domingo, 15 de noviembre de 2020

DÉBILES O TALENTOSOS

 




Recibí el vídeo “Nos hicisteis débiles”. Creo que es propicio para suscitar la reflexión personal o grupal, propiciar coloquios, etc. Todo eso lo puedes hacer con quien quieras o puedas y cuando puedas o quieras.. Pero ahora no es el caso. Este momento es para ofreceros mi reflexión sobre el evangelio del domingo       (Mt. 25, 14  30) conocido or todos como la “parábola de los talentos.

Entonces diréis, ¿para qué nos hablas del vídeo?. Pues porque creo que nos puede servir para la reflexión de hoy. Os propongo que lo oigáis a continuación.

Cuando termines de oírlo, continuaré con la reflexión

 

 


Pues bueno. Supongo que habréis visto y oído el vídeo. Parto de esa base.

E él se nos habla de entrega, de donación, de engendrar vida con el alma e impulsarla con el corazón. Se habla de una humanidad de “próximos”, de valores individuales  pero generalizados, que hacía frente a la vida a la que no habían llegado los derechos sociales y humanos, pero, a pesar de la realidad sociológica, económica, etc, esta vida  aparece profundamente humana .

Como contrapartida presenta una humanidad con estas u otras palabras y expresiones iguales o semajantes: ·salimos malcriados”

“salimos blandos”, “nos hicisteis débiles”, indiferentes (pasotas que diríamos por España y quemeimportistas por Latinoamérica), ególatras, …

El texto del vídeo nos sitúa frente al resultado de nuestro hacer.

La parábola nos sitúa con un potencial de amor, de solidaridad, de empatía, honestidad, servicio (los llama talentos) que deberán dar como resultado la multiplicación de estos citados talentos.

Hoy les invito a que no lo situemos en análisis personalista. Eso puede ir después. Hagámoslo, el análisis en perspectiva de globalidad. Y pensemos donde colocamos, o debemos colocar, los talentos.

La parábola no pone la importancia en la cantidad, sino que los talentos hagan de efecto multiplicador: Poner en juego nuestra humanidad (levadura en la masa) para que la humanidad sea más humana.

El talento enterrado no era malo en sí. Era tan bueno como los otros. Pero, enterrado no hizo lo que tenía que haber hecho. Quiso comprar voluntades (tuve miedo porque recoges donde no sembraste, etc) y no humanizó, por el contrario degradó. Y perdió en el empeño.

José Luis Molina

15 de noviembre 2020.

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