Se hace más fría la noche.
Dejando de ser noche está,
con todo su vigor acopia,
del calor, la huida.
En esa raya grita,
grita, se desgarra, tú tiritas,
no quiere ser vencida.
Se hace más intenso el silencio
aún sabiendo lo vencerá el bullicio;
queda tendido y malherido
como ocurre en el mar
cuando el mar se vacía
para crecerse en ola.
Presiento que mi sangre ya no es roja,
sino tibio fluido con desgana,
en esa raya en que la mañana
no es mañana aún, tampoco noche,
sino mas bien aún, espera,
casi ya y casi nada.
En esa raya
siento como se modela el tiempo,
la inflexión del ahora
que empieza, abierto en
horcajadas,
a ser ruleta de un día que me espera,
ser ruleta de vueltas y esperanzas,
a pasar páginas, a mirar la historia,
a escribirla de nuevo
o a leerla
para escribirla en hoy y aspirar a mañana.
Esa raya tenue, indecisa
de color y de ganas,
en la que me recuesto y esperando
me meza el viento y su vaivén me calme
o
me levante sereno, ¡ahí el combate!,
es
honda cicatriz que recorre mi vida,
es
incansable herida y … casi, casi,
mi
amante.
José Luis Molina
21 de
enero 2021.
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