Para la reflexión de esta semana
propongo que realicemos una técnica que se usa mucho en las actividades
grupales y que espero conozcáis la mayoría. Aquí también somos grupo, aunque no
nos encontremos en el mismo lugar, y cewo que, con pequeñas adaptaciones se
puede realizar, aunque la puesta en común no sea tan fácil. Pero algo parecido
a un resumen podría ser, si aceptan considerarlo así, mi reflexión personal al
final.
Esta técnica consiste en lo que se
llama “Lluvia de palabras o de ideas”
Lo haremos de la siguiente manera:
1º.- Lectura, las veces que sean
necesarias, de los tres lecturas correspondientes a este Domingo XXVIII del
Tiempo Ordinario, Ciclo A. Estas son:
Isaías 25, 6-10a
Filipenses 4, 12-14.19-20
Mateo 22, 1-14
2º.- Después de haber hecho estas
lecturas, coger un papel y en él ir escribiendo, intentando sea con una
palabra, cosas, aspectos, actitudes, que aparecen en esas lecturas que hemos
hecho y que piensen son importantes.
3º.- ¿Qué idea central y esencial
sacas como resumen de lo que la Palabra de hoy nos dice?
Para realizar los pasos 2º y 3º interrumpimos
la lectura .
Después continuamos.
Yo ahora, también, voy a intentar
hacer lo mismo.
oferta
fiesta
oportunidades
esperanza testimonio desprecio
riqueza de Cristo: Buena Noticia coherente
consecuente
adecuado reiterativo exigente
no castigo insistente
intransigente (aparentemente)
Con todo esto, mi reflexión es lo siguiente:
El proyecto de Dios, la intención de
Dios, la propuesta de Dios, es una fiesta. No es nada lúgubre, pesimista,
rezumando amargura,… pero esta fiesta es PARA TODOS. La amargura, la tristeza,
el llanto, la sangre derramada, el sufrimiento, las realidades de muerte
aparecen cuando nos bajamos del monte del Señor para monopolizar y manipular la
vida y, en esa intención, imponemos nuestras conveniencias por encima del ser
humano, del PARA TODOS, de la solidaridad y la justicia.
Pero, desde todo esto, tres puntualizaciones:
1.- Los invitados primeros, que no
van, aunque oficialmente están próximos
al rey (son los religiosos), pero eligen “su vida” aunque conserven las buenas
apariencias. Se quedan sin fiesta.
Escogen mezquindad.
2.- Convencernos de que la propuesta
es PARA TODO SER HUMANO. Sin que me lo tomen como aberración teológica, los
Derechos Humanos intentan hacer posible la fiesta de la vida, de la boda, del
amor, de la solidaridad, de la dignidad y la dignificación de la existencia,
del respeto y del rellenar los baches
del camino.
Esa es la fiesta y la fiesta es estar
y hacerla, es decir, empujarla y alegrarse con vivirla. Eso es la riqueza de
Cristo. Y esto nos lleva a la tercera
3.- Todo no vale, no todo da igual.
No basta con decir estoy y hacer bulto y calentar el banco.
Quien no se viste de fiesta, todo él,
por dentro y por fuera (porque el ser humano todo él es una unidad, no una
bipolaridad independiente: material y espiritual) no pertenece a la fiesta, es
más, es obstáculo.
Y ante esto, el texto aparece
intransigente. Pero es que no es posible. Son realidades antagónicas y permaneciendo
en una te excluyes de la otra, de gozar con la gloria del Señor que es su
fiesta, su buena noticia.
Bueno, aquí lo dejo. Si os sirve la
mía, me alegro. Pero no menospreciéis la vuestra. Os servirá probablemente
mucho más.
Os deseo felices en la fiesta del
Señor. Un abrazo
José Luis Molina
15 de octubre del 2023.
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