Que bonito el texto del Evangelio de
este domingo II de Adviento según Marcos. Si os parece vamos a irlo
parafraseando.
Lo primero qué decir:
“Comienza el Evangelio
de Jesucristo, Hijo de Dios”
Nos detenemos para que esta pausa nos
permita caer en la cuenta de lo siguiente:
Va a comenzar un relato. Un relato
con un estilo (género literario) concreto: evangelio. No es biografía. Es la
Buena Noticia que Jesucristo ES y que, además,
se hace proposición. Y lo hace construyendo, vinculado a la persona de
Jesús, la propuesta de Dios. No es la biografía de Jesús. Por eso aquí no
aparecen las escenas de Belén. Marcos decide entrar de lleno en el
acontecimiento de esa salvación que anuncia y que ya, los seguidores poseen. Y para ubicarlo,
recurre al A.T al profeta Isaías.
Este proyecto salvador de Dios se ha
ido comprendiendo progresivamente en diferentes momentos teológicos: Éxodo, exhortaciones proféticas e invitación a
posicionarse activamente en ese
encuentro con Dios de la humanidad. Es invitación a preparar (hacer posible)
cambiando y enderezando senderos. Y una
expresión importante: “Una voz grita
desde el desierto” Desde la desnudez, el des-
prendimiento de lo que estorba y
entorpece, grita la voz, llama invita, comunica , proclama.
La invitación no se hace desde
cátedras solemnes en el templo, desde estamentos de poder, sino desde el mundo
y para el mundo, realidad teológica
de la que Juan es símbolo esencial
fundamental y radical.
Juan, desde el desierto, desde el
abandono de los elementos religiosos que no llevan a ninguna parte, ni producen
ningún efecto, es esa voz que anuncia y proclama con fuerza. Vestido con piel
de camellos, alimentado para la vida por la vida (saltamontes y miel
silvestre), no del consumismo ,sin ninguna pretensión de poder, de escalar
puestos , de ser importante. Por eso, lo que Juan significa, será el más
importante ser humano (nacido de mujer).
Este Juan es anuncio y señalamiento
del Dios que llega y lo hace par dar el paso definitivo: El Bautismo con el
Espíritu Santo. Es decir, la invitación, la llamada a sumarnos en el empeño por esa tarea.
Es invitación y llamada a no ser
espectadores.
Para terminar, detengámonos y
pensemos:
¿Estamos intentando asumir todo esto,
nosotros que hemos oído la voz desde el desierto, y ser esa voz?
Si es así podremos realizar una
tarea: Consolad , consolada al pueblo.
Sed palabra de esperanza para el pisoteado y oprimido y transmitirle la
experiencia, vuestra experiencia, de que nuestro Dios llega con brazo protector
y nos lleva, como pastor, a la vida.
Adviento es esperanza.
Un abrazo
José Luis Molina
10 de diciembre del 2023
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