¿Dónde está esa palabra,
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la que busco,
la que presiento,
la que necesito,
la que no encuentro –
que cerraría en redondo mi momento?
La palabra se escapa,
culebrea entre rayos de luz
y ruidos retumbantes, como truenos,
que en sinfonía cósmica
hace al eco repetir en las montañas.
Y yo, cuando la tengo cerca,
cuando alargo mi mente
y, al tocarla, ¡está como dormida!,
cuando pre-vivo lo rotundo
de la idea perseguida y el deseo logrado,
cuando, mágica, entre orgasmos me lleva
al relax de sus brazos en el lecho,
una sonrisa vuelve a dibujársele
para señalar pausa,
un espacio por llenar, un silencio,
y, de nuevo, buscando la palabra.
Y así, palabra tras palabra,
la vida cabalga enamorada
y yo, enamorado, la persigo,
sigo buscando mi palabra.
José Luis Molina
26 de
marzo 2021
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