Allá, en la raya,
rojo el firmamento
mientras el suelo negro
sigue ganando espacio.
No hay llanto ya,
no hay duelo,
resecas las mejillas,
sin lágrimas, se agrietan.
La mirada loca
anda perdida
recorriendo el espacio
o metiéndose dentro
por esa herida
que sangra, ya sin sangre,
y, abierta, se le escapa la vida.
Me aplasta la barbarie,
no soporto la escena
donde el poder, ufano,
se pasea y derrama
falsas palabras, ofensivas promesas.
En este campo
que perdió sus estrellas,
solo, de mi hombro cuelga
una mochila que pesa:
repleta de abrazos que apuñalan,
besos que envenenan,
muertos que gritan,
sus entrañas abiertas,
buscando el día
que les fue arrebatado.
Ingenuos los cristianos,
y tal vez culpables,
quedándonos parados
en un solo Calvario,
en un único Gólgota.
Muchos Gólgotas aúpan,
en el perfil de la noche,
cruces vacías con sus brazos vacíos
y, muchas veces, cruces vacías
de cuyas colgaduras se olvidaron.
Por el suelo, buscando,
hallé restos de cruces
dispersas y denunciantes.
Hice de ellos
un majano de leña:
Leña de cruces,
leña que ardiera
y quemara el crimen
y la muerte muriera.
Sobre las llamas
volaban las pavesas,
se extendía la luz
que cerró horizonte
Se abrió mientras se abría
en respuestas que esperan,
que te esperan
y que la vida necesita
para que lo sea.
Pascua de Resurrección 2024
José Luis Molina
No hay comentarios:
Publicar un comentario