El evangelio de hoy, Mc. 6,
30-34, forma y cierra una misma unidad
temática con el del domingo pasado Mc. 6, 7-13, quedando intercalado entre
ambos fragmentos el relato de la prisión y muerte de Juan el Bautista que queda consagrado como una figura icónica del
mensaje.
Por todo ello se me ocurre que, en la reflexión de hoy, tengamos
presentes, al menos, los textos de los dos domingos para ir entresacando de ellos aquellos
principios formulados con rotundidad
Haciéndolo así realizaremos un
nuevo intento de obtener, una vez más, el perfil más fiel de los seguidores de
Cristo.
Luego, consiguiente y consecuentemente, cada uno podremos contrastar el
resultado de este perfil con nuestra propia experiencia.
Vamos a ello:
· Los discípulos, los seguidores de Jesús, fueron enviados con una tarea,
se les encomienda una misión.
· Analicemos elementos:
+ Van de dos en dos. No
es una tarea individualista, ni se cultiva el individualismo. Es una tarea comunitaria.
+ No obstante la respuesta
es personal, pero que se integra en una tarea colectiva.
+ Hay que realizarla
sin buscar personalismos, importancia, relevancia, poderío desde la riqueza o
aliándose con ella, sino todo lo contrario.
+ Tampoco busca el
proselitismo sino la conversión, la conversión de trabajar por el cambio de la
realidad que pretende seguir siendo manipulación del poderoso y, al poderoso,
no le interesa que las cosas cambien . Los discípulos enseñan a tener criterios
liberadores.
+ No se hacen cómplices
de las realidades de dominio y muerte.
En el evangelio de hoy
vuelven:
· Vuelven cansados. La tarea de evangelizar no puede desperdiciar ni
ocasión ni momento.
· Pero vienen contentos con la tarea cumplida.
+ Vienen a informar a
la comunidad sobre la tarea que en ella, y en nombre de ella, se les encomendó.
+ La comunidad envía,
recibe, encomienda, alienta, corrige o rectifica y ayuda a crecer.
· Jesús, y su comunidad, saben de su cansancio, ellos no tienen por qué
ocultarlo, y se preocupan de su recuperación pero sin que eso signifique abandonar la tarea.
· El encuentro, el compartir, el aliento, el enmendar, el descubrir donde
no se llega, es comunión, nuestra comunión (2ª lectura).
Por último, y siguiendo
la primera lectura, los miembros de la comunidad no son pastores cuando
determinan su perfil con otros trazos. Provocan división, dispersión, ruptura.
Que el Espíritu nos
guíe.
Un abrazo
José Luis Molina
21 de julio del 2024
No hay comentarios:
Publicar un comentario