Estos días me encuentro por
Cantabria.
Aunque casi no he tenido tiempo para
escribir, si he reflexionado mucho.
Y me he acordado mucho de vosotros.
El recuerdo, cuando es activo y no
relega, echando fuera de la escena al recordado, es un forma de presencia.
De esta manera activa, también he
recordado con intensidad a Rafael Bellido pues pasaba por aquí unos días de
descanso, de búsqueda y de encuentro.
Así me lo dijo algunas veces.
Y en este traerlo al presente de mi
vida hoy, había mucho de gratitud, de afecto y de responsabilidad.
Andaba esta tarde por lo alto de la
montaña. Casi habían desaparecido los estorbos. Con tan solo no tener los ojos
cerrados se te metía el cielo por ellos.
Y pensé que la asunción no es subir.
Es adherirse en una fuerte identificación.
Entendí que María no tiene que
servirnos para rogar a Dios por nosotros como si ella fuera más “cercana”. Ella
es referente nuestro, referente para que entendamos la asunción como un
pegarnos fundamentados en él y, de esta manera, nos llega la gracia de él y
también a través de muchos, la de los demás.
Un abrazo
José Luis Molina
15 de agosto 2024
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