Premeditadamente en estos domingos
precedentes, y en el de hoy, en los que se ha estado proclamando fragmentos del
Capítulo 6 de San Juan, he estado soslayando la reflexión directa sobre ellos.
Como ya os he comentado, creía que se necesitaba material previo y suficiente
de reflexión.
Jesús se auto declara verdadera
comida y verdadera bebida. En Israel, en la comida los elementos fundamentales
eran el pan y el vino,
Él es verdadera comida, es verdadera
bebida.
Fisiológicamente no podemos vivir sin
comida y sin bebida.
Él es la comida y la bebida que nos
da el Padre. Jesús es comida y bebida.
Esto escandaliza a los judíos. lo
consideran una blasfemia y se apartan de Jesús:
Muchos lo abandonan .
Muchos cristianos tendríamos que profundizar en
esto.
Se ha hablado de transustanciación y
esto presenta algunas dificultades.
Si la transustanciación es que el pan
y el vino, al consagrarse se convierten en células del cuerpo y la sangre de
Jesús, sería muy difícil de explicar que el pan y el vino consagrado, analizado
al microscopio, químicamente. seguirían siendo pan y vino.
Por otra parte, esto es palabra de
Jesús, quien come de ese pan y bebe de ese vino tienen vida de eternidad.
Creo que esto también es difícil de
compaginar en la realidad.
Todos, ustedes y yo, tenemos
experiencia de muchas comuniones que, luego, no van seguidas de vida eterna,
sino de grosería, violencia, malos tratos, indiferencias, egoísmos. Parece un
poco complicado entender la comida del pan y del vino con las reacciones de
muerte que salen de los comensales.
Yo les invito a que interprete la
consagración del pan y del vino como transignificación
Cristo es el que nos alimenta, el que
nos da fuerzas, vitalidd, etc. Cuando nos alimentamos de él en verdad, de nosotros
tiene que salir vida de eternidad, de servicio, de solidaridad.
Cuando nos alimenta Cristo, lo
celebramos y lo expresamos en esos signos sacramentales del pan y de vino
compartido. repartido y ofrecido y se hace transparente la realidad dejando descubrir
la presencia y la acción de Jesús.
Por ello la eucaristía no es
devoción, es sacramento (signo y realidad) de que Jesús está entre nosotros
para los demás.
Honestamente creo que lo que se
reparte a gogo está muy lejos del cap. 6. Personalicemos nuestra reflexión.
Un abrazo
José Luis Molina López
17 de agosto 2024
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