla
de una humanidad de “próximos”, de valores individuales pero generalizados, que hacía frente a la
vida a la que no habían llegado los derechos sociales y humanos, pero, a pesar
de la realidad sociológica, económica, etc, esta vida aparece profundamente humana .
Como contrapartida presenta una
humanidad con estas u otras palabras y expresiones iguales o semajantes:
·salimos malcriados”
“salimos blandos”, “nos hicisteis
débiles”, indiferentes (pasotas que diríamos por España y quemeimportistas por
Latinoamérica), ególatras, …
El texto del vídeo nos sitúa frente
al resultado de nuestro hacer.
La parábola nos sitúa con un
potencial de amor, de solidaridad, de empatía, honestidad, servicio (los llama
talentos) que deberán dar como resultado la multiplicación de estos citados
talentos.
Hoy les invito a que no lo situemos
en análisis personalista. Eso puede ir después. Hagámoslo, el análisis en
perspectiva de globalidad. Y pensemos donde colocamos, o debemos colocar, los talentos.
La parábola no pone la importancia en
la cantidad, sino que los talentos hagan de efecto multiplicador: Poner en
juego nuestra humanidad (levadura en la masa) para que la humanidad sea más
humana.
El talento enterrado no era malo en
sí. Era tan bueno como los otros. Pero, enterrado no hizo lo que tenía que
haber hecho. Quiso comprar voluntades (tuve miedo porque recoges donde no
sembraste, etc) y no humanizó, por el contrario degradó. Y perdió en el empeño.
José Luis Molina
15 de noviembre 2020.
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