Nota previa: Por si a alguno le resulta desconocida o rara la
expresión
de Evangelio Apócrifo, aclaro que este
nombre se refiere a escritos surgidos en torno a
Jesús de
Nazaret pero que no fueron incluidos ni
aceptados
en el canon de la Biblia.
oooooOOOooooo
Hoy, día de Jueves Santo, os quiero comentar sobre un texto que encontré
en el Evangelio Apócrifo de un tal José Luis, por si os pudiera servir.
En él se dice que Jesús, después
de llegar a Jerusalén a través del Huerto de los Olivos, y haber mandado
que devolvieran a su dueño el asno prestado,
estando con sus discípulos (hombres y mujeres), les dio instrucciones.
Es dijo:
-
Mirad, se acerca el final de mi
misión. Ésta ha sido daros a conocer al Padre en cómo es y en lo qué hace a
través de nosotros. Esto ha sido importante para mi, lo más importante. Me
habéis acompañado para comprender y habéis estado conmigo para ayudarme a
ponerlo en marcha Ya va llegando el momento, el tiempo se acaba, y os tocará a
vosotros. Es importante y por eso hay que celebrarlo. Nos reuniremos todos pero no conviene que nos retrasemos ni que
dejemos el trabajo a las mujeres. Hay que repartirse el trabajo.
Unos fueron donde les indicó Jesús y
allí alquilaron una habitación amplia donde pudieran estar todos. Otros
colocaron en el suelo alfombras y cojines. Otros se pusieron a encender el fuego
para preparar los alimentos y los utensilios.
Jesús llegó a la caída de la tarde
con algunos de ellos y con gran júbilo se fueron colocando. No había sitios de
honor, ni preferenciales, ni nada de eso. Si había gran júbilo y algazara.
Capitel románico de San Pedro el Viejo.- Huesca
Jesús les preguntó: - ¿Qué habéis
traído para la cena?
Se produjo un profundo silencio.
Todos miraban hacia el suelo. Pensaban que Jesús les debía haber encargado algo
y a ellos se les había olvidado.
Poco a poco, alguno empezó a
balbucear disculpas. El primero fue Juan. Le dijo: - Perdóname, Jesús. Me pasé
para acompañar
a tu madre y
ya, de paso, animamos a
Salomé,
María la de Cleofás; con María de
Magdala nos
tropezamos viniendo. Con esto
ya me
despisté y no pensé en más.
Jesús le dijo: -
Interesante, Juan. Trajiste a las que si no, tal
vez, por ser
mujer, hubieran quedados
olvidadas. Has
traído, para la cena, la intención
de Dios de un
mundo incluyente.
Felipe continuó diciendo: -Yo tenía intención de traer el pan
pero me topé
con la viuda aquella
de Naín, a la que le devolviste su
hijo. Le dejé los dracmas que tenía
para que comprara pan para que
ellos también tuvieran cena.
Bartolomé contó que el aceite y el
vino que traía los dejó en casa de Alfeo pues su hijo había tenido un accidente
en las obras del templo y lo habían despedido. Con ellos podrían preparar algún
ungüento o medicina para sus heridas.
Judas Tadeo fue el último en llegar.
Había llegado con la respiración agitada
con dos personas que permanecían en un rincón en la semioscuridad. Dijo se
había demorado porque al cruzar por delante de la explanada del templo vio una
algarabía que pretendía apedrear a estas dos personas, una por pecadora pública
y el otro porque también le gustaban los hombres. - Yo
me acordé de Jesús – dijo- y aproveché, junto con
otros que también intentaban
ayudarlos, la llegada
de soldados romanos para,
en la confusión y la
noche, ayudarles a escapar
y me los traje aquí
escondidos. Espero no
importunen………
Santiago, el que llamaban el hermano
del Señor, dijo que con ese actuar había puesto en riesgo al grupo. Pedro un
poco le respaldó murmurando que había que pararse a pensar ante de actuar.
En esto Jesús se levantó, y fue
lavando los pies a todos, incluso a Pedro, que no quería, y a Judas Iscariote
que intentaba camuflarse en una zona poco iluminada.
Pintura románica.- Santa Olalla. La
Loma. Cantabria
Después de esto dijo Jesús: - Bueno, me parece que esta cena
pascual es distinta a otras. Para
empezar, por unas razones o por
otras, no tenemos pan, ni
vino, ni
cordero pascual. Pero no os
preocupéis. Fijaos bien: Yo os
lavo los pies como
servicio radical
que os libere y os de fuerzas para
superar el mar. Desde el servicio
os
invito a la libertad. Por eso
seré cordero en vuestra cena y
señal en los dinteles de vuestras
casas.
Vosotros, los demás, casi
todos, algunos no queriendo, no
habéis traído los alimentos para la
cena, pero os aseguro que si
tendremos cena pascual pues
vuestro amparo, solidaridad,
acogida y mirada hacia los otros
serán pan y vino. Y de esta
y permanencia mía entre vosotros
para siempre.
Hacedlo más veces. No como
recuerdo, . sino como memorial.
Y yo estaré allí. Pero no
olvidéis
que la cena la empezamos
primero con las mujeres, con la
viuda, con el herido, bien
amasadito todo para hacer un
rico pan de masa madre.
Comieron, bebieron . Miraban a Jesús
mientras cantaban un salmo que se ha perdido, “Eres tú”, mientras se iban dando progresivamente cuenta
que, desde ya, esta cena macaba un punto de inflexión en sus vidas. Iguamente
lo deseo también en las vuestras.
José Luis Molina
1 de abril del 2021
-
No hay comentarios:
Publicar un comentario