domingo, 21 de abril de 2024

APRENDIENDO A PROFESAR EL CREDO

 





Os lo he comentado otras veces, creo que bastantes. Tener fe no es decir simplemente creo en Jesucristo sin más. Tampoco es recitar el Credo. Recitar el Credo es proclamarla, hacer pública la fe que se tiene, la fe que da sentido a mi historia, a mi vida.

Pero, ¿qué es la fe?

Para empezar podríamos decir que la fe, repito nuevamente, no es una afirmación teórica, rutinaria, sino una experiencia de relación personal con el resucitado.

Vuelvo a repetirlo:

EXPERIENCIA, es decir, mi fe se hace concreta, no anda por las nubes, en mi RELACIÓN, PERSONAL (los demás, los santos, pueden ser y son  referentes ) pero no pueden ser sustituidos por esa relación mía con Jesús que da cuerpo y contenido a mi historia.

Esa es la esencia del discurso de Pedro en Hechos de los Apóstoles  4, 8-12, en las lecturas de hoy y que os invito a que desde él hagamos hoy nuestra reflexión.

A Pedro y a Juan se les pide cuentas de sus actos, se les exige que den explicación de lo que hacen, por qué lo hacen, el fundamento de su hacer.

Dice el texto: “Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les respondió”.

Lleno del Espíritu Santo quiere decir que no pretendía ofrecer un discurso inteligente para escaparse de las asechanzas de aquellos que los atosigaban y  los perseguían.

Llenos del Espíritu Santo Significa actuando según el Espíritu de Dios, siendo este Espíritu quien  trazaba la pauta de su disertación.

Y, ¿cuál fue ésta?

Pues si nos fijamos fue una denuncia y una proclamación de fe, ambas cosas, desde la experiencia.

1º.- El hecho liberador, salvífico, que dignifica al ser humano y lo libera de lo que lo esclaviza, se llama Jesucristo.

2º.- Jesucristo es el proyecto de Dios que vosotros rechazáis.

3º.- Pero sigue vivo y actuando y este hombre curado (transformado) que está entre nosotros lo manifiesta y nosotros nos declaramos testigos (experiencia) en esa acción salvadora en este hombre y en nosotros. Jesús es la piedra angular, cimiento y sentido para edificar la vida.

Bueno, pues yo no os digo más.

Simplemente, con el corazón en la mano,  analicemos las respuestas que hoy, los que nos decimos discípulos, damos a quienes nos piden razón de nuestro actuar. Lógicamente, de manera previa , debemos analizar si nuestro actuar provoca que se nos interrogue.

Para terminar: Hoy, Día Mundial de Oración por las Vocaciones , no pidamos a Dios que mande “obreros a su mies “ sin más, por contagio. Pidamos por todas nuestras vocaciones (ser cristiano debe ser el resultado de una vocación -llamada- del Pastor del que conocemos su voz. Pidamos por todas las vocaciones para que nazcan de la experiencia de relación personal con él y con los demás, donde lo encontramos a él.

Un abrazo

José Luis Molina

21 de abril del 2024.

 

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