En la
semana pasada, la reflexión
giraba en torno a purificarnos de añadidos (circuncisos o incircuncisos) más o menos importantes para ir a lo medular, lo esencial. Lo que importaba,
como conclusión de la reflexión anterior, era la criatura nueva.
Pues bien. Hoy vamos a seguir en la
misma línea.
En las lecturas vamos a escuchar
concreciones, perfiles, identidad, el ADN de esa criatura nueva.
Y lo escuchamos de labios del propio
Jesús.
A Jesús pretenden enfrentarlo con la
ortodoxia legal, con la ley monolítica, con la ley al pie de la letra.
Y Jesús le da la vuelta.
Ellos le preguntan: ¿Quién es mi
prójimo?
Jesús les contesta con una parábola
(el buen samaritano) (el bueno impuro frente a los de titularidad oficial) y,
al final de la parábola, Jesús no responde a la pregunta originaria sino que
origina, a su vez, una pregunta revulsiva.
No dice quién es mi prójimo sino que
pregunta ¿quién ha sido prójimo?, ¿quién ha actuado como prójimo?, ¿quién es el
que ha sido, ha estado, es próximo?
Y con esto nos aclara y ahonda más en
la reflexión de la semana anterior.
Lo que importa es LA CRIATURA NUEVA.
Pero ,para ser criatura nueva, lo que cuenta es hacerse próximo.
Y aquí os dejo para que reflexionéis,
reflexionemos, cuándo somos próximos y cuándo no, cuándo nos hacemos próximos.
Porque lo importante, lo que cuenta,
es una criatura próxima.
Cada uno podemos sacar conclusiones
propias. Solo pretendo ofrecer unos pequeños aportes:
· No es próximo el que, aunque dé
una limosna, haga una caridad, no hace
suyo el problema.
· Ni está próximo el que da consejos pero no se implica.
· No es próximo el que su mundo, los suyos, “sus próximos” no le permiten y
son impedimentos para que lo sea de otros.
· Obviamente no son próximos los que buscan, las encuentren o no,
justificaciones para no estar próximo.
· Tampoco el que se pone de lado, no quiere problemas, y lo más próximo es
su tranquilidad.
· Próximo es el que ama, se compromete, se arriesga y se entrega.
· No es próximo el que buenamente puede sino que su poder es toda su
capacidad.
Podemos sacarle muchas más
conclusiones a la parábola. Yo me quedo con una:
LO QUE CUENTA ES SER PRÓXIMO.
Os deseo que, cuando deis un abrazo
hagáis de él sacramento de PROXIMIDAD.
Un abrazo.
José Luis Molina
10 de julio del 2022.
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