miércoles, 1 de marzo de 2023

¿SE PUEDE PASAR? TENTACIONES

 

 

 

 


No he podido evitarlo-

Y reconocerlo me lleva a presentar mis disculpas ante una parte de ustedes, receptores de esta reflexión, que carecen del dato que ahora les digo. Otra parte me entenderá.

Hoy, al poner mano a la obra sobre la presente reflexión, tenía muy presente la reunión de Formación del pasado martes en la que estuvimos tratando de profundizar en el significado  bíblico del pasaje del ciego de Jericó, Bartimeo, y de tirar, separar de él, su manto cuando opta, se levanta con la decisión de buscar a Jesús y de seguirle.

Luego explicaré por qué.

 

He comenzado fijándome en el relato de las tentaciones del desierto. Ciertamente, somos conscientes de que tales tentaciones son elaboraciones que, como arquetipos y prototipos, nos muestran un paisaje más amplio.

Por eso me puse a abrir las ventanas y fui enumerando, sin pretender agotarlas, actitudes concretas que subyacen en las referidas tentaciones.

Así fueron apareciendo el listado  que os comparto a continuación:

·      Avaricia,

·      Poder,

·      Dominio,

·      Prestigio,

·      Fama,

·      Protagonismo,

·      Corrupción,

·      Venderse, prostituirse (no me refiero a un sentido sexual),

·      Idolatría,

·      Fanatismo,

·      Comodidad,

·      Elitismo,

·      Clasismo,

·      Tráfico de influencias,

·      Caprichos,

·      Lo conveniente (pan) , (también despilfarro, tener) anulando lo esencial (Vida)

·      Etc, etc, (añade si tienes alguna más)

 Acordándome de la experiencia ya citada sobre el texto de Bartimeo, entendía que todo ese listado era, era, en muchos casos,  en los que sea, la urdimbre y la trama con la que tejemos muchos  de los mantos en los que nos cobijamos, abrigamos, protegemos y alimentamos nuestra persona, nuestro ser y nuestro hacer.

El rechazo de Jesús no es una actuación teatral contemplada en un escenario y que luego recibiría aplausos, vítores, rezos y reverencias mientras cae el telón para ser olvidada al apagarse la luz de las bambalinas.

El rechazo, la negativa de Jesús en las tentaciones, es invitarnos a tirar el manto, a dejarlo al borde del camino, como hizo Bartimeo, ese manto en el que nos refugiamos y no nos deja crecer como imagen suya (Génesis, Creación) Por ello, las respuestas alternativas que propone.

Y es que, en el medio del jardín, en el medio y en el centro de la realidad humana (Paraíso) está el árbol de la vida para que todos participemos de él. No es el engaño de la serpiente: participar de él para que seamos como dioses por encima de los demás. Participar de la vida, construirla, llenarnos de ella para que todos podamos participar de Dios.

No hay que entender, pues, la cuaresma en el signo de ayunar y no comer carne sino en la opción de solidarizarme con los que ayunan por imposición para que todos podamos comer y compartir la carne que tengo en el frigorífico. Obviamente habrá alguna que no me coma para que pueda comer todo el mundo o cuantos más posibles, mejor.

Y una cuaresma así será camino hacia la Pascua, hacia la resurrección, pero lo será en todo tiempo, a lo largo del recorrido histórico de cada uno de nosotros.

En resumen: Cuaresma significa estar arrojando el manto, y esto permanentemente. Por eso son cuarenta días.

Celebramos la cuaresma si lo estamos haciendo.

La cuaresma no es, con exactitud, TIEMPO de conversión. Es TIEMPO DE CELEBRAR que una de las actitudes que nos está construyendo es la CONVERSIÓN. Y esto es permanente.

Feliz Cuaresma.

Un abrazo

José Luis Molina

26 de febrero del 2023.

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