jueves, 4 de agosto de 2022

EL TIEMPO

 



 

 

Con el fresco amanecer parece siento

que mi piel pierde años

y mis ojos, cansados,

ganan profundidad.

Al amor siento joven

y los sueños me llevan,

entre burbujas de agua,

a reflejar el cielo.

Pero su tramo es breve.

Llamo a las horas

y mi lengua es pesada.

Necesito una sombra

que, previamente sé, es corta.

Luego, en el silencio,

mirando a las estrellas

o sabiendo que están

mientras cierro los ojos,

abrazo lo que fue,

lo que fui,

lo que soy,

lo que he sido

mientras el día transcurre,

transcurrió,

se ha ido,

lo cual no es cierto

pues permanece en mi

mientras yo permanezco

en el tiempo,

el tiempo que preparo,

porque está amaneciendo,

para ser, otra vez, crisálida…,

crisálida, mariposa o el lucero

que en cada noche salta por los montes.

El tiempo que me hace,

en el que soy,

la morada más mía desde y donde

he querido y quiero,

he buscado, a veces para nada,

otras, muchas, para sentirme lleno.

El tiempo,

la piel que me recubre,

que se arruga y estira

cada día.

                   La piel.

                                  El tiempo

 

José Luis Molina

3 de agosto del 2022

 

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