martes, 18 de julio de 2023

LA PALABRA, LA SEMILLA , LA VIDA

 



 

Normalmente,  cuando oímos la parábola del sembrador, nos situamos, en cierta manera, fuera de la escena. Como espectadores. Nos imaginamos a Jesús predicando, anunciando el Reino, ofreciéndonos  la, su, Palabra y luego constatando las diversas realidades: rocas, espinas y zarzas, sequedal,  y tierra fértil, 30%, 70%, 100%,… Y lo aplicamos a la respuesta que da la gente con su postura religiosa.

Otras veces, tal vez no tomamos el puesto de observadores. Nos vemos, de alguna manera agentes: sembradores siendo catequistas, dando charlas, homilías o consejos, organizando actos religiosos, etc. E igualmente aplicamos la última parte para constatar el resultado que “hemos” obtenido con nuestra siembra.

Hoy les propongo que leamos las lecturas desde una posición diferente.

Para ello empezaremos con que no seguiremos el orden en el que aparecen  en el ordenamiento litúrgico” Empezamos, primero, por la carta de Pablo a los Romanos. En ella se nos dice que “la creación entera, la vida, está expectante y gime con dolores de parto”. Es decir la creación, la vida, hay que seguir construyéndola dando respuesta a esa expectación liberadora para alcanzar progresivas cotas de plenitud.

Por eso en lo que suponga alcanzar  avances en los niveles de plenitud, no es ético el retroceso. Pongo un ejemplo muy de actualidad y que está fuertemente sufriendo peligros de retroceso. Los progresos conseguidos en el terreno de la dignificación de la mujer, del respeto a las diferencias y el reconocimiento de sus derechos como todo ser humano, la humanización de las corrientes migratorias, etc. Hay logros que sería inmoral someterlos a un repliegue o la persecución hasta el exterminio.

Porque lo que dice Pablo es aplicable para nosotros que también estamos incluidos en la creación, pero de una manera singular porque poseemos el Espíritu para tal fin: Para el bien común.

Ahora nos trasladamos a la Primera lectura de Isaías. Dice el Señor:

“Mi palabra que sale de mi boca no volverá a mi vacía sino que cumplirá mi encargo según mi proyecto” .

Es decir, esa Palabra, salida de Dios, no puede quedar inútil en la tarea de la nueva creación.

Pues bien: Ahora si volvamos al evangelio. Ahora sí descubramos que Jesús es el Verbo, “la Palabra” , la manifestación proclamada y ofrecida del proyecto de Dios de una nueva creación.

Pero no nos afinquemos en el oficio de sembradores y espectadores de los demás.

Él, Jesús, es sembrador y palabra, salió, y sale, y sigue saliendo en este momento histórico también.

Y esa Palabra con tarea de nueva humanidad, de nueva creación, está expectante, está aguardando.

Y yo hoy, al leer el evangelio, no pienso en que respuesta dan los demás.

Ojalá me sienta que el Señor ya ha depositado en mi su Palabra. Ya conozco su voluntad, su proyecto,  su tarea. Que Isaías me dice que si de verdad la acojo, no debe volver , desde mi, vacía mientras cierro los ojos y me refugio en meditación transcendente, sublime, elevada, …No, elevada no. Lo hará, se elevará, si va preñada de vida, de esfuerzos por la vida, de compromiso con la vida, de opción por la dignificación del ser humano.

Y ahora sí, desde aquí, me voy al final de la parábola con mi ecógrafo para descubrir mi 100%, mi 70%, …

Un abrazo

José Luis Molina

16 de julio del 2023.

PD.- La mayoría de ustedes lo saben. Pero para los que no. Hoy 14 volamos a Quito. Os lo estoy mandando desde el aeropuerto. Espero poder seguir haciéndolo desde allí. Si no fuera así, nos volvemos a encontrar a la vuelta. Un abrazo.

 

 

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