(La Y en Majaceyte es intencionada)
Se fueron ya las hojas por el río.
Poco a poco, unas tras otras
partieron con el vaivén de agua:
Es la historia que avanza, que construyo,
es la historia que habla y se hace eco,
que sigue siendo voz, mientras, varadas,
siguen quedando algunas amarradas
en la ensenada donde se madura
mi singladura aún inacabada.
Aún me quedan algunas, no sé cuántas,
y espero con un nombre bautizarlas:
No las quiero anónimas de espíritu,
no las quiero huérfanas de alma,
que cuando partan en tarde o en mañana,
en noche sin estrellas o estrellada,
nazcan con nombre donde se identifiquen,
nombres que los asuman y las hagan.
Y cuando ya vacío el varadero quede,
deseo, en un espacio breve,
echar una sonrisa al agua
que rubrique y firme, sea aval
de la vida que llegó, transcurrió partiendo
y en la ribera encontró olor a hierbabuena,
colores de adelfas y cielo entre montañas.
José Luis molina
17 de abril 2021
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