Madrugada: arrullo de palomas
que golpea m ventana.
Otra vez la ventana,
otra ventana preñada de vida,
otra ventana cargada de espera.
Plantado en la maceta,
un polluelo inhiesto golpea el cascaron
levantando la cabeza.
Su madre lo acurruca
con el calor de sus plumas
y el la deja, todavía.
Su cuerpo tembloroso
salpicado de plumas,
premonición de un mañana de vuelo,
acompasa el movimiento pendular
de su pico y sus ojos hacia arriba,
siempre hacia arriba.
Nacido para otear el cielo,
hecho para volar,
cruzar el azul,
ni el calor de su madre,
ni el temblor de su cuerpo,
ni las ramas de su nido
lo impedirán
Su hermano aún no nacido,
tendrá también que romper su huevo
para volar, él no lo esperará,
tendrá que levantar la cabeza,
deshacerse de las plumas de su madre,
de las ramas de su nido,
pero tendráque ser é quien lo haga.
Otra vez mi ventana
deslizando mi mirada hacia las tejas de mi vida,
otra vez convocándome la vida
hacia arriba, siempre hacia arriba.
Y esta paloma y este polluelo y este huevo
son para mi hoy
pretexto de tu juliana medianía.
Felicidades
16-07-21
Miguel Á. Olmedo
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