Quien acepta a Dios es
· Ser abierto a su Espíritu
· Ser llenándose de su Espíritu
porque Dios es espíritu y no se puede estar con él,
creer en él, estando lleno de otro
espíritu, siendo un espíritu contrario el que nos llene.
Y estar llenos del Espíritu de Dios
nos hace hablar de parte suya, interpretar la vida y la historia vista desde ese
espíritu y esa luz, es decir, nos hace ser profetas.
En la primera lectura se denuncia
algo muy importante: Hay quienes ponen el acento en que para ser discípulos de
Dios se logra por la participación en
ritos más o menos religiosos y eso queda totalmente descalificado : “Ojalá todo
el pueblo profetizara impulsados por el espíritu del Señor,”.
Lo mismo se repite en el evangelio y
Jesús tiene la misma reacción: ”Nadie que haga un milagro en mi nombre (
hacer milagros es hacer obras según
su evangelio) puede ir e contra de Jesús: Obras dl evangelio, las que nacen de
la opción por los débiles ( dar un vaso de agua a un pequeño).
Y no podemos justificarnos detrás de
los “peros”, lo que impide ser profeta. Eso tenemos el reto de trabajar por
neutralizarlo.
Termino invitándoles, una vez más, a
que se sitúen frente a la carta de
Santiago. Piensa, analiza, evalúa.
· ¿Qué opina de esa tremenda denuncia profética de Santiago
· ¿Le parece actual o trasnochada?
· Imagínate encontrándote tú en
semejante situación, Haz oración obre
ello.
· Cuando nos encontramos, cuando te encuentras con alguien que, como
Santiago, asume con honestidad, valentía
y coherencia su dimensión profética, ¿qué harías?
¿ Ponerte de perfil y dejarlo solo ante las consecuencias?
¿Solidarizarte y respaldarte?
¿Ponerte de parte de los poderosos denunciados?
Que el espíritu de Dios nos ayude a
todos.
Un abrazo
José Luis Molina
29 de septiembre del 2024
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