Cuando me puse a leer las lecturas de
este domingo II del tiempo Ordinario, de golpe se me vino la idea que les voy a
comentar.
Me adelanto a lo que me imagino me
diréis: Jesús y Juan eran q1uienes eran y entre ellos no hay lugar para la
envidia y la competencia. Creo que ,,, bien, pero no es todo. A nadie le gusta
lo dejen de lado, desplazado porque deciden por el oponente.
Y, no se nos olvide, los dos discípulos lo eran
de Juan. Iban con Juan. Escuchaban a Juan. Pero dejan a Juan . Siguen a Jesús y
se quedan con Jesús.
Dirán que normal, pues Jesús era
Jesús. Y les responderé: Sí, en cierta manera, pero no del todo, porque ellos
no lo sabían, no sabían quien era Jesús.
Pero, sobre todo, yo me refiero,
fundamentalmente, a Juan. ¿Cómo quedaría su “autoestima”?
Por otra parte, lo mismo podríamos decir
de la primera lectura.
Sobre este asunto hay un cierto
paralelismo en el primer texto. En este pasaje del libro de Samuel, está la llamada del Señor a Samuel, la
presencia del Señor. También es nítida tanto la ignorancia de Samuel como su actitud de escucha. Pero hoy quiero
resaltar la honestidad, la franqueza, y la fidelidad de Elí no acaparando se le
rindan honores, servicios y dignidades, aprovechándose y ocupando el lugar del
Señor.
En los dos casos, tanto de Juan como
de Elí, por supuesto poniendo por delante su honradez esencial, la clave está
en que ninguno de los dos se buscaba a
si mismo, se predicaba a si mismo, buscaba
alimentar su “ego”, engrandecer su
“autoestima”
Saben a quien anunciar y son
fieles a la misión. Lo importante es la misión de cada uno.
Pues no voy a extenderme más. A
manera de síntesis, resumir:
· En las lecturas de hoy está claro que la iniciativa es de Dios: Él es el
que llama y nos llama a todos. A nosotros nos toca discernir si estamos en
actitud de búsqueda, de escucha.
·
En segundo lugar , estar muy atentos
y claros en nuestros discernimientos para no caer en la competencia por “ser
más que…”, no soportar la segunda fila, por dar más importancia a la foto que a
lo que se es. Lamentablemente es un peligro del que no esta vacunados. Con
harta frecuencia el mundo religioso ha servido y sigue sirviendo para hacer
carrera, como plataforma de protagonismos que no soportan “lo bien hecho” por
otro si eso me resta o no produce aplausos para mí. Esto genera envidia,
enfrentamientos, división. Y así, ni se está con Juan ni se sigue a Jesús.
·
Es lo contrario de la comunidad que
es la superación de las competencias por el hacer en común y el vivir un mismo
proyecto entre todos Lo primero genera amargura. Lo último, plenitud.
Suerte. Un abrazo
José Luis Molina
14 de enero 2024
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