jueves, 31 de diciembre de 2020
Aleluya en Español
martes, 29 de diciembre de 2020
DIA DE NAVIDAD.- Fin de la novena: MI PESEBRE ATÍPICO
Este es mi pesebre atípico. Bueno
creo que no tan atípico pero sí que rompe con los modelos estereotipados. Vamos
a ir recorriéndolo con el eco del evangelio de Lucas.
En primer lugar, al fondo, la tierra
ya preparada para recibir la semilla para que emerja el Reino de Dios
reverdeciendo los campos. Un cielo que amenaza tormentas pero, también que
promete agua.
En un rincón José, hombre maduro, de
talante humilde pero sereno. Ciertamente un tanto arrinconado, pero no tanto.
Se enfrenta con honestidad a las propuestas de Dios y las asume con todas las
consecuencias. En él actúa Dios casi sin que se note.
En el centro una mujer, cuyos brazos
levantan a su Hijo. Acaba de nacer. Fijaos con que ternura, con que cariño,
sostiene a su hijo pero lo ofrece al mundo, lo eleva hasta los campos con un
sublime amor.
Es una manera ¡no tan frecuente de
amar! Ama al hijo para los demás. ¿Creen ustedes que se la puede nombrar como
María.?
Una cierva y un burro, animales
domésticos y salvajes, y una alfombra de flores. Es la naturaleza participando
del acontecimiento y, cuya presencia exige se la reconozca como protagonistas.
El ángel se vistió con tallos de
espigas de trigo y se apoyó en la cepa para anunciar la fiesta del pan y el
vino compartido.
En este pesebre no hay pastores, ni
magos. Solo el Quijote porque solo los quijotes seguirán a una estrella y se
enamoraran del Niño que, desde los brazos de su madre ,por trono, bendice la
vida.
Al Quijote, lo guía una paloma
que volará sobre el pueblo y, detrás de él aparece el campo en primavera.
En este pesebre faltan muchos personajes:
Nosotros. Pensemos cuál será el sitio, para cada uno, en él
José Luis Molina
NOVENA DE NAVIDAD. Día Noveno: PEQUEÑO RELATO
En aquella mañana, al amanecer, no se
había formado escarcha en la hierba. Rocío sí.
Había habido viento aquella noche.
Las nubes cantaban rebosando alegría. Al amanecer las gotas del rocío se
tornasolaban y llenaba el aire de colores al evaporarse. No había hecho frío
pues, de pronto, templó y hasta una vara de gladiolo blanco nació junto a donde
María estaba recostada. Su sombra se proyectó sobre su vientre y éste empezó a
agitarse
María clavó los ojos en los de José.
´-este le sostuvo la mirada. Sus ojos, cómplices de la intimidad de Dios, se
abrazaron en un amor intenso, profundo, radical. José, ignorante y tímido, no
sabía a dónde acudir, Se acercó, arrodillado por detrás, a María y la apoyó
sobre él. Y sintió como e aquellos momentos vitales donde un niño viene al
mundo, el milagro de Dios se hace carne concreta.
No crean que solo había un buey y una
burra. Había dos. Pero, además, al olor del gladiolo, se había acercado una
abeja y, por sus ojos compuestos, miraba toda la vida. Y ésta exultó de júbilo
y esperanza. ¿Qué había ocurrido en aquel lugar, en aquella noche, en la
intimidad del amor de aquella pareja y en la presencia de Dios en este amor?
Este misterio lo contaron muchas
veces. Lo contaron de muchas formas pero solo había una manera de acercarse a
él: Como aquellos tres desarrapados que jugaban por los alrededores y
descubrieron que en torno a aquel lugar
donde ayer no había un niño hoy hay una esperanza y fueron testigos de los
campos florecidos. Se acercaron y entendieron que el niño jugaría con ellos a
la pelota. Pero también intuyeron que los invitarían a ser caminantes con él.
José Luis Molina
lunes, 28 de diciembre de 2020
NOVENA DE NAVIDAD.- Día Octavo: EL ARCO IRIS
Me contaron esta historia:
En una tribu amazónica, después de
que les dieron a conocer lo que nosotros
llamamos Navidad, ellos, todos los años, lo contaban d esta manera más o menos.
Un día se presentaron ante el
shamán y le dijeron:
Nosotros creíamos que el gran arco de
colores que se levanta sobre la cascada del “Río Grande” lo pintaban los
espíritus para que por el pasaran sus
preferidos. Tú nos dijiste que ese arco estaba formado por gotitas que saltaban
del río y luego el sol las iba pintando de colores. Dinos: ¿Qué son esas
gotitas y por qué las colores el sol?
El shamán contestó:
El “Río Grande” es nuestro vivir. Los
actos que salen de nosotros en beneficio
de los demás son esas gotitas en el aire. Con ellas participamos del “Gran
Espíritu” que mueva al “Gran Río”. En ellas y con ellas Él llega hasta
nosotros y está entre nosotros. El gran
arco no es para que pasen los preferidos. El gran arco es el colorido del
universo que con Él vamos logrando.
Y lo contaban con alegría porque
sentían al “Gran Espíritu “ muy cerca. Y hacían una gran fiesta por participar
con su color en el Color de la Vida del Gran Espíritu.
Al regresar asando por Otavalo,
descubrí que los otavaleños también conocían esta narración.
Pero ellos decían que ese colorido
vital del Gran Espíritu , del INTI, estaba impregnado, para nosotros, en la
gran tela de la vida, y ellos, los otavalos, la llevaban por todo el mundo.
NOVENA DE NAVIDAD.- Día Séptimo: JUEGAN FELICES
Mirad estos niños: Juegan al pesebre.
Se han estudiado bien los papeles. Con telas y cortinas, cartones y purpurina
han confeccionado su indumentaria y se la han colocado.
La función está en marcha. Doctrina
recibida y aprendida.
Pero al fondo, del paisaje y del
tiempo, el pueblo no parece de muñecos, tiene trazos de verdad.
Pues andando el tiempo, para llegar
al pueblo, ¿esos personajes seguirán alfombrando el suelo de margaritas y
tachonando el cielo de orquídeas mientras, en una rama, canta un ruiseñor?
Soñad y comprometeos con el sueño.
¡ES BUENA NOTICIA!
José Luis Molina
NOVENA DE NAVIDAD.- Día sexto: LOS ÁNGELES SE MUEVEN POR LOS EUCALIPTOS
¿Alguien se detendría?
¿Alguien se detendría para mirar el
suelo?
¿Alguien se detendría para mirar el
suelo a los pes de aquellos eucaliptos?
¿Alguien recogería del suelo los
fruto, las semillas, de eucaliptos.
Pues alguien lo hizo y con sus frutos
elaboró este pesebre.
Posiblemente hubiéramos pasado junto
a los eucaliptos y no hubiéramos reparados en sus frutos: frutos secos, ya
vacíos de semillas, unas carcazas vacías.
También, posiblemente, si lo
hubiéramos hecho, no hubiéramos valorado lo recogido.
De la misma manera no hubiéramos
perdido el tiempo en elaborar estas figuras.
Pues os comparto una alegre noticia:
DIOS LO HACE.
Se acercó al suelo y de ahí sacó
IMÁGENES suyas. Es más, Él también “se
hizo” en imagen nuestra. Nos acompañó en la historia e hizo HISTORIA con nosotros. Y este hacer de Dios dignifica
a todas sus imágenes fundamentándose su grandeza en este canto de
correspondencia.
Se mecen los ángeles
por los eucaliptos,
a sus altas ramas
cimbrean con ritmo,
¡qué el niño se duerma
feliz por nacido!
Que Dios quiere al hombre
decirle al oído,
¡y la flauta suena!:
No me quedéis niño,
vosotros tampoco
anclaros en niños.
Hay que crecer alto
y alcanzarle, os digo,
cuando vuestras manos
toquen las estrellas,
cuando vuestros pechos,
altos eucaliptos,
alfombren la senda
de esos frutos vuestros
donde me verán,
descubriendo en ellos
lo que es NAVIDAD
José Luis Molina
domingo, 27 de diciembre de 2020
DOMINGO DE LA SAGRADA FAMILIA
Hoy los cristianos católicos
celebramos el Domingo de la Sagrada Familia.
Y lo hacemos en un momento
extremadamente complejo donde es ineludible detenernos a analizar, pero hacerlo
con mucho tacto.
En primer lugar podemos situarnos en
una posición bucólica y devocional, fiándonos en la Familia de Nazaret para
admirarla allí, desde la distancia, pensando qué bonito pero imposible. (Lo
mismo no nos atrevemos a explicitarlo, pero lo pensamos). Esto no nos ayudaría
en nuestra experiencia familiar para vivirla con realismo desde la fe.
Despierta nuestra admiración y nuestra plegaria por nuestra realidad, resignado
a que carezcamos de ella.
Tampoc sirven aquellos que desde
movimientos religiosos subliman la realidad familiar construyéndola desde
posicionamientos pietistas y castrantes en la plena profundidad del ser humano
y sus relaciones
Por otro lado, a nuestro alrededor
contemplamos un panorama de familias desestructuradas. Y aparecen polémicas de
trasfondo religioso: Que si las situaciones de rompimiento, divorcio, etc, van
contra Dios que los unió para toda la vida, y toda esa vaina. Por supuesto que
Dios no puede querer ninguna realidad humana en la que un ser humano destruya o
agreda a otro, o en la que haya unos
terceros, (los hijos) que sufran esas consecuencias destructivas. Eso es lo que
Dios no quiere. Lo que hay que salvar serán las circunstancias que generan
estas situaciones, pero no mantener en apariencias de situaciones de normalidad
que, detrás de los decorados mata.
También nos encontramos con padres
que ya, cuando sus hijos tienen no más unos 12 años o menos, dicen que no
pueden con ellos. Terminan teniéndoles miedo y, para retenerlos, los
prostituyen comprándolos con concesiones aptas o intolerables que les permiten
alzar el vuelo antes de ser pilotos. Lamentablemente esta pandemia nos está
hablando mucho de esto. A mí me impresionó profundamente el anuncio en el que
una madre llama a su hijo para anunciarle que el abuelo está en fase terminal
por covid. Se supone que el hijo había ido a visitarlo y le dice a su madre se
había asegurado no era transmisor. También le dice está estudiando en casa de
un amigo, todo esto con el estrépito de fondo de una fiesta sin ninguna
precaución que la madre, engañándose no quiso oir.
Por otra parte está la gresca,
levantada y mantenida desde postura de desbocada ortodoxia irracional,
condenando de antemano y sin miramiento, a existencia de familias
homoparentales por provocar escándalo en los hijos y ser un caldo de cultivo
deformador sin importarles tantos hijos cultivados e caldos mucho más
destructivos, degradantes y escandalizadores,
Podría seguir haciendo referencia a
multitud de aspectos de este panorama complejo. Me temo que hay bastante para que opinen sobre mi negatividad.
Pero no es así. Sigo creyendo que hay posibilidades. Que son posibles otras
alternativas. Lo que no comparto es que la solución sea cerrar los ojos, negar
que ocurre algo, y esperar a ver si solos se solucionan los problemas.
Por el contrario, frente a esta compleja situación, mi postura es de
comprometerse en buscar y aportar soluciones. Es lo que propongo. No nos
cansemos de analizar, lo más objetivamente posible, y comprometernos en lo que vayamos
encontrando.
Mi opinión es que la pareja humana se
une, ciertamente ahí va incluida la dimensión de la sexualidad y la
procreación, pero esto puede resultar
extremadamente frágil si les falta algo fundamental: la elaboración, aceptación
y compromiso con un proyecto de vida que es donde el amor irá adquiriendo
cuerpo y solidez.
Dice el Evangelio: Sus padres estaban
admirados, María guardaba esto en su corazón y el Niño crecía y se fortalecía.
Es decir, María y José tienen que ir madurando con responsabilidad en la
concreción del proyecto que les da esencia y el hijo irse logrando como
concreción de ese proyecto
Siempre se puede modificar en los
errores, pero lo que no vale es permanecer en ellos.
Un abrazo
José Luis .
sábado, 26 de diciembre de 2020
NOVENA DE NAVIDAD.- Día Quinto. LA POESÍA DE DIOS
NOVENA DE NAVIDAD
Día Quinto
LA POESÍA DE DIOS
Mi pesebre me habla de Dios. Mi
pesebre me habla de un Dios de esencia azulada que se hace transparencia vital
con diversas tonalidades. Esta transparencia se proyecta en la vida y le
proporciona reflejos magníficos. Sin romper la vida, sin manchar la vida, llegó
y llega hasta la vida para que ésta irrumpa en el mundo.
A este pesebre le hice este poema:
Ese rayo de vela
que alegre reverbera
en tus cuernos izados
al viento de la noche
como pechos altivos,
te convierte en bandera
de buena humanidad..
Igual que la señal
de tus orejas grandes
y tus ojos de noche
son asombro del hombre
frente a la eternidad.
El aleteo de plumas
levanta la hojarasca
de quien quiere sembrar
de muerte los caminos.
Tu rostro hacia el Niño
en gesto cabizbajo
es apertura histórica
al Dios, que en transparencia
sobrepasa la historia.
Y tu curva, María,
la curva de tu cuerpo
vaciado de él y de él tan llena,
hecha cobijo y pasión,
aceptación y ensueño,
se hace aureola que cubre
lo infinito pequeño.
Y ahí, junto a vosotros,
la historia, no el recuerdo,
del grito que una noche
rompiendo los silencios
se elevó por las cumbres
y sigue apareciendo
grabado en las estrellas.
José Luis Molina