domingo, 21 de agosto de 2022

FRANCISCO NOS AYUDA

 


No nos engañemos.

Hay muchos perseguidos, acosados, padeciendo violencia, etc, por causa de la fe en Jesucristo y su coherencia con ella.

Y entre ellos, uno conocido de todos: El Papa Francisco.

 


Por eso hoy, para este domingo, os propongo reflexionemos sobre él y los criterios de valor con los que evangeliza.

El Papa ha defendido que según la Doctrina Social de la Iglesia, el derecho a la propiedad privada no es “absoluto” ni tampoco “intocable”, sino que tiene una función social, del mismo modo que ha dejado claro que la justicia nunca podrá “cimentarse” en la iniquidad que supone la concentración de las riquezas              

Por tanto no podemos decir, ni pensar, que yo, con mi dinero, puedo haíer lo que quiera y no tengo que dar cuentas a nadie. Si a mi conciencia social y solidaria. Mi propiedad, mi derecho sobre la propiedad de lo mío no puede ignorar ni ponerse de perfil ante la realidad que conozco. Y es, desde el tenerla en cuenta, desde donde concebir mis decisiones libres (opciones) sobre lo que poseo: ¿Cuánto?, ¿cómo?, ¿para qué? ¿cómo me permite ser concreto en la solidaridad? ¿Hasta donde lo soy?.¿ Austero para poder tener una mayor cobertura para esta solidaridad? O, ¿austero para atesorar por tacañería o solo para “los míos” que sigue siendo una forma de egoísmo?

El Papa ha recordado a los empresarios que “su verdadera vocación” es “producir riquezas al servicio de todos”. Con esta afirmación derrumba  una “dinámica elitista de constitución de nuevas élites a costa del descarte de mucha gente y de muchos pueblos”. Alerta frente al peligro real de “olvidar a los que han quedado atrás”.  Esto sería estar infestados de indiferencia egoísta. Es   radical y concreto: “Una sociedad (creo también se podría leer humanidad) no puede progresar descartando, no puede progresar”.

Dice que desde el criterio de que la vida es mejor (está mejor) si es mejor (está mejor) para mi, y que todo estará bien  si lo está para mí, se comienza y se termina seleccionando a una persona  en lugar de otra, descartando a los pobres, sacrificando a los dejados atrás en el llamado “altar del progreso”.

Afirma que el salario debe ser suficiente para el sustento del obrero y su familia (vida digna) pero si “obligado por la necesidad o acosado por el miedo de un mal mayor, acepta condiciones más duras porque se lo impone el patrón o el empresario, es soportar una violencia que clama justicia”

Por ello hay que luchar por los avances sociales, laborales, de prestación y servicio público, pero no conformarse y dejar de mirar con compromiso hacia donde no ha llegado pensando que “ya les llegará” . Si no nos urge ocurrirá como con el tren de Extremadura: Siempre llegará con retraso.

Estos criterios de Francisco y su manera de desenmascarar estas situaciones contrarias al Dios que proclamamos, solo serán aceptados sin peros ni rebajas  por aquellos pequeños del evangelio. Pequeños porque renunciaron al dominio posesivo y exultante. Pequeño rebaño porque no serán muchos. Por tanto, una iglesia multitudinaria que se sienta atacada por estas manifestaciones de Francisco, no sirve porque no va a empequeñecerse para que los pobres crezcan y haya nivelación.

Espero os sirva.

Un abrazo

José Luis Molina

7 de agosto del 2022

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