sábado, 4 de julio de 2020

CRITERIOS CONTRAVERTIDOS



Se lo escondes a los sabios y entendidos (Mt 11, 25)
Si alguno desea ser el primero, será el último (Mc. 9,35)
El que quiera ser el primero, que se haga servidor de todos (Mc 10,44)
Dichosos los sencillos… (Mt 5)






Hoy he empezado con las citas evangélicas que anteceden porque pensaban si los “cristianos” no tendremos un problema de comprensión idiomática.
El evangelio de hoy, a mi juicio, insiste en algo que ha venido perfilando en las semanas anteriores. Y es que, con el paso del tiempo, de los siglos y de la Institución, hemos domesticado la fuerza de esta Palabra y la hemos acomodado a los intereses que, desde una cultura determinada, han impuesto su vigencia, de tal manera,  que la levadura no se metió en la masa y ni la transformó ni la fermentó, es más, en muchos, muchísimos casos, quedó neutralizada.
Por eso las palabras de Jesús calan en los sencillos, hay que ser sencillos.
Pero sencillo no es “simple”. Sencillo es el que no tiene recovecos frente a esa palabra, se deja interpelar por ella y en ella se sumerge. Pero no el “simple” que le achaca a Dios todo lo que ocurre movido por los poderosos.
Intentaré aclararme:
Dice el evangelio : “Mi yugo es suave y mi carga ligera”. Y me atrevo a pensar que a muchos no nos parece suave el asumir el evangelio y sentimos su carga aplastante.
Entonces, ¿en qué quedamos? Pues sencillamente en aceptar, en primer lugar, que la opción por el evangelio son palabras mayores. Pero, ¿entonces Jesús nos engatusa?. No. Y ahí es donde creo  que hemos deformado el contenido de la Buena Noticia.
Jesús dice “cansados y agobiados”. Cansados y agobiados por el Evangelio. Luego reconoce la dificultad. Pero continúa: “Los cansados y agobiados (por el Evangelio) venid a mi” es decir, sumerjámonos en la Humanidad Nueva que él está abriendo..
Y cuando pongamos en valor ese ir a él, sin justificaciones filosóficas de sabios y prudentes, , sin que desaparezca la  dificultad,  aparecerá el alivio, el sentido pleno, el descanso para nuestras vidas .
Pablo lo sintetiza en el final del texto de hoy: “Los que se guían por el Espíritu de Dios, esos son hijos de Dios”

                                José Luis Molina

                                             4 de julio del 2020

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