viernes, 10 de julio de 2020

HABLANDO DEL MIEDO



Hoy he hablado del miedo, de que tengo miedo.
He hablado del miedo en medio de una asamblea sublimada y sublimante que, muy a la ligera, decía en voz alta que no hay que tener miedo. Seres sacando pecho para gritar: “!No hay que tener miedo!”.
Yo, humildemente lo digo, he sentido miedo de hablar. Pensaba que mis palabras podían sonar, a pesar de nacer temerosas, a pretenciosas,  podían resultar ofensivas, podían provocar resentimiento. Por eso tenía miedo, pero hablé.
Me dan miedo la gente que dice no tener miedo. Me da miedo estar entre  gentes que dicen no tener miedo, porque temo la insensatez a la que se puede llegar desde posturas presuntuosas empeñadas  en ocultar el miedo o la hecatombe que puede provocar el pánico cuando ya no se le contiene ni se le puede disimular.
Por eso tenia miedo de hablar, dudaba si hacerlo, pero también, por el mismo motivo, no debía callarme.
Y entonces hablé, fui capaz de hablar y con cierta timidez, pero con decisión, dije:

Yo si tengo miedo, he sentido miedo, me da miedo el miedo: No quiero ocultarlo y no envidio a los que dicen no lo tienen. Porque lo verdaderamente importante no es decir “No tengo miedo”. Lo verdaderamente importante es decir: “A pesar del miedo…” y actuar en coherencia. Así, el miedo, te humaniza.
                                           José Luis Molina
                                                      21 de junio 2020

2 comentarios:

Marcia dijo...

Cómo dicen por ahí: Sos un crack!!!

Marcia dijo...

Cómo dicen por ahí: Sos un crack!!!