Yo tengo unos amigos.
Yo visito con frecuencia la casa de
mis amigos.
En esa casa abundan las margaritas:
Margaritas que sonríen, margaritas que sugieren, margaritas que evocan,
margaritas que se hacen cumplimiento de promesas prometidas, margaritas que son
retos de futuro, margaritas que son
tonalidades de crepúsculo mientras se contempla la playa serena.
Me gusta contemplar el verdor que
rodea, que envuelve, la casa de mis amigos. Te serena, te empapa y es preludio
de la acogida de brazos abiertos cuando me ven
o cuando llego a la puerta y llamo.
Cuando llego, mis pupilas teñidas de
verde, retienen las pinceladas bl.
ancas de las calas emergiendo entre
el follaje, o la lluvia transmutada en las flores azules de las glicinias.
Cuando ya voy llegando aún me queda
el rumos del agua cayendo en el pilón de la fuente, agua de este río de El
Bosque, tras acariciar al culantrillo asido a la roca de la taza.
Es agradable la casa de mis amigos.
Es agradable ir con mis amigos.
Es agradable la casa de mis amigos y mucho más por ellos.
PD.- Espero que con su autorización
José Luis Molina
9 de abril del 2022.
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