Quiero que nos fijemos en varias
cosas:
· Al anochecer de aquel día, el primero
de la semana
Es decir Resurrección: El primer día
de la semana, el domingo es todo lo mismo, el acontecimiento de la
resurrección. Que nosotros lo metamos en un calendario, el año litúrgico, no
quiere decir que el acontecimiento de fe se mida por semanas y días de horas.
Por tanto también podría decirse: En la
medida que los discípulos van teniendo la experiencia del resucitado
Esto va acompañado con miedo, dudas,
complejos. A mi, al menos, me ha pasado, y supongo que a algunos de ustedes
también: Cuando voy entendiendo la resurrección como opción por la vida frente
a los poderes de muerte que andan por ahí, siento, he sentido miedo, he
intentado pasar desapercibido, que no se me note, he cerrado pertas y ventanas,
he reído lo que todo el mundo ríe y he callado lo verdaderamente valioso: que
el crucificado, el despreciado, el que desecharon los importantes no terminó ni
su proyecto tampoco, está vivo y yo estoy de su parte.
Pero cuando el acontecimiento de
resurrección empapa la experiencia, cuando la experiencia de Jesús vivo
dinamiza la vida y lo sentimos en ella, vamos capacitando más nuestros ojos
para verlo, nuestros oídos para escucharlo y nuestro sentimiento histórico para
sentirlo en medio de la vida hoy: Un Jesús que llora en Gaza, en Siria, en el
Sahara, un Jesús cerrando los párpados de cadáveres también llamados a la vida
en la India o Brasil, que se hace abrazo de vida en las despedidas de las
UCI´s, que abraza y bendice a toda la
humanidad buscando que la dimensión de género no sea pretexto ni ocasión de
abuso, aprovechamiento, marginación, que nos invita a amar la naturaleza, no a
destruirla y que nos enseña a soñar con los ojos abiertos. Un Jesús opuesto a
los que han hecho del templo, en vez de un lugar de encuentro gozoso para
celebrar la tarea, que sea sede de opulencia, boato, disimulo y rutina.
Por eso cuando sus discípulos viven
esta experiencia (todo es primer día, día de resurrección) nos dice: Yo os envío de igual manera que fui enviado.
Sed fuertes, sed valientes, que el miedo no os venza ni altere vuestra paz y
que la tengáis para darla. Por eso, si lo acogéis, el Espíritu estará con
vosotros, sus dones os irán haciendo para que deis fruto de Espíritu y estaréis erradicando el pecado del mundo,
el mal del hombre al hombre.
Y así, en todo lugar
donde palpite vida humana, hasta el final de los tiempos.
Hoy es Pentecostés.
Siempre es Pentecostés.
Los campos, esta tarde los he visto ,
se han llenado de amapolas que combinan preciosas con las margaritas pascuales.
Felicidades
José Luis Molina
22 de mayo 2021
PD.- Creo que es de justicia, y de fe
también, terminar esta reflexión con un apéndice.! Pentecostés!. Recibimos el
Espíritu. El Espíritu, sus dones, nos impulsan y tienen que dar fruto, frutos
del Espíritu. Y no son teorías, teorías de iglesias, de sermones, de mitras, de
báculos, o de instrumentalización política. Los frutos del Espíritu tienen que
ser frutos vitales, que favorezcan la vida y opten por ella, por encima de
cualquier otra cosa, y así, hoy,
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