En estos días no dispongo de mucho
tiempo para escribir pero si he dedicado mucho tiempo a pensar.
Y desde estos pensamientos quiero
acudir a mi cita con ustedes.
Y una cosa que me resuena en la
cabeza la encontraréis en la primera lectura de Isaías 43: “ … no penséis en lo antiguo; mirad que
realizo algo nuevo… vosotros , mi pueblo, que he formado yo y seréis mi
alabanza…”
Sin embargo nos aferramos a
concepciones cerradas, cuadriculadas, hechas arquetipos (muchas veces desde
motivaciones interesadas o torcidas).
Y mientras nos situamos así, la
fuerza de la resurrección pasará de largo y no nos rozará. Porque lo anterior,
de Isaías, requiere de la experiencia y esta experiencia es experiencia de
Cristo resucitado, de Cristo más allá de la muerte y experiencia, ya en
nosotros, de vida resucitada, de vida nueva, distinta, plena, de vida de
comunión con Dios y, si lo es así, de comunión con los demás comprometidos con
ellos. No es un roce superficial, amistoso o incluso afectivo. Es una
experiencia de vida compartida celebrada en mesa compartida.
Solo así podremos entender el
evangelio de hoy.
Ciertamente los escribas y los
fariseos, además de ser unos puritanos repugnantes, están intentando acorralar
a Jesús. Y lo hacen desde una posición puritanamente piadosa: ¡ Esta mujer ha
pecado! ¡Es una mala mujer!
Jesús solamente les dice :!Vosotros
también! Ellos ni lo quieren aceptar y mucho menos reconocer. No pueden
entender a Jesús. La vida resucitada que él trae pasa de largo.
Y a la mujer le da la pauta. No le
niega que sea pecadora. Pero no pone ahí su importancia. La pone no en el
arrepentimiento sino en la conversión: ¡Vete y no peques más!. Su perdón va
acompañado de una oferta de cambios de opciones. Eso engendrará actitudes de
vidas nueva para saborear la experiencia de Cristo resucitado y nosotros,
también, ahí tenemos, si queremos, la vida para intentarlo. Pablo dice que
tenemos que irlo alcanzando poco a poco, progresivamente, sin prisa pero sin
pausa, con realismo pero no con mediocridades.
No lo desperdiciemos.
José Luis Molina
3 de abril 2022.
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