Una vez más, el vidente se acercó al
pueblo. Iba con cierto recelo. Sabía que sus palabras, no raramente, provocaban
cierta oposición en quienes le escuchaban.
Mientras caminaba, el recelo, sin
desaparecer, perdía densidad.
Y se reafirmó en que, en sus
encuentros, debían prevalecer ciertos elementos básicos: honestidad para
elaborar su discurso sin presiones ni temores; frontalidad huyendo de la
ambigüedad; veracidad, no cayendo en
arquetipos nacidos de intereses ocultos
e incluso contradictorios.; y libertad para todo ello. Ah! Y muy importante,
siempre empapado de esperanza como último recurso.
Así, pensando, llegó a la plaza. Ya estaban
algunos contertulios al sol.
Había animación en la plaza
semiocupada por puestecillos navideños donde se vendían desde dulces y golosinas navideñas,
personajes para belenes, zambombas, panderetas, guirnaldas brillantes, …..
Poco a poco se fue hilvanando la
tertulia.
Los tiempos siguen hablando.
Las palabras, sus palabras, se hacen
signos.
La vida se hace signo.
No hay mayor signo que la vida misma.
Cuando la vida deja de ser signo, no
estamos bien.
Cuando la vida emite unos signos con
falta de coherencia con ella misma, no estamos bien, sí, son signos de muerte,
es la antítesis de la vida.
Adviento es tiempo de signos. Es todo
un signo que solo él mismo puede
emitir: Signos cargados de contenidos que rompen el viento, rasgan el desierto
y llenan de dátiles las palmeras.
Pero también hay simulacros de signos, pseudosignos que normalmente recurren a la alharaca y el
decorado de cartón piedra.
Con ellos no se puede construir el
adviento. El signo necesita del contenido
lo significa. Sin él es una farsa, una mentira.
Bautizados en Espíritu y fuego.
Fuego que calienta la vida que el
Espíritu alienta.
Espíritu de vida que engendra vida y
se opone y lucha ante las realidades de muerte.
Nosotros, bautizados en Espíritu y
verdad, sellados con el fuego del Espíritu de la vida
¿Cuáles son nuestros signos?
¿Qué hay subyaciendo tras estos
signos que emitimos?
¿Cómo nos interpelan los signos de
los tiempos?
¿Cómo interpelan nuestros
signos? ¿Lo hacen?
Un abrazo
José Luis Molina
4 de diciembre del 2022
No hay comentarios:
Publicar un comentario